jueves, abril 02, 2015

LOS HUESOS DE CERVANTES

1. Buscando bajo el suelo del convento
de las monjas descalzas Trinitarias,
se han encontrado huesos, más de ciento.
No son de una persona, son de varias.

En concreto, los hay de dieciséis,
y entre tanta osamenta, por fortuna,
os lo aseguro, no sé si me creeréis,
no hay hueso ninguno de aceituna.

Han tratado de hacer interesantes
unas letras que dicen MC
diciendo que quizá son por Cervantes

Pero el autor en sí no se distingue,
pues la tumba se ve que no es de un single;
es de lo que llamaban LP.

2. Para mí que no están en sus cabales
quienes persiguen quimera tal
como tratar de hallar restos mortales
de un autor que decimos inmortal.

Pero aceptando que la podredumbre
le ha alcanzado también a don Miguel,
imaginen también que alguno es él,
en medio de esa muchedumbre.

Devenido romántico en lo eterno,
entonces el Miguel del siglo de oro
yace con su mujer , ¡caray qué tierno!

Qué tierno, sí, y falto de decoro,
pues descansa por siempre con su esposa
más catorce personas en la fosa.

3. Hay indicio en verdad, y muchas ganas
de haber encontrado a su persona.
A Cervantes, comentan las hermanas,
lo enterraron allí… o por la zona

Mas tanto cuerpo junto y hueso pocho,
a la ciencia le dificulta el caso:
el carbono catorce queda escaso;
es mejor el carbono … dieciocho.

El hallazgo, en verdad, no es para tanto:
lo que quede del genio son retazos,
no se sabe si de él o de algún santo.

Manco era su mote, el de Lepanto.
Habrá que comprobarlo sin más plazos:
los restos lo son, mancos… de dos brazos.

4. ¡Es Cervantes! – proclaman los científicos,
¡Es Cervantes! – qué hallazgo tan magnífico.
¿Qué Cervantes? – se pregunta el político.
Cervantes, don Miguel, autor prolífico.

¿Cómo saben seguro si es Miguel?
Esa seguridad, ¿cómo la tienen?
Si es imposible la prueba de ADN,
¿quién puede atestiguar que este es aquel?

Con certeza no hay nadie que lo afirme,
será Miguel si nadie lo desmiente
aportando una prueba de repente:

un cuerpo cervantino irrebatible.
Raro será si hay alguien que se anime
y que quiera buscarlo, y que lo encuentre.

5. No ha sido la labor nada sencilla
- ¡ciencias y letras juntas varios meses! -,
pero en el municipio había intereses
de que pasase gente por taquilla.

Si la tumba es del célebre Cervantes,
la visita a la tumba ahora se cobra.
Pongamos nuestras manos a la obra,
fijemos la tarifa cuanto antes.

Va a aumentar el turismo en gran medida,
al menos eso auguran los expertos,
pues Madrid ya tendrá lo que uno pida.

Vendrá gente al teatro y a conciertos,
la ciudad seguirá teniendo vida,
pero atraerá a más gente con sus muertos.

6. ¿Qué opina, a todo esto, el interfecto?
¿Le habrá sentado mal ser descubierto
o, al contrario, le parece perfecto?
¡Quién puede saber qué piensa un muerto!

Si en acordarse no tuvo interés
del pueblo de la Mancha del Quijote,
qué más le dará que salgan ahora a flote
los podridos huesos de sus pies.

Igual le daba risa este montaje,
que den tanta importancia y rindan culto
a su cuerpo hecho polvo, ya corrupto,

Y puede que lo tome como insulto,
pues como autor, el mejor homenaje,
no es verle a él, es leer sus personajes.

7. SONETO INVERSO

Para mí los restos de Cervantes,
los únicos que son interesantes,
don Quijote y Sancho son, y Dulcinea.

Si esto anima a la gente a que se lea,
bien hallada la sepultura sea.
Y que busquen también a Rocinante.

Aunque, no sé por qué, mucho me temo,
que haber hallado al fin su sepultura
no va a animar a nadie a la lectura
y seguiremos siendo igual de memos.

En todo caso, yo me maravillo:
el tesón y el trabajo han sido enormes,
el reto será hallar ahora en el Tormes
al anónimo autor del Lazarillo.