tag:blogger.com,1999:blog-251211512024-03-07T04:41:29.128+01:00COLUMNA DE JUGUETEDel sentimiento lúdico de la vida.Álvarohttp://www.blogger.com/profile/13468118606210866753noreply@blogger.comBlogger234125tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-89492942093803163592023-10-28T11:15:00.002+02:002023-10-28T11:19:02.553+02:00 INGENUIDAD<p><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">Salgo del desayuno dispuesto a pitar para terminar el recreo, cuando me aborda con una urgencia inaplazable un pequeño de 1º. Sigo sintiendo la emoción de ser visto como un superhéroe salvador, pero con el paso del tiempo pesa sobre mí la evidente dificultad de hacer justicia. Y además, es la hora de hacer las filas.</span></p><span id="docs-internal-guid-e1e7a2a7-7fff-be6a-5fd2-dddd9789e064"><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Un mayor de 3º le ha colado una pelota en la azotea. El titular es claro. El cuerpo de la noticia, sin embargo, se vuelve confuso entre el griterío de varios niños que dan su versión. Quizá todos la misma, pero con términos y ritmos diferentes. Un profesor compañero está cerca y conseguimos dilucidar que un alumno de 1º ha dado un balonazo (se entiende que sin querer) a otro de 3º, le ha tirado un zumo, y este, de una patada, le ha colado el balón. Los objetivos, pues, serán recuperar la pelota (para lo que no sé con quién hay que hablar) y sancionar a este Sergio Ramos</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: xx-small;">1</span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> adolescente. Pero yo no doy clase en 3º y es difícil que sepa quién es.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Los niños no conocen su nombre y me temo que impere la ley del silencio. Sin embargo, el sentido de la justicia es mayor en este chico. Lo localiza entre los cientos de caras del patio y corre hacia él con entusiasmo temerario a una velocidad inalcanzable para este señor mayor, que lo sigue a distancia sin perderle de vista. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Cuando llego a la escena encuentro un cuadro que no había llegado a imaginar. El mayor se apoya en los hombros del pequeño y mirándole a los ojos, con tono de disculpa y diría que con ternura, le asegura que le comprará otro balón igual. El otro, sincero siempre, dice que no era suyo, sino de otro compañero. Se toman los nombres como adultos que firmaran un parte amistoso por un golpe en los coches, y cierran un compromiso. El de 3º me ve y, sin que pregunte nada, me relata los hechos reconociendo que ha reaccionado mal y me explica que va a reparar el daño.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Parece todo tan fácil que una parte resabiada de este señor mayor se aferra a la desconfianza. Pero, como decía el aforista argentino Antonio Porchia, “un poco de ingenuidad siempre me acompaña y es ella la que me protege”, y elijo confiar en su palabra. Al fin y al cabo, es un alumno del cole. Triste sería la vida del profesor si no creyéramos en los efectos de la educación.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">No me resisto a elaborar una moraleja para el chico de 1º: “de lo que era un problema, has sacado un amigo mayor”. Me subo a clase con una sonrisa. Entre tanto conflicto y discusión, a veces surge espontánea la concordia. Y lo mejor de todo es que no he tenido que hacer nada. </span></p><div><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div><div><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span id="docs-internal-guid-4f99dedd-7fff-f20b-2ced-48af1e3e8879"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: xx-small;">1)</span></span><span style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"> Podéis cambiar la referencia por la de cualquier otro futbolista que alguna vez haya lanzado un penalty a la grande.</span></span></span></div></span>Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-5573351019376054162023-10-15T00:09:00.001+02:002023-10-15T00:09:13.736+02:00 ANTIPÁTICO<p><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span> </span><span> </span>–</span><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;">Busco unas gafas para parecer antipático –
indico a la óptica de la tienda.</span></p><p><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"><span> </span><span> </span><span> </span> </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;">– ¿Qué eres, profesor? –</span><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"> me pregunta.</span></p><p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">Es posible,
quizá, que haya reelaborado el diálogo, y la pregunta de la dependienta
estuviera un poco dirigida por mí, pero la literatura está para perfeccionar la
vida, que a veces hace mal los chistes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">Dilaté mi
