viernes, octubre 31, 2014

MIS AMIGOS ARTISTAS

Parece que Borges estaba más orgulloso de los libros que había leído que de los que había escrito. No sé si esto es extrapolable a los amigos, pues me veo rodeado de un círculo cada vez mayor y cada vez mejor de artistas, pintores, poetas, escritores, intelectuales de cuya amistad me precio y me honro, aunque el talento y el trabajo no se peguen demasiado. Y si están pensando mal, piensan bien. Además de orgullo, también me dan un poquito de envidia que no me va a impedir admirar su obra.

Tengo una paradoja sentimental entre la mala conciencia de ir retrasado con mis crónicas que nadie me ha pedido y la delectación en un ocioso y continuado dejar para mañana. Trataré de destilar ambos sentimientos para quedarme con lo mejor: encontrar el placer, pero no en el "dolce far niente" sino en su culminación (un "fare qualcosa, per piccola que sia"), que en este caso será ser fiel a mí mismo y cumplir con ese deber responsable de escribir. Empiezo con Guillermo.

TESIS: BELLEZA SERENA

Me perdí la inauguración de la exposición de Guillermo Summers "Unveil", en la galería Kreisler, Hermosilla 8 (a punto de terminar, dense prisa), y la vi en acompañada soledad ya hace un par de semanas. Leí alguna reseña y las he olvidado para no repetir a los profesionales.

Entrar en la exposición es ya pasar a otro plano. Esquivamos el tráfico y el ajetreo consumista de una de las calles más comerciales y caras de Madrid doblando una esquina y refugiándonos en Kreisler. Silencio, espacio y luz donde respirar y detener el tiempo.

Allí nos acogen unas obras claras, de neblinas luminosas, donde la clásica yuxtaposición de fondo y figura se trastoca, de manera que el fondo pasa a primer plano en forma de velo, dejando entrever formas perfectas y sencillas, negro sobre blanco, o casi negro tras blanco, pero ni siquiera negro, ni siquiera blanco.

No podría relacionar esta obra con ningún otro estilo o género; me evoca más espiritualidad, me lleva al zen. Todo es ordenado y armonioso, tranquilo, sin estridencias. Viendo la obra uno se imagina al artista encarando el trabajo como una ceremonia del té.

El trabajo es tan limpio y perfecto que me cuesta pensar que los resultados no hayan sido buscado premeditadamente y al milímetro, pero en cuestión de emociones no todo se puede prever. No sé si Guillermo pretendía hacer una obra reflexiva e introspectiva o si es algo que pongo yo junto con la circunstancia en que accedo a su obra, pero así me lo parece.

La exposición me infunde serenidad y, de alguna extraña manera, me devuelve la confianza perdida en el ser humano y en el arte. Si el hombre, representado por un hombre, el artista, en este caso, es capaz de esta perfección, de esta belleza, silenciosa y callada, que reclama ser vista, pero sin gritos ni exigencias. Parafraseando al personaje de Jack Nicholson en la comedia "Mejor Imposible", ver esta exposición hace que uno se sienta mejor persona (¡Ojo, corruptos! Con venir no se perdonan los pecados, hay que devolver el dinero).

Mi amigo y compañero de trabajo Fernando del Moral, en una antigua conversación, bromeaba con la expresión "belleza serena" que he delicado a "Unveil" y que por entonces solía atribuirse en exclusiva mujeres de la realeza un tanto inexpresivas. Esa serenidad le sonaba a muerte; para mí es vida. Interior, profunda, elevada.

Pero el político que hay dentro de mí igual puede hablar bien de una cosa y de su contraria; en este caso, además, con sinceridad. Porque la exposición de Roberto Villar no puede ser (en contenido y circunstancias de la visita) más distinta y a la vez también brillante.

ANTÍTESIS: MÚLTIPLE AZAR

Si mi visita a la exposición de Guillermo fue recogida y meditativa, al día siguiente, convocado por Roberto, compañero guionista devenido artista plástico (lo que me hermana doblemente con él), me sumí en el ajetreo mundano de una inauguración. Coincidí con otros compañeros, apenas con el artista, y haciendo honor al título de la exposición ("El Lenguaje del Azar") compartimos los azares y vicisitudes laborales de los viejos y los nuevos tiempos.

Expone Roberto en Siluro Concept (Cervantes, 3, creo que aún le quedan unos días también a esta exposición), unos cuadros que expresan la cara oculta, desordenada, desconcertante de un guionista acostumbrado al juego de la lógica y los significados de las palabras, al humor y a los quiebros de los dobles y triples sentidos, siempre racionales, a las frases con dirección y meta, a los relatos con planteamiento, nudo y desenlace. Parecería que, de pronto, en la pintura, encontrara Roberto una especie de "escritura automática" y, por tanto, azarosa, pero que, por sí misma va encontrando su propio sentido. Como la vida misma.

Mucho color, mucha materia en su pincelada, que más que extendida es percutida, a golpe de espátula angulosa, que, como ladrillos, van construyendo los espacios y, en algunas ocasiones, acaba dejando ver como salida de la nada, una figura real, un gato, una figura femenina, un rostro, y siempre la luz... Quizá no hay tanto azar, después de todo. Puede que la vida, múltiple y colorista, se vea a veces desbordada por su propia multiplicidad, pero en el "Lenguaje del azar" una inteligencia (la mano, no invisible, del artista) pone armonía en los colores y la composición. Quizá la clave esté precisamente en eso, en el "lenguaje". Donde hay lenguaje no hay caos.

