sábado, diciembre 29, 2007

FELICITACIONES

El detallismo me ha podido durante mucho tiempo, pero ya no más.
Ya no más pasarme la tarde entera de Nochebuena y de Nochevieja enviando SMS.
Ya sólo contestar los que reciba.
Ya no soy más detallista.
Qué situación incómoda recibir una felicitación anónima en forma de chascarrillo sin que tú móvil reconozca el número remitente. Uno contesta: "Feliz año para ti también... quien seas".
Como cuando, de pequeño, llamaba una tía segunda a tu casa y cuando descolgabas y preguntabas dígame, te decían a bote pronto: "¿Sabes quién soy?". Pues mira, no. Y si yo te llamo a tu casa tampoco sabes quién soy. Abusona, que tú sabes adónde llamas.
Como cuando te asaltan de espaldas y te tapan los ojos preguntando: "¿Quién soy?". "Ni idea, pero no me mates, el dinero está en la cartera."
Te llega una felicitación de una persona del pasado, te alegra, te sorprende, pero, sobre todo, te extraña. Y lo que más te extraña es que aparezca su nombre, que siga registrado en tu agenda.
Después de tanto tiempo, qué frío contestar: Felices Fiestas para ti también.
(Era mi mensaje estándar de contestación el año pasado).
Llamas por teléfono para agradecer el mensaje, felicitarle tú también las fiestas, saber de su vida...
Y te arrepientes justo antes de que te cojan.
El mensaje se agradece, las fiestas se felicitan; su vida, seamos realistas, te interesa tan poco como a ella la tuya...
Y, sin embargo, va y te lo dice.
"A ver si nos vemos".
¡¿Por qué?!
¿A ver si nos vemos qué es?
¿Un brindis al universo para que haga que nos encontremos por casualidad? ¿O es una invitación a quedar? ¿Por qué no decir entonces ¿"nos vemos el domingo"? Bueno, mejor no.
¿O más bien suena a... llámame un día y quedamos?
No.
Te voy a llamar y no vas a poder.
Me vas a llamar otro día y no voy a poder yo.
Y el día que podamos no nos va a apetecer a ninguno.
Si no fuera porque me da pereza llamar a la gente, convocaría una manifestación con el lema. "No al A ver si nos vemos".
Veámonos sólo si nos tenemos que ver.
Llámenme después de quince años para pedirme un favor. No me ofendo. Yo haría lo mismo.
No me llamen para decirme: sólo llamaba para saber de tu vida. A mí no se me ocurriría.

Dos felicitaciones divertidas. Una la he recibido por error. Ha llegado a mi correo electrónico, pero como si fuera dirigida a otra persona: es una animación de unos duendes bailando a quienes se les han puesto las caras de una familia: dos niños, la madre y el padre.

Otra, una foto del auténtico portal de Belén (Esteban, en este caso).

Estas navidades me ha felicitado poquita gente.
Lo estoy consiguiendo. Desaparezco poco a poco.
Se entiende, si recordamos mi mensaje estándar de contestación.
(Y, desde luego, si mis notas de entrada en mi blog tienen que servir como fe de vida, se diría que estoy en coma).
Claro que espérate a Nochevieja, que yo creo que la gente es más de felicitarse el Año.
Por favor, firménme las felicitaciones, por si acaso.

2+0+0+8 = 10
1+0= 1
2008: Año 1 de la nueva era.
Que sean ustedes buenos para el 2008

viernes, noviembre 23, 2007

ANTIPROPÓSITO DE ANTEAÑO NUEVO

Para el próximo Año Nuevo me había propuesto hacerme "antipropósitos de Año Nuevo". Nada de buenas intenciones para una supuesta vida mejor según los cánones establecidos. En realidad mis antipropósitos se reducían a uno: Dejar la piscina.

Mientras todo el mundo se propone apuntarse a un gimnasio, adelgazar, dejar de fumar y aprender inglés, yo renuncio a mi escaso ejercicio físico semanal que me obliga a levantarme una hora antes dos días a la semana para someterme a torturas de humedad, temperatura, respiración y coordinación (muscular y de horarios). Si creen ustedes que lo hago irresponsablemente por debilidad, pereza y falta de disciplina, están equivocados. Soy un buen soldado cuando el fin lo requiere, pero, parafraseando a los filósofos Platón Cruz y Aristóteles Raya, "ir pa' ná'...". Cuando me apunté, en septiembre de 2006, mi único objetivo era aprender a nadar. En mayo de 2007, ya ascendí del CAB (curso de aprendizaje básico) al nivel 1. La meta estaba alcanzada. He prorrogado mi asistencia por eso de hacer algo de deporte...

Dedicaría ahora unas líneas a poner en entredicho esa verdad asumida y no contrastada de que el deporte es sano. Por de pronto, el mundo de la lesión se alimenta en un ochenta por ciento de deportistas (profesionales, aficionados e incluso de aquellos que lo practican aunque no les guste, entre los que me incluyo, en el caso de la natación). Es enormemente difícil hacerse un esguince de rodilla viendo una película o romperse un codo leyendo. Y las agujetas y dolores lumbares que consigo con mis esfuerzos natatorios no me los da ninguna otra actividad. A cambio, claro, tengo la satisfacción de vencerme a mí mismo, al hacer algo que no me gusta.

El mayor problema es que, en el destierro en que vivo desde el mes pasado, no consigo una buen conciliación de mi vida deportiva con la laboral, y tampoco es que quiera uno convertirse en David Meca ni en Gemma Mengual (que a veces no sé muy bien a cuál de los dos conducen las clases), así que he decidido dejarlo. La buena noticia es que he conseguido adelantar el Año Nuevo a diciembre y, simplemente, dejando pasar la fecha tope para el pago de la mensualidad, he conseguido que mi "antipropósito" sea de "ante Año Nuevo". (Ojalá desvincularse de una compañía telefónica fuera la mitad de fácil).

Para el verdadero Año Nuevo no empezaré a fumar, porque va contra mis principios, pero seguiré intentando engordar y tal vez me decida a olvidar inglés, si es que aún recuerdo algo. Todo ello para dejar más tiempo a conseguir esa auténtica vida mejor.

martes, octubre 30, 2007

PAREADOS DE LA VIDA COTIDIANA

Cada vez que hago una cosa, me salta a la vista un pareado. Es una tarea cotidiana, sin gran importancia, y el verso es, como casi todos, simple y sin ingenio: dos nombres de acción que riman en -ón. Pero a pesar de la poca gracia del significante, algo en mí se regocija con el significado, como si uno hubiera sido tocado por la magia del universo para librarlo de una carga que pesa sobre sus semejantes. Y sonrío, complacido. Simultáneamente, no puedo evitar imaginarme la frase coreada como un eslogan de manifestación (sin sentido ninguno, dicho sea de paso). También vosotros podéis imaginarlo: una muchedumbre de personas caminando tras una pancarta y gritando como un solo hombre: ¡Esta operación/ no tiene comisión!