encargo para finales de agosto, a punto de empezar el curso, a pesar de que ya
a finales de junio había tomado una decisión, marcada por dos circunstancias:
la rotura de mis legendarias gafas redondas de metal, que tanto me costó
encontrar en su día y cuyo dibujo las había convertido ya casi en mi imagen de
perfil universal para todas las redes sociales, y la voluntad de generar en mis
alumnos el mismo temor reverencial que teníamos en nuestros tiempos a los
profes en general y a los curas en particular, y que en estos días solo he
visto en las clases de algunas compañeras, de inglés para más señas (lo digo
con envidia)<a href="file:///C:/Users/Usuario/Desktop/ANTIP%C3%81TICO.docx#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Calibri",sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[i]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. Mis
gafas se pudieron reparar, pero necesitaba un repuesto. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">Había
imaginado que la perfecta redondez de mi montura suavizaba las formas de mi
rostro y me hacía parecer tan amable y bondadoso que incitaba a los jóvenes a
tomarse confianzas por encima de sus posibilidades. En ningún momento se me
ocurrió pensar que estas mismas gafas, junto con la barba, habían hecho a mis
alumnos confundirme con rostros tan adustos y rigurosos como los de Clarín y
Unamuno. En una suerte de pensamiento mágico, imaginé que unas gafas de pasta
oscura, de formas rectas y angulosas, podrían hacer un efecto de entrecejo
fruncido permanente y mantener acogotados a los impresionables adolescentes.</p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">De momento,
dos alumnas me han pedido que vuelva a llevar mis gafas de simpático. Aunque,
la verdad, no las veía muy acobardadas mientras fabricaban durante mi clase de
Lengua los anteojos de papel que me luego me regalaron. Juran y perjuran que
estaban atentas y se enteraban de mis explicaciones. Cuando recogía su obsequio artesanal no podía
evitar que me invadiera un oscuro pensamiento: ¡Maldición, ya les he vuelto a
caer bien!</p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<div style="mso-element: endnote-list;"><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/Usuario/Desktop/ANTIP%C3%81TICO.docx#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Calibri",sans-serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[i]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Amigos
lingüistas, os propongo esta oración de siete líneas para que la analicen
sintácticamente nuestros estudiantes. <o:p></o:p></p>
</div>
</div>Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-52297218756607581132023-09-23T10:03:00.001+02:002023-09-23T10:03:58.075+02:00TETRIS<p><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Después de unos días de clase
con el grupo ordenado por orden alfabético de apellidos, los alumnos han
empezado discretamente a aprovechar cualquier resquicio para acercarse a sus
compañeros más afines: la mesa de un compañero en el extranjero, la enfermedad
temporal de otro… A veces incluso pactan entre ellos los intercambios de sitio
y me los proponen como un hecho consumado. De momento, si veo que trabajan y no
dan guerra, los estoy dejando… y observo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Observo que una de las
columnas queda un tanto esquinada como aquellas entradas de cine de las que
hablaba Jardiel Poncela, que hacían ver la pantalla de perfil y todos parecían
el asesino, e intento centrar más las mesas en la clase; observo que algún
alumno alto ha quedado muy en primera fila y puede restar visibilidad; observo
(sobre todo porque me lo han dicho) que algunas alumnas no ven muy bien de
lejos (no saben cómo me solidarizo) y, ¡lo nunca visto! preferirían estar en
primera fila. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Me he planteado la posibilidad
de hacer un primer cambio de sitios y les preguntado por sus filias y fobias, cuál
sería su arcadia feliz y su infierno de Dante, por no ponerles las clases más
cuesta arriba. Pero es tanta la información que cuando intento colocar sus
nombres en la plantilla de la clase empiezan a faltarme sitios por un lado, a
sobrarme por otro, y los grupos de amigos adquieren extrañas formas
irregulares. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Se me parece entonces la clase
a ese exitoso videojuego de mis tiempos jóvenes, el tetris, en el que había que
apilar piezas de diferentes y caprichosas formas de manera que ocuparan toda la
superficie sin dejar espacios en blanco. Recuerdo que, después de ver jugar las
largas partidas de algunos expertos, cuando me acostaba y cerraba los ojos, se
me aparecían piezas irregulares de colores cayendo a velocidad creciente,
mientras yo trataba de acomodarlas. Lo mismo me pasa ahora. En días como estos,