SÍNTESIS: TEMPO JUSTO

Y termino, de momento, con Adolfo (y digo de momento, porque ahí tengo a Elena Goatelli y Ángel Esteban  dando vueltas por el mundo y ganando premios con sus documentales , a Rafa Soler lanzado en una carrera consigo mismo a ver cuántos libros de poesía consigue publicar, a María Ruisánchez, que publica ya su segunda novela, o al propio Fernando del Moral del que antes hablaba, que para diciembre nos presentará "Una gran profesional").

Sólo listar estos nombres ya me revela lo múltiple y diverso de mi vida, por monacal que sea. Y de eso, de lo diverso, trata el libro (Diverso.es) de Adolfo Cueto, XL premio ciudad de Burgos, que presentó el experto y ameno crítico Niall Binns. Habla el libro de los tiempos modernos, y el presentador da testimonio de una vida posible sin móvil.

El evento, emotivo por el tiempo acumulado, pues nos conocemos desde hace más de veinte años, fue más íntimo que la presentación de Roberto, y menos solitario que la exposición de Guillermo. Y creo encontrar ese término medio en otros elementos: la voz templada del poeta, su ritmo adecuado, su tiempo tranquilo con ceremonia y sin parsimonia, buscando el sentido entre lo solemne y lo ligero, lo vital y lo cotidiano, la trepidante vida exterior y el lento transcurrir del tiempo de la creación. Citaba, por cierto, Niall Binns a un poeta (lo siento, he olvidado quién) que hablaba del ocio necesario para escribir, y me engaño sintiéndome artista sólo por no hacer nada.

Y en este mundo múltiple y único, pero sobre todo dual y de contrastes, interrumpo abruptamente mi crónica al recibir una llamada para ofrecerme un trabajo. Mi búsqueda pasiva de empleo ha dado resultado.

En resumen, que recomiendo:

- Exposición "Unveil", Guillermo Summers, galería Kreysler, Hermosilla 8.
- Exposición "El Lenguaje del Azar", Roberto Villar, Siluro Concept, Cervantes, 3.
- Diverso.es, Adolfo Cueto (XL Premio Ciudad de Burgos), editorial Visor.


jueves, octubre 16, 2014

S.E.R. O NO SER

Mitad de septiembre. Recibo una carta del grupo Popular del Ayuntamiento de Madrid alardeando de algunas de las cosas que han hecho y que piensan hacer con nuestro dinero (polideportivos, bicis, plazas de Margaret Thatcher...) y anunciándome que el año que viene quitarán el impuesto de basura (que hace unos años se sacaron de la manga) y reducirán un 12% el IBI (que en los últimos diez años prácticamente se ha triplicado). 

INCISOS:
- La perspectiva del tiempo nos alerta sobre la gratuidad de los nombres de los partidos.¿Partido "Popular"? Me dan ganas de fundar el Partido Salvador para obligar a la prensa a llamarnos "salvadores" hagamos lo que hagamos.

- El IBI, ese impuesto de ortografía desconcertante. Tratándose de la vivienda, uno pensaría que se escribe con uve: IVI, lo cual le pondría de inmediato en la familia del IVA. Sin embargo, eso significaría Impuesto de la Vivienda y nos sobraría una I, que por razones obvias no podría ser de Ipotecada, porque sería redundante. El caso es que significa Impuesto sobre Bienes Inmueblesy evidencia que ya se ha cumplido aquella profecía de nuestros mayores "Nos van a acabar cobrando hasta por respirar". Por respirar no, pero si nos cobran por la vivienda, en realidad nos están cobrando por vivir.

Continúo. Dos semanas más tarde me llegan el recibo de basura y el IBI de este año, convirtiendo en una broma absurda la carta anterior. Si, dentro de un año uno de estos impuestos no estará, y el otro sólo será un 280% más caro que hace diez años, pero ahora ¡paga! No comprendo estas ganas de nuestros gobernantes de quedar mal.

Y ahora, lo mejor. Me mandan una carta para la Renovación del SER. Me conmueve el interés del ayuntamiento en el desarrollo espiritual de los ciudadanos. En concreto, de los residentes, pues el epígrafe completo es RENOVACIÓN Residentes S.E.R. O sea, que los que no residan en Madrid, que no se renueven. Tampoco estaría mal que renovaran su ser los que mandan, que no digo que lo tengan peor que nosotros, pero tienen más peligro.

Pero al abrir el sobre llega la realidad con su prosa, y descubro que ese "ser" son sólo siglas, las irónicas siglas del Servicio de Estacionamiento Regulado, y digo irónicas porque no veo el servicio por ningún lado. Un servicio sería que el ayuntamiento pusiera aparcacoches a los residentes que pagamos la tarjeta, pero eso de pagar primero y buscarse la vida después no lo hacen ni los gorrillas sevillanos. Ellos al menos tienen la decencia de no cobrarte hasta que no has aparcado.