¿No habrá más pareados parecidos en la vida cotidiana? Ahí os dejo la pregunta.

miércoles, octubre 10, 2007

PRINGADO

El gran aliciente de mi trabajo es tener los viernes libres. Es un día laborable en que poder hacer la compra, gestiones, dentistas, peluquería, etc., sin consumir tiempo del fin de semana. Si esta semana el viernes es fiesta, ¿qué gracia tiene? Seré un pringado como cualquiera. ¡Mueran las fiestas que caen en viernes!

domingo, octubre 07, 2007

EL TRABAJO DE TRABAJAR

Dos amigos se encuentran después de un tiempo sin verse, y uno le pregunta al otro qué tal la vida, y éste... se lo cuenta:

- ¿Que qué tal la vida? Imagínate. Levántate todos los días a las seis y media, desayuna cualquier cosa para salir volando. Coge el metro que está hasta arriba, luego el cercanías, igual, llega a la obra. En invierno te pelas, en verano, te torras. A la hora de comer, abres la tartera a ver qué te ha puesto tu mujer y te encuentras patatas, como siempre. Luego otra vez al tajo. Cuando vuelves, te encuentras el tren igual de petado, pero encima todos oliendo a chotuno; y el metro, lo mismo. Llegas a tu casa queriendo descansar, y los niños venga a correr y a dar gritos, y cuando te sientas a cenar, te encuentras que tu mujer te pone ¡otra vez patatas!

El amigo se queda impresionado y le pregunta:

- Jolín, sí que tiene que ser duro. ¿Y cuánto tiempo llevas así?

A lo que el currante sufridor contesta:

- Empiezo mañana.




(Yo empecé el lunes).

miércoles, septiembre 26, 2007

EL DEL VOTO DE SILENCIO

Convento de clausura. La regla de la orden indica que los monjes no pueden hablar. Sólo una vez cada diez o doce años, cuando el día del Fundador coincide en Año Jacobeo, excepcionalmente, los monjes pueden decir dos palabras. Forman una fila ante el padre prior, y uno por uno se expresa libremente, aunque de forma escueta.

En uno de esos días especiales, cada monje va diciendo las dos palabras que ha podido elaborar y seleccionar a lo largo de los últimos años. Uno dice "Dios todopoderoso", otro "Dios misericordioso"; éste "Dios bendito", aquél "Virgen Santísima". En la cola, un monje avanza con gesto reconcentrado y, cuando le llega el turno, suelta "Cama dura".

Pasan los años y vuelve a haber un día del fundador. Se forma la fila, y uno por uno van pasando: "Santo Dios", dicen; "Padre nuestro", "Señor mío", "Totus tuus", "Miserere mei", etc... El monje de antes llega ante el padre prior y, con gesto similar, dice "Sopa fría".

Todos vuelven a su silencioso día a día de austeridad, huerto y contemplación, hasta que, transcurridos otros diez años, se permite de nuevo que rompan brevemente su mutismo. Los monjes, muchos de ellos ancianos, escogen sus dos palabras con sabiduría: "Dios bueno", "Dios santo", "Dios justo", "Dios sabio"... pero nuestro monje protagonista, una vez más, se sale del guión de las frases pías y utiliza sus dos palabras para anunciar: "Me voy". El prior, entonces, mosqueado, no puede evitar comentar:

- No me extraña, no hacías más que protestar.

martes, septiembre 11, 2007

4-0

No sé de dónde vine ni por qué,
pero aquí me mandaron, y aquí vine,
a cumplir un papel como en el cine,
escrito en una lengua que no sé.

En el cine, por cierto, yo una vez
vi a un guerrero jugarse con la muerte
su futuro, destino, karma o suerte
a una sola partida de ajedrez.

Y aunque el símil bastante nos aporte
de reflexión, ideas y enseñanza,
yo a la vida le encuentro semejanza
con algo diferente: otro deporte.

La vida que a simple vista se ve
es ruidosa, agitada y con bullicio,
y despierta afición y también vicio
como sólo lo hace el balompié.

Sin saber ni jugar, sale uno al campo;
como un extraterrestre, pisa el césped,
sin poder evitar saberse huésped,
y corriendo torpón y patizambo.

Así he jugado mi primera parte,
muy encerrado en defensa, muy en mi área,
sin más acción que la que es necesaria,
pero, lo he de admitir, con cierto arte.

Y ahora que llegamos al descanso,
la vida me apabulla con su examen,
su burla, su chacota y su vejamen,
y yo aguanto abatido, mustio y manso.

¿Por qué está tan altiva, tan sobrada,
tan ufana, por qué ensoberbecida?
La respuesta es muy clara, es que la vida
va ganando por franca goleada.

Yo soy mi propio equipo y mi portero,
que ha encajado impotente el aguacero:
el marcador señala cuatro-cero
(Los goles de la vida van primero).

¿Me rindo?, ¿me amilano?, ¿me derrumbo?
¡Ni de broma! Desde que el mundo es mundo,
después del primer tiempo va el segundo,
y bien puede todo cambiar de rumbo.

Algo hay en mi interior de quijotesco,
pues, pese al tanteador, yo no me humillo,
sino que miro a un lado, hacia el banquillo,
buscando un delantero de refresco.

Y caigo, como caen años encima,
en que hace un momento yo ganaba,
y una espina paranoica se me clava:
que el marcador va mal y que me tima.

Ayer yo iba ganando por seis goles,
yo ganaba, recuerdo, tres a nueve,
pero es que el marcador, cuando se mueve,
es injusto, es un caos... ¡Tiene bemoles!

Si el marcador del tiempo es así, loco,
absurdo y saltarín como el del tenis,
yo lo he de remontar, como Ave Fénix;
muy pronto por delante me coloco.

En un año, en el campo yo me afinco,
reduzco mi derrota a cuatro a uno,
sigo marcando goles, los reúno,
y en cinco años el saldo es cuatro a cinco.

Y si os quedáis a ver, después veréis
al visitante coronado rey,
ganándole a la vida con su ley:
en otro año, ya vamos cuatro a seis.

Y así en lo sucesivo, obviamente,
Pero ahora estamos, claro, en el presente:
hoy justo hace vint anys que tengo veinte
y es hoy cuando la cuarentena me echa el diente.

Acepto esta verdad que se presenta.
Sé que no es personal, no es una afrenta;
se trata de una suma, de una cuenta:
Treinta y nueve más uno son cuarenta.

Descubierto ya el truco del poema,
(¿les costó descubrir de qué iba el tema?),
no es deshonra, pecado ni anatema
suprimir el guión falso del lema.

Juntas hacen 40 las dos cifras:
El título lo esconde, fementido,
pero es mi edad, lo admito, y la he cumplido,
no es que me haya tocado en una rifa.

Y al pasar el desierto de este trance,
la crisis queda atrás, no me da alcance;
al contrario, positivo, hago balance
y pienso que la vida me da chance.

Un cuarentón me manda ser Violante,
Y entiendo que es negocio, y se lo acato,
dejar por fin de ser joven novato,
para ser madurito interesante.

Aunque ya con cuarenta no se es joven
Y te dicen “usted” más que “oye tú”,
yo seguiré teniendo juventud,
al menos mientras nadie me la robe.

Mientras no eches barriga y lleves fajas,
los cuarenta están llenos de ventajas:
queda lo falso en agua de borrajas,
y luce la verdad sin zarandajas.

A mitad de la vida ves que estás
y por fin vas sabiendo adónde vas.
Cuarenta años me miran desde atrás
pero yo miro adelante a muchos más.

Ayer dejé dejar para mañana,
Y así, determinado, desde hoy,
voy a hacer lo que debo y ser quien soy
aparcando la duda y la desgana.

Y ahora que me detengo por un momento,
me fijo en que los versos, ¡vaya cosas!,
iban a ser unas rimas jocosas,
y se han quedado casi en testamento,

Tal número de estrofas pretendía,
como edad, dicha en años, es la mía,
pero eso es demasiado, y la porfía
no merece alargarme en mi poesía.