cierro los ojos y veo nombres, caras y peticiones. Encajo a tres aquí, levanto
uno de delante, dos de atrás, los cambio por otros, y de pronto me quedan siete
sitios que nadie ha pedido, cinco personas que no podrán estar donde querían,
doce que protestarán y veinte que me miran ya con odio mientras no concilio el
sueño… y recuerdo que en mi cole de “boomer” nos sentábamos de dos en dos por
número de clase, en pupitres unidos, y que me pasé cursos enteros junto a mi querido Antonio Lucas, sin siquiera pensar que el mundo pudiera ser diferente. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">¿Y si los dejo como están?<o:p></o:p></span></p>Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-43347646682913113632023-09-23T10:01:00.000+02:002023-09-23T10:01:08.683+02:00 LISTAS CERRADAS<p> <span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Los alumnos no paran de
sorprenderme y obligarme a adaptarme a novedades cada día. Mirándolo en
positivo, creo que eso me mantiene joven. Aunque quizá también influya el corte
de pelo y las gafas nuevas de antipático que me he hecho. (Spoiler: no han
funcionado; les he vuelto a caer bien, ¡maldita sea! Al menos me están diciendo
que parezco más moderno).</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Esta semana me disponía a
proceder a la elección de delegados de mi tutoría. En principio, no parecía haber
muchos interesados, pero hace unos días surgió una propuesta con la que no
contaba: las listas cerradas. Dos alumnas se presentaban en conjunto, como
delegada y subdelegada. Nunca lo había pensado así: siempre se presentaban
alumnos de forma individual, y el más votado era delegado y el segundo
subdelegado. El caso es que no me ha parecido mal, y he aceptado la
presentación de candidatos únicos y en lista cerrada. El resultado: cuatro
parejas más otros tres en solitario. Es decir, once personas de 29, ¡más de un
treinta por ciento de la clase! Me ha emocionado la implicación de mis
tutelados, y lo reñido de las votaciones. Hasta el punto de tener que solicitar
el voto por correo (electrónico en este caso) de una alumna ausente por
enfermedad porque tres candidaturas han quedado a un voto de distancia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Ha sido un poco frustrante no
llegar a completar las designaciones. Ya me había traído la espada de nombrar
caballeros delegados y me he sentido un poco ridículo por no poderla usar. Es
un arma deportiva, de esgrima, de cuando practicaba ese noble deporte con toda
la torpeza de que soy capaz, que no es poca. Pero la he dejado en el maletero
del coche, a la espera de mejor ocasión. Estoy tranquilo porque, salga quien
salga, representará bien a la clase. Solo me inquieta que en un control de la
policía, me hagan abrir el maletero y tenga que justificar la presencia de un
arma blanca de un metro de hoja y me convierta en el nuevo Daniel Sancho. <o:p></o:p></span></p>Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-85336045165961846972022-08-31T00:27:00.001+02:002022-08-31T00:27:10.999+02:00BREVES DE UN LARGO VERANO: VERANO DE CRISTALES<p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Parece que los cristales y sus
colores – los que lo tengan – influyen mucho en nuestra percepción de la vida.
Mis gafas han sido las redondas de siempre en este par de meses que, profesor
repelente como soy, se me han hecho largos. Quizá la forma circular de las
lentes me haga parecer que siempre vuelve uno a un punto de partida sin
avanzar. No me quejo, ha tenido algo mi verano como de película francesa, lenta
y de poca acción, pero estética y con diálogos interesantes. Hace un par de
fines de semana, sin irme más lejos, asistí a un concierto de música clásica
(piano y voz) en el cuidado jardín de un antiguo hotelito reconvertido en
academia de música, en la zona noble de San Rafael. Me han faltado, eso
sí, una Clara con su rodilla o una playa con su Pauline. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El cristal que sí me ha hecho
ver la vida de un modo distinto ha sido el parabrisas de mi coche, amanecido
estallado una mañana de sábado de primeros de julio, quien sabe si por vandalismo
o accidente, y cuyo repuesto quedó marcado en el taller como “sin fecha”. Por
suerte, ni me restaba visibilidad ni he viajado apenas, pero no he podido
evitar sentirme como mal vestido al volante de un auto que mostraba su herida
sangrante tan a la vista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Otro cristal: el del baño. Si
en casa del herrero, cuchara de palo; en la del cuñado del mamparista llevan
años colgando cortinas de baño de plástico que, desde luego, tardo demasiado en
cambiar. Por eso, y un poco aprovechando este verano tan de quedarme en casa,
por fin me he decidido a poner mampara. Por el empaque que le da, más que nada.
