martes, julio 10, 2007

NADA COMO IRSE DE CASA PARA RECIBIR MENSAJES

Cuando era pequeño, comprábamos leche de vaca en el pueblo. Quiero decir, recién ordeñada, ni en botella ni en tetrabrick, ni pasteurizada ni uperizada. Los procesos sanitarios eran caseros, y se reducían a hervir la leche según la traías. Después, ya quedaba apta para el consumo humano (o eso espero).

La leche se ponía en enormes cacerolas y se vigilaba hasta que empezaba a hervir, se ponía en ebullición y su volumen crecía. Era el momento de apagar rápidamente el fuego. La cosa tenía su ceremonia, porque la leche tardaba mucho en subir, pero una vez que subía, se aceleraba el ritmo, y lo hacía en unos segundos. Por eso, no era infrecuente que, en un momento de descuido, la leche se saliera, armando gran desastre en la cocina. Parecía que la leche tuviera constancia de nuestra atención y aprovechara el momento en que te despistabas para escapar.

Con las llamadas, mensajes y noticias, sucede parecido. Estás en casa expectante y no llama nadie, y basta que salgas a hacer un recado para que te encuentres tres correos a la vuelta.

Impacientes del mundo, ¡salid a la calle!

9 comentarios:

Daniel S dijo...

Pues yo me he largado todo el fin de semana, he llegado a casa, he levantado el auricular y "No tiene mensajes nuevos"

Se le queda a uno una sensación de intrascendencia...

Álvaro dijo...

No te preocupes, Dani. Al menos yo te contesto.

Sakura dijo...

A la vuelta de vacaciones yo he llegado a echar de menos cuando trabajaba en una oficina y al volver tenía 239 mensajes sin leer.
Las ostras (y menos las bordes) no estamos tan solicitadas... ¡Ay!

Álvaro dijo...

Tendrías que hacer un post en blanco en el blog cuando te vas de vacaciones, para que los amigos y visitantes te dejemos mensajes cuando entramos a ver si ya has vuelto. Quizá haga yo eso en el mío.

Sakura dijo...

Es una buena idea. Prueba y a ver qué pasa.

Álvaro dijo...

Jajajajaja..

Ya se sabe, la ley de Murphi..


Jajaja

Galahan dijo...

Yo sé que si necesito hablar con alguien y tengo tiempo (cosa extraña), le llamaré y:

a) No me cojerá.
b) Me colgará.
c) Estará comunicando.

Justo cuando acabe mi tiempo disponible porque bien he quedado, bien trabajo, bien estoy conduciendo... me llamará.

¡Me pasa siempre!

Durante una época descubrí que hasta que no me diera de alta en un curso del INEM, no me llamarían de un trabajo. Matemático.

Lucíayelseso dijo...

A mi no me pasa cuando no estoy en casa o salgo fuera, sino cuando me dejo el móvil...cosa no poco frecuente con lo desastre q soy...
Ah! tb cuando me quedo sin batería, claro.

Álvaro dijo...

Por regla de tres, podemos concluir que el ermitaño tiene un montón de amigos que a todas horas quieren hablar con él.