Es tan vano el empeño, que ahora cejo.
No me importa ese reto ni un comino,
yo ya he hecho mi trabajo, y lo termino.
Pienso que ya está bien, y aquí lo dejo.

martes, septiembre 04, 2007

GREGUERÍAS DE LA ECONOMÍA DOMÉSTICA

- En los últimos tiempos he venido observando la duración de las cosas, y he desarrollado lo que llamo la paradoja del paquete de macarrones y que ahora expongo:
Un paquete estándar de macarrones vale para que una persona coma tres veces,
dos personas dos veces;
tres personas... también dos veces;
y cuatro y hasta cinco personas una vez.

- Todo se pega. Menos la hermosura. O eso dicen. Y así es: Se pega el arroz, se pegan las lentejas, se pega el pescado, se pega el pollo, etc.

Más cosas, otro día. Por no saturar.

lunes, septiembre 03, 2007

AGRADECIDO Y EMOCIONADO,

Solamente puedo decir "gracias por venir", que diría Lina Morgan. Pues eso, que agradezco y que me halaga que se me visite y se me eche de menos. Qué diferente, Sakura, que te digan "jo, vuelve ya" a que, al verte, te sorprendan con un decepcionado "¿ya de vuelta?" de quien esperaba más tiempo sin tu presencia y compañía.

Es un compromiso para mí tener que estar a la altura de tanta expectativa. Yo haré lo que buenamente pueda, que lo último que me faltaba era estresarme por el blog. De momento, estoy preparando unos versitos de esos que tanto os gustan para colgar en breve. Si no os los queréis perder, entrad a diario, amiguitos. No os adelanto más.

En todo caso, al contrario que los de la ínclita vedette cómica, mi agradecimiento y emoción no lo son de despedida, sino de saludo, porque ya estoy aquí de nuevo, dispuesto a actualizarme (y a eternizarme también, pero eso es otra historia). En fin, que, si me habéis sido fieles en mi ausencia, os animo a que sigáis siéndolo ahora que vuelvo a estar con vosotros.

Bienvenidos los que entréis.

viernes, julio 13, 2007

TAPIADO POR DESCANSO DEL PERSONAL


Ponga aquí su comentario. Gracias.


martes, julio 10, 2007

NADA COMO IRSE DE CASA PARA RECIBIR MENSAJES

Cuando era pequeño, comprábamos leche de vaca en el pueblo. Quiero decir, recién ordeñada, ni en botella ni en tetrabrick, ni pasteurizada ni uperizada. Los procesos sanitarios eran caseros, y se reducían a hervir la leche según la traías. Después, ya quedaba apta para el consumo humano (o eso espero).

La leche se ponía en enormes cacerolas y se vigilaba hasta que empezaba a hervir, se ponía en ebullición y su volumen crecía. Era el momento de apagar rápidamente el fuego. La cosa tenía su ceremonia, porque la leche tardaba mucho en subir, pero una vez que subía, se aceleraba el ritmo, y lo hacía en unos segundos. Por eso, no era infrecuente que, en un momento de descuido, la leche se saliera, armando gran desastre en la cocina. Parecía que la leche tuviera constancia de nuestra atención y aprovechara el momento en que te despistabas para escapar.

Con las llamadas, mensajes y noticias, sucede parecido. Estás en casa expectante y no llama nadie, y basta que salgas a hacer un recado para que te encuentres tres correos a la vuelta.

Impacientes del mundo, ¡salid a la calle!

lunes, julio 09, 2007

ELOGIO DE BORDE Y MENOSPRECIO DE SIMPÁTICO

Mi jefe: locuaz, sociable, simpático. Le pides algo y es que sí. Pero no. Quiero decir que no te presenta ningún problema, parece que se pone de tu parte, te anticipa que va a estar solucionado en un par de días y... nunca más se supo. Reclamas y se extraña de que no esté ya hecho, y lo vuelve a resolver... la semana que viene. Y tampoco. Como no te niega nada, te hace difícil enfadarte con él. En su imaginación, todos los problemas están permanentemente resueltos en un eterno presente, pero en el imperfecto mundo de la materia, todo se desplaza a un futuro inmediato... que nunca llega. Sus contratos y compromisos escritos son alambicadas redacciones en las que eres tú realmente quien se compromete, mientras que él aparece como un testigo de tus obligaciones. No estoy orgulloso de ello, pero he de confesarlo: me exaspera. Y, sin embargo, al igual que lo cortés no quita lo valiente, lo exasperante no impide lo simpático.

Hace tiempo que observé que se me daba mejor el trato con bordes que con simpáticos. Quizá sea que los semejantes se atraen, y debería preocuparme mi don de gentes. Recuerdo que una compañera tenía fama de borde, de antipática, de hosca. La primera vez que necesité su colaboración, me dirigí a ella con toda ingenuidad y procurando evitar el prejuicio. Es cierto que un primer momento se hizo la huraña, pero yo no lo acusé ni presenté batalla. Al no encontrar oposición, enseguida suavizó el trato. Y para siempre.

No me fue mal tampoco con el profesor más arisco de la facultad cuyas perlas políticamente incorrectas que ahora entiendo y comparto tan impopular le hicieron. Fue, de hecho, uno de los únicos dos profesores interesantes que encontré en cinco cursos. Su materia era lengua, y en el examen final del primer curso, me permití colar, a modo de broma, un agradecimiento a Juan, sin cuya colaboración no hubiéramos podido realizar este curso, puesto Juan era el nombre que siempre escogía el profesor como sujeto de las oraciones que se analizaban. En cursos sucesivos elegí seguir con él, y nunca me hizo ningún comentario sobre esta chanza.

Muy al contrario, un profesor de historia, simpático él, consideró una "infantilidad" o "provocación" que introdujera la contestación a sus preguntas en un examen con un encabezado, a modo de carta, dirigiéndome a él: "Estimado profesor Cepeda, he recibido su telegrama pidiendo información sobre algunos puntos, que espero poder contestar", o más o menos. Quizá eso me hizo redactar todo el examen en estilo indirecto, en plan: "Sobre el tema al que se refiere en el punto uno, le diré que...". Dentro del árido panorama que debe resultar la corrección masiva de exámenes, a mí francamente me gustaría encontrarme cierta originalidad de pronto en el planteamiento (¡y ya ves tú lo que era!). Además, el examen era bueno, no para tirar cohetes, pero para un notable holgado. Lo calificó con un escaso aprobado, tirando a menos, y con la nota manuscrita "Por favor, no sea infantil... ¿o provocador?". Fui a disculparme por lo que, sin duda, había sido un malentendido, y, aferrándose a que "no había nada que disculpar", permaneció haciéndose el ofendido.

Éste era un profesor muy popular porque hablaba con simpatía, contaba muchas anécdotas y con el que, al parecer, se aprobaba fácilmente. Yo lo recuerdo como un hombre desordenado que se pasaba las clases enteras hilando una idea con otra en una permanente digresión de la que era imposible sacar nada en claro. Y de una simpatía que, al parecer, no permitía competencia.

Cargaría con mil kilos de bordería de cien hombres de palabra, trabajadores, responsables, cumplidores y rigurosos, a cambio de regalar toda la ligereza y amabilidad de un solo hombre simpático, irresponsable, caótico y tramposo.

viernes, julio 06, 2007

ANATOMÍA DE UN CROISSANT

A veces desayuno fuera, y cambio el yogur, la fruta, los cereales y la infusión por un café con leche y un croissant. Es un mínimo dispendio y una pequeña intoxicación para que el cuerpo no se malacostumbre a mi ortorexia. Con frecuencia me llevo de propina los malos humos de algunos fumadores mañaneros que siguen campando a sus anchas en todos los bares.