Pero, si la luna de mi coche no la mandaban, la de mi bañera sí la enviaron… y
se perdió. Nada de importancia para quien, como yo en verano, dispone de todo
el tiempo del mundo. Lo cierto es que este cristal sí ha cambiado mi mundo.
Parece todo mejor armado, más estable y menos provisional. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El último, el de mis gafas
propiamente dichas. Ya me libré un día de que me colocaran un tratamiento antiojeras
levantándome de la silla donde llevaban cinco minutos aplicándome una crema en
promoción a solo quinientos euritos (algún día tendremos que hablar de los diminutivos).
Son los riesgos de pasear por el barrio de Salamanca. Pero hace solo unos días
me cazó una vendedora: me pidió las gafas, me dijo que qué sucias, le aplicó un
espray con aloe vera con sumo cuidado y me presentó el cristal, nítido como
recién salido de fábrica. Siguió con el otro, me pidió el reloj, le puso una
crema antiralladuras, le frotó un paño y salió negro, y finalmente lo sumergió
en un recipiente con motor lleno del mismo espray verde con que había limpiado
las lentes. Que te enseñen que llevas tus joyas llenas de roña desarma a
cualquiera, pero yo soy un cliente difícil. ¿Cuánto valía el botecito mínimo de
50 ml? 15 euros. El que lleva cuatro veces más, 20. Ya iba a irme, cuando me
hizo la oferta que no podría rechazar; el pequeño, para probar, 10 euros. Han
pasado unos días y estamos muy lejos en la distancia para que puedan ustedes
ver la cara de primo que se me quedó al llevarme esa enanez que ya he dejado de
usar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Pero a día de hoy veo la vida
con limpieza y claridad. Todos los elementos van encontrando su lugar y, sobre
todo, su fecha: la vida se ordena, todo es armonía. Hoy la tierra y los cielos
me sonríen; hoy llega al fondo de mi alma el sol. El taller Darma ha traído
la luna para mí. Ese parabrisas aplazado al menos hasta septiembre, ha llegado adelantado, y hoy mi
coche luce por fin como un traje nuevo. Hoy creo en Dios.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-61289024564186885602022-08-30T23:34:00.005+02:002022-08-30T23:41:01.966+02:00BREVES DE UN LARGO VERANO. A VECES UNO ES LO QUE LES PASA A LOS DEMÁS<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En un paseo urbano de dos
horas desde Delicias hasta la Avenida de América lo normal es que pase algo.
Una ciudad llena de estímulos - personas, animales, coches, escaparates… -,
¿cómo no va a llamarte algo la atención? Esa joven pija en un barrio pijo con
pinta de turista internacional de lujo, montada en un patinete eléctrico como
deslizándose sin esfuerzo por una ciudad y un mundo que son una alfombra roja
tendida ante su juventud, su belleza, su dinero… Uno aventuraría que la vida es
fácil para ella, pero quién sabe; como decía aquel culebrón, los ricos también
lloran. O quizás es solo una estudiante de intercambio perdida en Ortega y
Gasset.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Siempre pasa algo que nos
sorprende, como la chica del paseo del Prado del otro día, instalada en una
mesa plegable con una máquina de escribir naranja, ofreciéndonos poemas
instantáneos. Una retratróspida literaria. Hablamos de las máquinas de escribir;
no conocía el origen del tippex, esos papelitos que encuadrábamos delante justo
del error para que el tipo dejara su impronta blanca superponiéndose al anterior
trazo de tinta… Si hubiera llevado
cuaderno, le habría ofrecido un intercambio - dibujo por poema -, pero no me
animé. El precio me pareció caro: pedía la voluntad y yo de eso tengo poco. No
hay más que ver el tiempo que llevaba sin publicar nada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Hoy ha sido distinto. Calle
Lagasca; tres mujeres se confabulan para una sesión de fotos. Dos de los roles
están claros: la modelo y la fotógrafa. La tercera podría ser una acompañante
de la primera, una chica jovencísima de belleza exótica: grandes ojos negros
entornados bajo unas cejas poderosas; nariz fina y generosa sonrisa. El óvalo
de la cara era precisamente un óvalo, coronado por una melena morena, peinada
con raya en medio en todo lo alto, para caer enseguida a ambos lados en dos cascadas
onduladas simétricas. La escena es
fascinante, me muero por quedarme de público, pero sería tan raro… Me acuerdo
de pronto del cuaderno que llevo paseando en la cartera desde por la mañana con
el roller Signo acoplado en la espiral y me entra el ansia de apropiarme de ese
momento. Pido permiso como un niño bueno para hacer un retrato mientras la
fotografían y la modelo me autoriza alegre e ilusionada. <o:p></o:p></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">No ha sido ni de lejos mi
mejor trabajo. Es muy frustrante no estar a la altura del modelo que tenemos
delante. En mi descargo, alego que la fotógrafa le hacía cambio de gesto y
posición cada treinta segundos, y justo después de hacerla seria, la veía
sonreír y quería plasmar también esa sonrisa… Como justificando mi presencia
hasta el final, le he entregado mis dos intentos con una disculpa y sin la
precaución de haberles hecho foto para el archivo. Creo, no obstante, que
podría dibujarla de memoria… peor no me iba a salir. Nara, como se ha
presentado en el vídeo que también han grabado, ha recogido sus retratos con
entusiasta agradecimiento y yo, educado y tímido, le he deseado suerte sin
atreverme a elogiarle el encanto que, sin duda, le abrirá muchas puertas.<o:p></o:p></span></p><span style="line-height: 107%;"><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizLiqnR_HjL-c7su2DVhVAwTl8Bhi7EGsugAVILtqvySrSiFwLRH6fgrb9T5c_TbOcYikngLMoiuvBYRMbQIFOgbx95_RzBHSiivVlYe4tfru76ztigNBHup5YKpt5pk0_RwZlLKPFqGVS-Lm7bppiyxZJ4OIAzB7J5G2ly9956JxyWAxC0CU/s1592/escanear0030.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1592" data-original-width="1092" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizLiqnR_HjL-c7su2DVhVAwTl8Bhi7EGsugAVILtqvySrSiFwLRH6fgrb9T5c_TbOcYikngLMoiuvBYRMbQIFOgbx95_RzBHSiivVlYe4tfru76ztigNBHup5YKpt5pk0_RwZlLKPFqGVS-Lm7bppiyxZJ4OIAzB7J5G2ly9956JxyWAxC0CU/s320/escanear0030.jpg" width="219" /></a></div><br /><span style="font-family: arial;"><br /></span></div></span>Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-62031919026039536282019-08-31T01:52:00.000+02:002019-08-31T01:52:36.611+02:00A MÍ CHIQUITO ME COGÍA EL TELÉFONO. PRÓLOGO: "Y CON ESTO YA ACABO"<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A nada que tengan ustedes el libro físicamente entre las manos habrán deducido que este título es mentira. Me permitirán la licencia. Imbuido por el espíritu periodístico he decidido reinterpretar el dogma “que la verdad no te estropee una buena noticia” en mi propio beneficio. En este caso la realidad no iba a arruinarme un bonito título. Por otro lado, si bien en sentido estricto no es cierto que con este capítulo acabe el libro, sí es una buena descripción de su contenido, pues he decidido empezar por el final para continuar en un anárquico flashback sin orden ni concierto cronológico, tal como es, por otra parte, la vida del guionista de televisión.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El contenido de este capítulo es
piedra angular en la redacción de un libro que ideé hace casi doce años. Si me
he resistido a terminarlo ha sido porque difícilmente iba a poder evitar que
pareciera una despedida de mi carrera en televisión y yo todavía, como el que
se resiste a levantarse de la cama por la mañana para dormir un poquito más, pretendía
también poder seguir trabajando aún unos añitos en el medio. Soñaba tal vez con
una buena racha de dos o tres años en un mismo programa o enganchando proyectos;
quizá un nuevo “Camera Café”, con su estatus de ficción y el reconocimiento
público. Y luego ya sí, retirarme como el George Constanza de Seinfeld: “dejándolo
en alto”. Ha debido resultarle a mi karma un sueño demasiado ambicioso que yo no
merecía, así que me ha tocado una travesía en el desierto que creo haber vivido
con dignidad y sin demasiada queja.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y ahora ya sí, por fin, después
de unos años combinando largos periodos de paro con algunos de mis trabajos más
breves y a la vez gratificantes, años en los que a menudo me asaltaba la
sospecha de que la tele me había prejubilado sin avisar; después de cerrar un
círculo al volver a trabajar con mi primer jefe y completar así la ronda de
televisiones nacionales en mi curriculum; de volver a abrir el círculo y ser
rescatado por otros compañeros de camino, entre ellos mi segundo jefe; después
de volver a Canal Sur, de crearme expectativas y cancelarme renovaciones, después
de reencontrarme con entornos familiares y llegar a sitios nuevos; de ser un