De entre todos los bollos, el croissant es el que mejor se ajusta a mis maniáticas ceremonias. Se compone esta pieza de tres partes: dos cuernos laterales y un cuerpo central. Lo primero que hago es cortar por la sisa de uno de los lados, que a su vez, parece articularse en brazo y antebrazo, partes que también separo. A continuación, hago lo propio con la extremidad contraria. El cuerpo, tórax o abdomen, continúa siendo una unidad demasiado grande para mi objetivo (¡sacrilegio del protocolo!): mojarlo en el café. Si se fijan ustedes, verán como pliegues o estratos que van escalonando siméticamente en forma de montaña el caparazón de este crustáceo horneado de harina y mantequilla. Es fácil imaginar dos líneas de puntos diciendo "corta por aquí". Y corto. Saco así dos aleros más largos que anchos, que dejan en medio del plato el solomillo del croissant: un cogollo gordo, grande en sus tres dimensiones, como inflado y con una corteza exterior más dura y más marcada que en el resto de las piezas. Mi último corte cambia la dirección longitudinal de su trayectoria por una sección horizontal, y termino así de desmembrar el bollo en ocho trozos.

Hoy me he sentado en una mesa en un salón vacío. La gente que ha llegado ha dejado libres las mesas adyacentes a la mía, amontonándose en otras tres mesas contiguas entre sí. Y ninguno fumaba, ¡qué dicha! Segunda rareza: me han traído un croissant no sé si cojo o tuerto, de un sólo cuerno. No es que estuviera mordido: había un muñón horneado con su correspondiente corteza. Y ha habido más: he pedido un vaso de agua sin hielo, y me lo han traído, efectivamente, ¡sin hielo!

Uno pide un vaso de agua, y le ponen hielo por defecto. Uno, pues, se ve en la necesidad de especificar que lo quiere sin hielo. Pero el mero hecho de pronunciar la palabra "hielo" anula en el cerebro de los camareros el efecto de la preposición. "Usted ha dicho hielo". Sí, pero también dije "sin". ¿Cómo conseguir, pues, un vaso de agua sin hielo? La única posibilidad es la que se ha producido hoy, y no está en la mano del cliente, sino en el azar. La camarera me ha dejado mi impecable vaso de agua del tiempo con una disculpa llena de humildad y de dolor: "Se nos ha acabado el hielo". Magnánimo, la he absuelto de su pecado de carestía y la he dejado ir en paz.

martes, julio 03, 2007

EL NOMBRE

La edad media de mi comunidad de vecinos es ... de la Edad Media. Hay dos avanzadas octogenarias; dos hermanas de edad indefinida, pero mayores; varios jubilados, y algunos ausentes (cuento seis, por lo que me han contado) que han caído en los últimos ocho años. Hoy viene una extraña, le sujeto la puerta del portal, comparto con ella el ascensor, y, entre agradecimientos y torpezas al pulsar el botón, se ve obligada a darme conversación. ¡Novedad de novedades! Viene a ver a un recién nacido. Me da su fecha de nacimiento y su nombre. Se llama como yo.

Me gusta que le pongan mi nombre a un bebé. Sólo por ello siento un vínculo hacia él, quizá algo como gremial. Me sucede también con las niñas que se llaman como mi ahijada. Como si fueran algo mío.

Y a la vez, no me gusta que nadie se llame como yo, y me roben esa parcela de exclusividad que, durante un breve tiempo en el colegio, pensé que era mi nombre. Somos demasiados. No hay sitio para tantos Álvaros.

Igualmente con las niñas, se me despierta un sentimiento encontrado (encontrado con el anterior, quiero decir) como de "territorialidad nominal": Ese nombre es de mi sobrina, no te vayas a pensar que por llamarte como ella vas a ser igual.

Aunque ojalá miles de niñas se pusieran de acuerdo para lucir al mismo tiempo e iluminar la Tierra. Es oro puro.

martes, junio 26, 2007

ASOCIACIÓN DE IDEAS

Un amigo de un amigo va a editar un epistolario de Unamuno.
Unamuno decía que filosofía es filosofía.
Filosofemos filológicamente.

Vengo yo últimamente en pensar si no será la palabra "contento" una forma participial irregular del verbo contener, y al igual que el que se distingue es distinguido o distinto indistintamente, el que se contiene es contenido o contento.

Vendría ello a darnos un sentido nuevo al contento y la alegría, tantas veces asociados con una sobresatisfacción desbordante que, sin embargo, no deja de ser causa de ansiedad, pues, aun siempre colmada, siempre quiere más, siendo así que el que "no cabe en sí" de gozo es tan alma en pena como el que está "fuera de sí" de rabia.

Entendería este "contento", no como contención o continencia, sino como un abrazo entre continente y contenido, que habrían de ser acordes uno a otro. Quien está vacío, nada contiene, y no puede estar, pues, "contento". Pero quien está lleno no necesita más. Aunque quizá pueda suceder al revés, que, por el hecho de contentarse, uno se llene.

¿Verdad que alguien lo entiende?

sábado, junio 23, 2007

DISIMETRÍA

Todos somos disimétricos. Yo mismo me he pasado una semana sin actualizar el blog, y hoy hago dos entradas.

Pero quería referirme en esta ocasión a la disimetría del rostro. Dicen los que saben que si nuestros rasgos fueran absolutamente simétricos inspiraríamos frialdad, desconfianza, temor, disgusto. Y si miramos cada lado de la cara por separado, podemos ver una expresión diferente.

Todo esto me lo ha sugerido la cara de Woody Allen, hoy en http://www.elpais.com/, sección CARAS DEL DÍA (¡que alguien me enseñe a colgar fotos!). Me ha parecido que su lado derecho (a la izquierda del lector) miraba alegre con brillo en el ojo, y sonreía tímidamente y con simpatía, mientras que su lado izquierdo (a la derecha del lector) era triste y desencantado, con un ojo un tanto caído que miraba sin mirar y un rictus serio en la boca que impedía la sonrisa.

Probablemente si vemos otra foto no será igual, así que les recomiendo que, si pasan por este blog hoy mismo, hagan la prueba de mirar la foto de Woody Allen que les refiero, tapando consecutivamente una u otra mitad. El lado encantador y el que da pena conforman la unidad del genio que tantos admiramos.

UNA TONTERÍA QUE SE ME HA OCURRIDO HACIENDO LA COMIDA

La mujer que se busca a sí misma se acerca por la espalda a su gurú y le tapa los ojos con las manos:
- ¿Quién soy?
Le pregunta, en lugar de preguntárselo ella sola.
El gurú, que sabe bien lo que quieren de él, para hacerse el interesante, suelta una frase críptica sobre la identidad (plagiada, por cierto, del programa de televisión que vio la otra noche).
- Soy lo que como.
La mujer, decepcionada, contesta con ironía:
- Pues hoy, soy gazpacho y ensaladilla rusa.

Aquí, pueden ustedes hacerse su propio chiste sobre si la mujer sabe mucho, y si sabe por saber o por sabor, y si está buena o sabe a ajo o a mayonesa.


La misma mujer, quizá porque haya comido demasiado, va después a ver al médico aquejada de un malestar inconcreto, y al preguntarle el galeno (porque era de Gales) por sus síntomas, dice la mujer:
- No sé, que no termino de encontrarme.
El médico le recomienda:
- Pues búsquese bien.