astronauta en Real Madrid Televisión y de volver a Telecinco a las caracolas
donde no llegué a trabajar en mi año de Informal; después de intentarme
reinventar imaginando oficios creativos sin rentabilidad ni futuro; después de pasear
mi incierta suerte entre la alegría y la preocupación, entre aceptando y
resignado, con mi poquito de envidia, pero no demasiada, a quien tuvo más
fortuna, y mi interna satisfacción por haber hecho bien las cosas y poderme
permitir este paradójico lujo de vivir del aire y de milagro; después de todo
eso, hoy, por fin, la vida me presenta una oportunidad distinta y me animo a
probar suerte en otro mundo que me ofrece lo que tanto me ha faltado:
certidumbres, estabilidad… y los niños que no he tenido.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Irónicamente, me ha pillado
trabajando y debo renunciar y despedirme de un prometedor y divertido concurso
en fase de preproducción que podría ser un éxito y durar bastante tiempo. Pero lo que en principio me parecía una broma
de mal gusto del universo para conmigo, puedo verlo ahora como una magnífica
ocasión para salir por la puerta grande y, con la cabeza alta, diciéndole al
mundo de la tele: “No me echas tú, me voy yo”. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y por eso este pequeño capítulo
dedicado a “El Bribón”, aún por estrenar, y a los que han sido mis últimos
compañeros, me sirve a la vez de despedida y de punto de inflexión para echar
la vista atrás y hacer memoria sentimental de mis modestas vivencias a lo largo de
más de treinta años.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuando tengan ustedes este libro
entre las manos, quizá el programa que he dejado esté haciendo historia y yo me
tire de los pocos pelos que me quedan o quizá solo haya pasado a la historia y
yo pueda resoplar pensando “me salvé”. Por fidelidad y amistad a quienes han
sido mis compañeros aun por solo unas semanas, prefiero la primera opción: mucho
éxito ¡y que dure! Por lo que a mí respecta, como anticipaba en el título, con
esto ya acabo. Bueno, y empiezo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-7922131592766796812016-04-14T15:59:00.001+02:002016-04-14T15:59:34.639+02:00ENSAYAR EL HUMOR<div style="text-align: justify;">
Llevo ya unas cuantas ediciones participando en los festivales de Dionisíacas que organizan mis vecinos de Acción-Escena Escuela de Teatro, y la amistad con su director Pablo Baldor me facilitó volver a llevar al escenario mi juguete cómico "Robin Hood Crusoe", 25 años después de su estreno en la facultad de filología de la Universidad Complutense, con bastante éxito de público (se rieron) y de crítica (nadie me criticó).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante los ensayos hice una reflexión que quise desarrollar por escrito, pero se me quedó en borrador. Cuando hoy la he retomado, me ha decepcionado encontrarme con que sólo tenía un título y no tenía ni siquiera un hilo que seguir. No importa. Sé de lo que quería hablar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aunque la obra es prácticamente un monólogo, por aquel entonces, en 1990, conté con la colaboración de dos compañeros, Ángel Navas y Pedro Ignacio López, que hacían unas introducciones a las distintas escenas y algún diálogo conmigo. Eso nos obligaba a un ensayo conjunto, de modo que las partes monologadas podían tener un observador aunque sólo fuera para pasar el texto. En las funciones del año pasado, en mayo y noviembre, sólo tuve un ensayo con Claudia Mulero, la persona de Acción-Escena que llevó el seguimiento de luces, sonido, atrezzo, decorado... ¡e incluso de apuntadora! (agradecimiento infinito). En el 90 no pudimos ni siquiera tener ensayo general en el teatro; en 2015 sólo tuve ése: un boceto de puesta en escena. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Qué difícil es ensayar solo. En espacios distintos, sin elementos. O con ellos, pero ¡qué ridículo se siente uno sin nadie enfrente! Hay una suerte de ceguera. No te ves, no te oyes, te da vergüenza dar voces tú solo en casa, qué pensarán los vecinos. Apenas acierta uno a repasar el texto, y por más que alternes el orden siempre acabas diciendo el principio mil veces y el resto tres o cuatro como mucho. Qué difícil, Y si se trata de humor, mucho más.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si todas las artes se completan con la participación de un receptor, en el caso del humor especialmente. Se pregunta un célebre koan zen si hace ruido el árbol que cae cuando no hay nadie para oírlo. Pueden darle vueltas al tema (y a lo de la palmada con una sola mano) mientras yo lo parafraseo: "¿tiene gracia el chiste que nadie lee o escucha?". La respuesta seguramente es no. Aunque también es sí, porque para hacer un chiste, el humorista tiene que ponerse en los dos lados: no se me ocurriría escribir o dibujar un chiste que a mí mismo no me ha hecho gracia. Y no es poco habitual encontrarme con chistes que me hacen reír, y darme cuenta más tarde de que en realidad los escribí yo mismo hace tiempo y no lo recordaba. También ocurren los plagios involuntarios, pero eso es otra historia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al final se encuentra uno sentado ante una mesa, repasando mentalmente los chistes y escribiendo o memorizando alguno nuevo que aparece de improviso, a la espera de poderlo probar el día del ensayo. Pero el día del ensayo, tu colaboradora tiene un millón de cosas que apuntar y a las que atender, y tú ensayas un poco más rápido de lo debido, te ves inseguro con el texto, te entra el vértigo de no saber ni la mitad, y no ves que nadie se ría... ¡y ahora sí que hay alguien al otro lado! Yo mismo empiezo a dudar de la mitad de los chistes. ¿Y esto es ensayar?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El humor no se ensaya; se prueba directamente. Se publica, se representa... ¿Y no te pones nervioso? Me ponía hasta que descubrí que, como tantas cosas en la vida, no importa. ¿Qué es lo peor que me puede pasar? ¿No tener gracia? Es algo bastante asumible comparado con no tener qué comer, dónde dormir o estar enfermo. Algunas comparaciones son odiosas, pero otras son liberadoras. Puedo no ser gracioso y mi vida no cambiaría sustancialmente. No soy cómico profesional, de modo que, si no gusta lo que hago, con no hacerlo más, asunto arreglado. Más difícil es lo contrario: tratar por igual al otro impostor, el éxito, que diría sir Rudyard Kipling en su recordadísimo poema "If".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al final no era tanto ni tan importante lo que quería decir, pero creí que debía cumplir conmigo mismo antes de acometer mi siguiente nota: Crear es destruir, al hilo de un dibujo que acabo de modificar. Pero cada cosa a su tiempo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El sábado 16, por cierto, volveré a Dionisíacas con "Que Dimita Rita", "Los Huesos de Cervantes" y "Por Sacar Dinero". No sé a qué hora, no se lo puedo decir. Y en dos días, estas líneas habrán quedado desfasadas, así que ¡lean esto pronto!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-16735136901767221752016-03-15T11:17:00.001+01:002016-03-15T11:17:24.731+01:00A MÍ CHIQUITO ME COGÍA EL TELÉFONO. CAPÍTULO 10: ¡GUAPA!<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Si acaso tengo algún seguidor de <i>A mí Chiquito me cogía el teléfono (-Informe de Vida Laboral de un mercenario de la tele),</i> que no se asuste, que no se ha perdido capítulos. Ni siquiera sé si este ocuparía finalmente el puesto décimo, pues lo cierto es que no llevan una secuencia temporal y son bastante intercambiables. Simplemente, me he acordado de que tenía este capítulo escrito porque ayer en la tele la vi. La vi haciendo de guapa, sin esforzarse, y por lo que me pareció, un poco también de mala... con lo que estaba más guapa. Y como tenía un rato, me he decidido a colgar otra entrega más de estas memorias. Dedicado a ella, a ellas. Ahí va.</div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
¡<b>GUAPA</b>!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
No voy a ser
yo quien enmiende la plana a todo un concurso de miss España, que por mucho que
la crisis lo tenga de capa caída y que pueda haber tenido sus polémicas a lo
largo de los años, qué duda cabe que siempre ha descubierto para España y para
el mundo a mujeres realmente guapas. Espectacularmente guapas incluso, diría
yo. Y así lo eras – y lo eres, que quien tuvo retuvo –, Remedios, cuando
presentaste con nosotros los Summersitos tu primer programa de televisión,
grabándolo además en tu tierra, donde contabas (si no recuerdo mal) que de
jovencita habías dejado un puesto de policía municipal para embarcarte en la