Así pues, compenso la frivolidad del primer chiste, con una moraleja en serio proporcionada por el doctor: Búsquense bien.

viernes, junio 15, 2007

BURBUJA INMOBILIARIA

El banco de Santander vende todos sus inmuebles, y el BBVA creo que también va a vender un edificio. ¿Qué está pasando? ¿Nuestras hipotecas no les bastan para pagar sus hipotecas? Qué pena me da (¿Con qué banco tienen sus hipotecas los bancos? ¿Con ING direct?). ¿Y por qué no reunifican sus deudas? O a lo mejor es que, verdaderamente, van a bajar los pisos, y los bancos se han adelantado a los acontecimientos. Dicen que venden sus casas para comprar otros bancos, más grandes... ¿Y van a trabajar en la calle? ¿O alquilarán oficinas? Si a los bancos les parece más rentable alquilar que comprar, es cosa de pensárselo. Aunque lo verdaderamente interesante sería comprarles los edificios, y luego ponerles el alquiler por las nubes. Y cobrarles comisiones aparte por el portal, el ascensor y las ventanas.

miércoles, junio 13, 2007

¿CUÁNTO HAS ESCRITO?

Sobrinos en casa.
Se quedan solos viendo la tele, mientras uno trabaja un rato.
Abres el documento, no sabes cómo abordarlo, entras a internet, juegas una partida de ajedrez rapidita con el ordenador (la ganas incluso), sales al salón.
- ¿Qué has escrito?
(Uno calla, con mala conciencia).
Y se les ocurren luego otras preguntas curiosas:
- ¿Cuántas palabras escribes al día?
(Ni idea. ¿Cien? No, tienen que ser más. ¿Mil? Esas son muchas, ¿no?)
- ¿Y cuántas letras?
(Qué alivio que lleven sus preguntas al absurdo).

Pero mi conciencia reinterpreta sus preguntas ingenuas: ¿Eso es todo lo que has hecho hoy?
¿En qué se te va el día? ¡Trabaja, coño!

Ya se han ido.
Mis sobrinos, digo; no mis remordimientos.

sábado, junio 09, 2007

VINCIT QUI SE VINCIT (VENCE QUIEN SE VENCE A SÍ MISMO)

Texto en el dibujo de una lata de cerveza sin alcohol.
¿Será su departamento de marketing un pozo de sabiduría?
Más bien me inclino a pensar que es una velada (¡y tan velada!) expresión de ánimo para los ex-alcohólicos, en plan "sigue bebiendo cerveza sin alcohol, que es la que no mata".
¿Sabrán latín los alcohólicos anónimos? Raro, pues les han engañado como a chinos.
Vincit qui se vincit.
Si supieran lo que han dicho... Hasta en la selva del consumo, se cuela la Verdad.

40 DE MAYO

Hoy es cuarenta de mayo, el único mes del año con cuarenta días
(junio tiene 21, por tanto, pero disimula empezando por el 10, y termina en 30, como otros).
Hora es, pues, de quitarse el sayo, quien sepa lo que es y lo lleve puesto.
¿Será tal vez el edredón de la cama?
(invento moderno que ha reducido el año a dos tiempos: invierno y verano, representados por "con edredón" y "sin edredón").
Parece que apetece quitárselo últimamente, pero no sé no sé... me parece arriesgado. En cualquier momento, te viene un golpe de frío.
Y lo cierto es que todavía no he sudado como un pollo por el calor.
¿Qué tal una ampliación? Hasta el 54 de mayo no te quites el sayo. Y junio, que empiece su cuenta el día de San Juan.


Cuánto se aprende con los refranes.

El día que necesite revolver Roma, buscaré a Santiago para que me ayude.

miércoles, junio 06, 2007

UN SONETO

Un soneto me manda hacer Gallud
que en mi vida afronté cosa más alta.
Catorce versos dicen que hacen falta.
y aún me quedan diez, ay, madre, qué cruz.

Yo pensé poner la mala salud
de excusa para no aceptar el reto
y rendirme ya, pero este cuarteto
ahora se termina y yo veo la luz.

Hace diez versos las pasé moradas
y ya voy terminando este terceto.
Las rimas que quedan ya están chupadas.

Dirán que en vaya líos yo me meto.
Me inspiré leyendo el blog “humoradas”.
Con la publicidad, fin del soneto.

sábado, junio 02, 2007

CÓMO SE GANAN EL CIELO LAS PAREJAS

Se confiesa la mujer:
-Padre, me acuso de que... en realidad todo es por mi marido, que es un imbécil inaguantable: perezoso, mentiroso, soberbio, desconsiderado...
- Pues rece usted cuarenta padrenuestros al día, y dígale a su marido que le absuelvo.
- ¿Cómo? ¿Hago yo la penitencia y le absuelve a él?
- Cuando venga él y me cuente, ya sabré de que absolverla. Así que rece, rece para que venga pronto.

viernes, junio 01, 2007

DESMITIFICACIONES

- La belleza no lo es todo.
(Pero es algo).
- El dinero no lo es todo.
(Pero también es algo).
- El tiempo pone a cada uno en su sitio.
(Y un poco más de tiempo quita a cada uno de su sitio).
- El éxito en esta vida poco tiene que ver con los conocimientos que uno tenga.
(Falso: si conoces a banqueros, directores de empresa, alcaldes y ministros seguramente tengas éxito gracias precisamente a esos "conocimientos").

Pero nada de esto me importa demasiado. Me vuelvo a mi sitio.

jueves, mayo 24, 2007

EXCESO

Los ordenadores e internet me sobrepasan.
Uno es sencillo.
Necesitaba un ordenador para escribir y para mandar y recibir correos electrónicos.
Pero no hay un ordenador sencillo; todos están superdotados.
Claro, luego alguien te manda una foto o un vídeo, y si el ordenador no es un poco potente se te queda colgado.
Mis documentos caben en un extraíble de 512 megas; mi ordenador es de unas 100 Gigas.
De las que, por cierto, 30 las ocupa el propio ordenador con su sistema operativo, programas y demás.
Eso sí, el word (que era lo único que necesitaba) no lo incluía, me lo tuve que comprar aparte.
Por supuesto, en un paquete que incluye el office (que, aunque poco, sí utilizo) y otros dos programas que no me sirven para nada.

Necesitaba internet sólo para el correo, alguna consulta a google, ver la cuenta del banco, y visitas a blogs (que tampoco son precisamente imprescindibles, incluido el mío).
Entre entrar y salir varias veces a diario, y lo lento que iba, tardaba tanto que me animé a coger una adsl.
Claro, que ahora va tan rápido que tardo poquísimo en hacer lo que necesito, y parece que no amortizara la tarifa plana.
Ya que la tengo, lo suyo sería hacer más cosas en internet.
Aunque no las necesite.
Un amigo me ha puesto el e-mule para descargar películas.
Me descargué una peli en 24 horas.
En el ordenador se puede ver; en el dvd no.
Luego me puse a descargarme vídeos de mi programa de la tele, para conservarlos. ¡Lo que tardaba!
Cuando los tenía, me daba reparo salir de e-mule porque había gente que se estaba descargando mis vídeos.
(Una serie de dibujos japonesa que me dio este mismo amigo).
Uno podría pasarse toda la vida conectado bajando y colgando cosas.
Con esa posibilidad, uno querría descargarse la filmografía universal completa, completamente gratis.
Pero no es necesario.
Y no es completamente gratis.
Descargarte una peli no te da trabajo, pero te mantiene pendiente.
Es como ir de pesca.
Pero más tiempo.
Y crea ansiedad.
Uno lo quiere todo.
Propongo racionalizar la "pesca" en internet.
Pescar sólo lo que vayas a ver; pescas una peli y la ves.
Yo la mía todavía no la he visto (en el ordenador apetece poco).

Tantas posibilidades, aparentemente a nuestro servicio, tal vez nos esclavicen.
Es el consumismo de la información.
Parece gratis, pero te roba el tiempo y la dedicación.
Hagamos lo que tengamos que hacer, pero hagamos cuentas.

viernes, mayo 18, 2007

UNA CUESTIÓN DE PROTOCOLO

Los gurús del protocolo se preocupan mucho de las grandes celebraciones sociales y cenas de gala con invitados de alta alcurnia, pero a este que escribe se le ocurre que también en la vida diaria debe haber un protocolo más doméstico. Plantearé un problema. A un vecino, al tender la ropa en un patio interior, se le cae un calcetín en la cornisa de la ventana del vecino de abajo. ¿Corresponde a éste coger el calcetín y subírselo a aquél o más bien es tarea del de arriba bajar a por su prenda? Soy de la opinión de que, aunque sería un rasgo de cortesía por parte del de abajo subírselo al de arriba, es obligado por varias razones que el de arriba baje a buscarlo. 1) Es él quien lo ha perdido, 2) Es él el propietario del calcetín, 3) Es él quien puede haber incomodado a su vecino con esa "invasión" de su cornisa.

Hablamos en este caso de un calcetín, una prenda que se presta a cierto escrúpulo, a pesar de estar presumiblemente recién lavada, y a que no puede considerarse del todo "ropa interior". ¿Pero y si fuéramos más allá y la prenda caída fueran unos calzoncillos o unas bragas de mujer (¿de quién si no?). Eso sí que sería una invasión de la intimidad... pero con la intimidad como invasora no como invadida. Si lo (o la) hubiéramos perdido nosotros, ¿no daría un poco de vergüencilla que viniera un vecino a traérnosla (o lo)?

En fin, que uno como presidente de la comunidad está dispuesto a llamar a la puerta que haga falta para informar, pedir, mediar o negociar con los vecinos por el bien común, pero de los calcetines propios que se preocupe cada uno. Así que, como no lo hayan recogido en una semana, yo lo tiro.

martes, mayo 08, 2007

NECESITA REFORMA

Creo recordar que al principio me sorprendían, pero uno se acostumbra y es hoy cuando, de pronto, vuelvo a caer en el sinsentido que suponen. Me refiero a esos anuncios cutres, escritos a mano y un poco feos, que se encuentran por la calle, pegados con celo en las farolas, anunciando pisos que se venden.

Que una señora rumana, ecuatoriana o polaca, seria, responsable, limpia y con buenas referencias, ofreciéndose para trabajar en casas limpiando o cuidando niños, se dé a conocer en hojas de libreta cuadriculadas manuscritas pegadas en los portales me parece normal, y hasta aplaudo su esmero en hacer buena letra en cada original, porque muchas veces no fotocopian, sino que escriben todos y cada uno de los avisos. Pero que en la farola de al lado, en plena calle, te encuentres la oferta de un piso de 144 metros en un séptimo piso en Pintor Rosales (zona) por poco más de 600.000 euros ya es más llamativo (probablemente sea un chollo, no digo que no, aunque ya me enseñó mi padre aquello de "a cuarto va la vaca; si no hay cuarto, no hay vaca").

Hay varias cosas curiosas en este fenómeno. Primero, la ausencia total de selección del cliente. Esos anuncios se dirigen a todo el mundo, como si cualquiera que pasase por la calle pudiera comprarse el piso. Supongo que, al igual que uno se ha acostumbrado a ver esos anuncios, puede haberse despertado entre los compradores una rutina. Antes, quien quisiera comprarse una vivienda, consultaba en las inmobiliarias y miraba los anuncios por palabras de los periódicos, preferiblemente especializados. Ahora, se va uno "de farolas", "a ver qué se vende por ahí".

Otra cosa es el detalle de escribir el texto a mano. Las asistentas lo hacen con cuidado y pulcritud, porque precisamente ese texto es un indicador de lo que ofrecen. Los anuncios de pisos, al contrario, son abigarrados y sucios. Si es por el aspecto del papel, lo mismo podían estar ofreciendo un chalet en Majadahonda que una fregona de segunda mano. Me parece absurdo. ¿Cómo es posible que alguien tenga un piso de cien millones y no tenga un ordenador? ¿Es que cuanto más cutre el cartel más chollo parece? Yo más bien diría lo contrario. Tomen nota los anunciantes, porque, antes que los pisos, son sus anuncios los que "necesitan reforma".

lunes, mayo 07, 2007

FRIVOLIDADES

Permítanme los lectores un frívolo apunte sobre una frivolidad. Sí, después de escribir de fútbol el otro día, hoy (estoy degenerando) me toca hacerlo sobre la tonadillera. Qué encantadora palabra: "tonadillera". La usan en los medios de comunicación como un nombre denotativo de profesión, neutro y sin matices, y sin embargo, cómo suena a epíteto repleto de ironía y retintín. Yo no puedo evitar pensar en los locutores de informativos reprimiendo una risilla cada vez que sueltan con insultante hipocresía ese "tonadillera", con cara de "yo no he dicho nada que no sea cierto; ¿no canta tonadillas? pues es tonadillera". Hasta los informativos pueden darnos alguna vez una alegría lingüística. Pero no quería hablar de la tonadillera (otra vez) sino del otro.

Leo, y no sé si creer, que el afamado y presuntamente infame exalcalde de Marbella, Julián Muñoz, se ha puesto en huelga de fame, o sea de hambre. ¿Siguiendo los pasos de algún otro preso? ¿Y cuál es el objeto de su reivindicación? Parece ser que protestar por la detención y el trato aplicados a su amiga (la tonadillera). ¿Y qué pretende ahora este sagaz estratega con su huelga? ¿Que el mundo gire hacia atrás, hasta antes de detener a la cantante (no hay que abusar de la palabra), y así haya ocasión de no detenerla ni tratarla mal? Pienso que alguien debería aclararle que no se puede hacer presión sobre el pasado. Lo más que puede conseguir es hacer desaparecer todos los documentos judiciales y policiales, y que algún sicario intervenga las hemerotecas para quemar todas las noticias referentes al tema, de forma que en la Memoria Histórica no quede rastro del maltrago sufrido por la tonadillera. Pero lo que pasó, si pasó, pasó.

Por lo demás, me parece aberrante que se utilice una huelga de hambre como si fuera una pataleta de niño caprichoso. En este caso, hasta la huelga de hambre de aquel otro preso que todos sabemos me parece más digna. Respondería a unos ideales criminales nada respetables, pero ideales al fin y al cabo, y, en todo caso, fue bastante más inteligente. De hecho consiguió lo que pretendía.

LA RAZÓN DE LA MINORÍA

El sábado volví a ver, después de años, "Un enemigo del pueblo", de Ibsen, y descubrí algunas razones y argumentos que no recordaba y me sorprendieron. El doctor Stockmann, médico del balneario de su ciudad, descubre que las aguas están contaminadas con metales pesados, por lo que será necesario cerrarlo para reformarlo. Su hermano, director del balneario y alcalde de la ciudad, y los medios de comunicación, viendo peligrar la prosperidad de la ciudad, intentan acallarlo y consiguen que la gente, que ha oído campanas pero no sabe dónde, lo considere "un enemigo del pueblo". El pueblo sólo llega a oír la versión del alcalde, y nunca la información del médico, pero ante la sola posibilidad de cerrar temporalmente el balneario, prefieren no saber. Thomas Stockmann, en un ejercicio de incorrección política impensable actualmente, arremete entonces contra los fundamentos de la democracia y el sufragio universal. "¿Por qué ha de tener razón una mayoría de borregos manipulables y manipulados?" viene a decir el doctor.

Creo recordar que hace años un anuncio publicitario utilizaba el argumento de que "millones de personas no pueden equivocarse" como eslogan para su producto. Recuerdo que a veces al pensarlo me ha quedado una extraña sensación interior de que debería ser justo al revés. La mayoría de la gente está equivocada; sólo unos pocos tienen la razón. Lo difícil es reconocer quiénes son, porque ser minoría no garantiza estar en posesión de la verdad. Eso nos llevaría a un extraño sistema de elecciones en el que habría que dar el triunfo al grupo menos votado.

Políticos, medios de comunicación y ciudadanos están representados en la obra, y ninguno de ellos queda bien parado. Políticos y ciudadanos vimos la obra y la aplaudimos, sin darnos nadie por aludido.

jueves, mayo 03, 2007

IGNORADOS

Me entero por el blog chicadelatele de que hay un videojuego que se llama TV Giant en el que tienes que gestionar una cadena de televisión. He entrado a verlo. Dice lo siguiente:

"TV Giant
¡Por primera vez en un videojuego, podrás gestionar y dirigir tu propio canal de televisión!
4 canales de televisión se reparten la red local de la ciudad y sus espectadores. Como director de tu cadena, deberás intentar reunir la mayor audiencia, ganar los máximos anunciantes posibles y obtener el más alto nivel de satisfacción por parte de los telespectadores.
Para ello tendrás que echar mano de las mejores estrategias a tu disposición:
- Contrata y despide a los presentadores, actores, realizadores, cámaras…
- Compra los estudios necesarios para realizar tus programas
- Produce tus propias emisiones, telefilmes, series…
- Modifica a tu gusto la parrilla de programación
- Gestiona la administración y forma tus equipos
- Organiza la publicidad en la cadena y en cada uno de los programas
- Negocia los spots publicitarios difundidos por vuestra antena
Pero sobre todo decide las emisiones que serán pasadas en tu canal, su formato y horario… en función de los sondeos de opinión, para convertirte así en el rey de la audiencia. ¿Conseguirás seducir a todos los telespectadores de menos de 50 años ?"

Llamo la atención sobre la primera de las estrategias: Contrata y despide a los presentadores, actores, realizadores, cámaras... ¿Y dónde quedan aquí los directores, redactores y guionistas? Luego dice "Produce tus propias emisiones, telefilmes, series...". Que, claro, supongo que las escribirán los presentadores, o las improvisarán los actores, con las directrices del realizador y el visto bueno del cámara.

No es por ir de susceptible, pero en una serie en que trabajé, el actor protagonista y productor ejecutivo de la misma, reunió al equipo en un momento de crisis para agradecer el gran trabajo que se estaba haciendo (o se había hecho, no sé si ya terminábamos). Y felicitó, uno por uno, a todos los actores y a todos los equipos, dejando para el final a los guionistas. Tan para el final, que ninguno oímos que se nos mencionara.

Buena enseñanza ésta para que aprendamos a ir por la vida desaparecidos, sin darnos importancia, como si no existiéramos.

miércoles, mayo 02, 2007

LIVERPOOL

No soy demasiado futbolero. Ni soy socio de un club ni he ido nunca a un estadio - ni pienso - ni hago esfuerzos por ver los partidos en televisión. Cuando los veo, los suelo coger empezados, aunque, eso sí, si simpatizo con un equipo, me altero con el desarrollo del juego, los goles que fallan, las jugadas de peligro, las injusticias arbitrales o los golpes de fortuna.

Ayer puse el Liverpool-Chelsea a mitad de la segunda parte, a ver cómo iban. El Chelsea me cae mal, porque me parece un equipo prepotente, bien representado por el chulo de su entrenador Mourinho. Con el Liverpool, sin embargo, simpatizo por varias razones. Por ejemplo, que el entrenador es español y muchos de sus extranjeros también. Quizá jueguen en el Liverpool más españoles que en otros equipos de aquí.

Pero, sobre todo, porque tengo un buen amigo (¿los hay malos?) que es seguidor suyo. Seguidor de irse hasta Turquía para ver la final de la Champions. No comparto su visión apasionada del fútbol, pero reconozco en su afición y la de toda su hinchada algunos valores.

En aquella final de Turquía, el Liverpool se fue al descanso perdiendo 3-0. Muchos hinchas se habían gastado una pasta en el avión y la entrada, y en sólo 45 minutos el partido estaba ya perdido de forma humillante. ¿Pero qué podían hacer? ¿Aguantar la segunda parte con la cara hasta los pies rezando porque el Milán no les metiera más goles? Era una posibilidad. Ellos escogieron ponerse a cantar el himno de su equipo, "you'll never walk alone".

Otra razón, por cierto, de mi simpatía hacia ellos: cantan todos juntos sin pudor alguno una balada melódica de contenido casi religioso (nunca caminarás solo), y demuestran una fidelidad por el grupo poco usual. Aquí muchas veces parece que los socios de un club son los "dueños" de los jugadores y el entrenador y pueden exigirles que cumplan su trabajo y mostrarles desprecio si hay malos resultados. La sensación que me da el Liverpool (tal vez me equivoque) es que todos, jugadores y afición, son lo mismo.

En la segunda parte de aquella final el Liverpool empató y le sobró tiempo. Luego hubo prórroga y penaltis, y ganaron la Copa de Europa. Los jugadores - y Rafa Benítez - se convirtieron en héroes. Pero aunque hubieran perdido, la afición ya había hecho su heroicidad particular.

Parafraseando la última campaña de publicidad del zoo de Madrid ("los animales nos enseñan a ser personas"), podíamos decir con respecto al fútbol que, en algunos casos, algunas aficiones también nos enseñan. (¡Hala, lo que ha dicho!)


Ayer, al terminar el partido, vi que me estaba poniendo nervioso por algo que en realidad ni me va ni me viene, y no quise ver los penaltis. Luego miré cómo habían quedado, y me arrepentí. Espero que en el informativo repitan la tanda de penaltis. Yo también soy portero, y cuando uno de nosotros para un penalty, siento un absurdo orgullo gremial (no os preocupéis, que me lo estoy trabajando).

Todo este post se puede resumir en dos cosas:
- que los Reds me parecen un equipo con corazón
- y que ¡enhorabuena, Amador!

martes, mayo 01, 2007

FESTIVOS

Esto de trabajar en casa tiene un algo de ir a la contra. Cuando todos trabajan, uno se siente de vacaciones; cuando es fiesta, que pringa. Lo digo porque hoy estoy currando. Y mañana también.
No me gustan estos festivos entre semana. Rompen el ciclo natural de la semana, que empieza, se interrumpe y vuelve a empezar para terminar al día siguiente sin que a uno le dé tiempo a acostumbrarse ni al trabajo ni a las vacaciones. Mientras tanto, cierran las tiendas, y acostumbrado como estoy, a comprar de poco en poco en las tiendas del barrio (frutería, herbolario, y un par de supermercados), esto de saber que durante dos días enteros no puedo comprar nada si lo necesito, la verdad, me da un poco de vértigo. ¿Qué sería de mí en tiempos de guerra? Tendría que acostumbrarme a hacer una exhaustiva lista de la compra antes de salir o exponerme mil veces entre las trincheras y los tiroteos para llegar a la frutería a por un par de limones y un poco de perejil que se me había olvidado. Diréis que compre más en cantidad para que me dure, pero es que los plátanos, por ejemplo, no los puedo comprar más que de cuatro en cuatro, porque se me pasan.

En el mundo de las fiestas, es todo muy extraño. ¿Por qué el día del trabajo se celebra sin trabajar? Y si los días de la madre y del padre se les hace regalos a los susodichos, ¿por qué en el día del trabajador los empresarios no nos envían un jamón a los currantes? Por cierto, ¿sabrá mi productora que estoy trabajando? Nosotros, por la mecánica del trabajo, no podemos tomarnos un día libre, porque se descabalaría todo, de modo que, o descansamos o trabajamos, pero tiene que ser la semana entera. En semana santa optamos por lo primero, y hemos tenido que firmar un papel diciendo que nos tomábamos lunes, martes y miércoles de vacaciones. Ahora tendré que pedirles que nos firmen otro dándose por enterados de que hemos trabajado el 1, el 2 y el 15 de mayo, san Isidro, que también le daremos a la tecla.

Aquí lo dejo, que al final va a ser verdad que no trabajo.

jueves, abril 26, 2007

EMOCIÓN Y REFLEXIÓN

¿Qué quieren? Uno no es del todo de piedra y hay cosas que también le emocionan aunque probablemente no las mismas que a todo el mundo.

Recojo a un sobrino en el colegio y veo la siguiente escena: Un niño pequeño, rebelde, no acepta una galleta que le da su madre para merendar, la tira al suelo y se va. El padre, que está cerca, va a por el niño, lo coge de la mano, lo trae junto a la galleta y le obliga a recogerla y a dársela. Luego, le mira serio a los ojos y le dice que no vuelva a hacer eso. De pronto me emociona ver a un padre cumpliendo con su deber, mostrando su autoridad y educando a su hijo. Hubiera sido más fácil recoger él mismo la galleta y tirarla a una papelera sin más, ahorrándose el paripé del padre enfadado y aguantar el berrinche del niño. Pero esa lección es necesaria. Esto, que una persona desempeñe su papel y, como en este caso, eduque a su hijo, es algo más cercano al amor que la mayoría de las carantoñas de las parejas que se dicen "de enamorados". Y a mí me emociona más.

Ahora la reflexión. Ayer nos sorprendía la noticia de una madre asturiana que había pedido al Principado que se hiciera cargo de su hija de trece años, a la que le es imposible mantener a raya. Siento compasión por estos padres que tienen que lidiar con una hija irrespetuosa, agresiva y ladrona que no les reconoce ninguna autoridad, y desde luego no me atrevería a formular ningún juicio sobre ellos. No son un caso único. Mis amigos profesores se ven abocados a ejercer de meros celadores de una generación de adolescentes ineducados que, en el mejor de los casos, se limitan a simplemente no crear problemas. No sé nada de ellos y sus circunstancias familiares, pero me ronda la cabeza una reflexión. ¿Alguien, cuando eran niños, les cogería de la mano y les obligaría a recoger esa galleta, juguete o papel que hubieran tirado al suelo en acto de rebeldía? ¿Alguien les miraría a los ojos con autoridad alguna vez y les explicaría las reglas del juego del respeto y la convivencia?

viernes, enero 12, 2007

DECISIONES

Tenía que tomar una decisión incómoda, y los acontecimientos se han acomodado por sí mismos a mi favor. Todo ha quedado de la manera más ventajosa para mí sin necesidad de dar, ceder o negociar. Doy las gracias a quien corresponda. Vendrán nuevas cuestiones, pronto quizás, y más difíciles.

Cuando yo sea quien quiero ser mis decisiones ya no serán apuestas, sino certezas.

jueves, enero 04, 2007

UNA ENEMIGA DEL PUEBLO

Un hombre descubre un problema en las aguas de su pueblo, con el agravante de que el balneario es la principal fuente de ingresos de esa comunidad. El hombre intenta dar a conocer esta noticia, y ponerle remedio al mal, pero eso supone renunciar a un importante negocio. ¿Resultado? Vecinos, amigos e incluso familiares le intentan callar la boca, y como él se resiste, acaban considerándolo "enemigo del pueblo". El argumento es de Ibsen.

Ahora (en realidad el mes pasado, pero la cosa no parece que tenga mucha prisa) la ministra de medio ambiente suelta como si tal cosa que se podrían hacer las corridas de toros sin matar al animal (supongo que también sin banderillas ni puyas, no sé exactamente qué propone). Sé que hay opiniones en contra y que se esgrime el argumento del arte y la cultura, pero yo pienso que la mal llamada fiesta nacional (ni nos representa a todos ni tiene mucha gracia, la verdad) es una tortura a los animales. Me parece obvio. Ahora lo señala la ministra y se le echa encima todo el mundo. Y uno de los argumentos a favor de la tauromaquia es que hoy por hoy, representa una industria que mueve no sé si 2000 millones de euros o así, que se dice pronto. ¿Y Narbona nos la quiere desvirtuar e irla quitando poco a poco? Es una enemiga del pueblo. Pues yo voy a romper una lanza (o una vara, si preferís) a su favor.

Si el hombre está llamado a desarrollar su humanidad, y ésta pasa, entre otras muchas cosas, por el respeto a los animales, querer anclarnos en estas costumbres no es hacer mucho por nosotros, ¿no? A lo mejor el verdadero enemigo del pueblo es el propio pueblo.

Hace unos meses se estaba hablando de asimilar a los monos como beneficiarios de los Derechos Humanos (de los que, por cierto, no todos los humanos disfrutan) y ahora nos escandalizamos porque simplemente se piensa en la posibilidad de no matar a los toros en las plazas. ¿No es un poco contradictoria nuestra generosidad con los monos y nuestra falta de delicadeza - por llamarlo así - con los toros?

"Al que no le guste que no vaya", dice el torero. "Al que no le guste que no fume" podrían decir también los fumadores (creo que lo decían hasta el año pasado) o "al que no le guste que no mire", los partidarios de la pena de muerte... y así con tantas cosas.

A lo mejor no es que los monos sean como los hombres, sino que los hombres seguimos siendo como los monos, y por eso podemos permitirnos algunas licencias. ¿Qué torturamos a los toros? Sí, ¡pero es tan bonito...! ¡Disfrutamos tanto...! ¡Mueve tanto dinero...! Mejor no pensemos en ello y persigamos a la que nos señale nuestro error: es una enemiga del pueblo.

martes, enero 02, 2007

FELIZ 2007

Este año no he felicitado a nadie. O casi. No he enviado mensajes ingeniosos. Casi todas mis felicitaciones eran del tipo "igual para vosotros" o "también para ti". Sólo he contestado a quien me felicitaba. Algunos de ellos no eran precisamente las personas más cercanas, sino, seguramente otros que, como yo hasta ahora, practicaban el "detallismo", el deporte de querer "estar en todo" con todos y en todo momento. Se pierde mucho tiempo y energía con ello. Este año me he liberado, no sé si definitivamente. El tiempo lo dirá.

En todo caso, no del todo. A los pocos incondicionales que me visitéis os deseo un sincero FELIZ 2007.

Bueno, con matices.

Porque... ¿qué es la felicidad? ¿Y si un día descubriéramos que si no la tenemos es porque no sabemos lo que es? Con frecuencia se nos identifica la felicidad con la alegría, el entusiasmo, la agitación, el cumplimiento de deseos - profesionales, personales, materiales, sentimentales, sexuales -, la actividad, el viaje, el derroche de dinero, tiempo, fuerza y energía, el mucho hacer y el poco pensar... En esta sociedad de consumo lo que al final se nos consume es la vida.

Seamos valientes y no le pidamos al 2007 que nos traiga lo que deseamos... sino lo que verdaderamente necesitamos (que para algunos es una buena mili, y lo dice un objetor).

Buen año para todos.