aventura del missismo y el modelaje, la aventura, en resumidas cuentas, de
vivir de la belleza, algo que bien te podías permitir.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Málaga fue en
aquellos tiempos mi Hollywood particular, tierra de “dolce vita”, y tú mi
primera estrella famosa en un programa en el que llegaron a participar Rita
Pavone, Jimmy Fontana o Salvatore Adamo. No empiecen a echar cuentas de mi
edad, que por aquel entonces ellos ya eran antiguos, se trataba de un concurso
de “revival” de distintas épocas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Eras seria, Remedios,
rigurosa, profesional. “Una mujer como las de antes”, que diría Seju, tu
copresentador, con el chascarrillo siempre presto a salir de la lengua. En su
local de salsa (el Café del Mercado, donde hay más carne que pescado) llegamos
a compartir baile. Aunque por unos momentos nada más, que si no me gusta que me
corrijan los pasos en el trabajo, cuando me quiero divertir no se lo aguanto ni
a la mismísima miss España, por mucha razón que tuviera, porque – esa es la
verdad – bailar nunca ha sido lo mío.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pasamos buenos
momentos en aquel Canal Sur, casi familiar, encerrado en sí mismo con su patio
interior de espaldas a la carretera de Torremolinos a la que estaba pegado.
Recuerdo tu ocurrencia, un día, de preguntarte qué sería de Gracita Morales,
hasta el punto de querer escribir un artículo en un periódico. Ya ves, en eso fuiste pionera,
que creo que aún no habían aparecido los programas de “qué pasó con”. Y tus
aspiraciones literarias no quedaron allí, que llegaste a publicar un libro
sobre el mundo de las misses. Después llegaste a cumplir el sueño de las modelos de
convertirse en actriz y has alcanzado el éxito real: la discreción. Lo tenías
fácil, siempre lo fuiste.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Por todos
estos recuerdos y tu innegable mérito tengo que mencionarte con gran cariño en
esta lista que inauguras, pero, lo siento, Remedios, no encabezas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tampoco tú,
Belén, un sol de sonrisa volcada en los demás, a quien tocó presentar un
concurso que aun hoy me parece buena idea. Todo el público participaba, se
levantaba y se distribuía en tres plataformas giratorias, cada una de ellas con
una enorme pantalla de vídeo mostrando una respuesta distinta para una pregunta
planteada. Y tú en medio, entre el público y las respuestas, dirigiendo el
tráfico, siendo arrollada por las señoras que querían tocarte, darte un beso y
llevarse tu luz.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tenías ese
aire de familia con Emilio, al que venías de acompañar como azafata en un
concurso. El trato fácil, la sonrisa natural, la facilidad para hacerlo todo.
Pasar de azafata a presentadora no fue un reto, fue un paso más en el camino.
Cuatro meses nada más duró nuestro programa doble: A Otra Cosa, contenedor de
tarde, y Tentación, concurso contenido en el contenedor. Hace de ello más de
veinte años y aunque sólo te veo en la pantalla o los papeles, te sigo viendo igual,
a pesar de todo, a pesar de la vida.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
No he tenido
el gusto de trabajar contigo en ficción, pero se ve lo mismo, que es otro juego
más para ti. Te esforzarás por aprender, te costará trabajo, no lo dudo, pero
parece que no, que está en ti y te sale naturalmente. Difícil será que volvamos
a encontrarnos en ese otro mundo, el cine, en el que has entrado para dar
dignidad, brillo y calidad a tantas películas. Me alegro por ti y por las
pelis, y lamento que los programas no hayamos sabido merecerte.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Lo tuyo no es
ser guapa, que por supuesto, sino algo de otra calidad. Por ello tampoco me
cuesta decir que no eres tú. Porque tú eres, como aquel programa que hicimos,
otra cosa.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Paula, a ti te
conozco desde los tiempos del Cepillo de Dientes, ese concurso loco en el que
se regalaba un viaje inmediato a personas del público. Lo cierto es que creo
que no lo vi nunca en emisión y que, aunque nuestras grabaciones de Genio y
Figura coincidían con las vuestras en aquel plató del Álamo donde da la vuelta
el aire, tampoco recuerdo que nos viéramos por pasillos ni nadie nos
presentara. Debió de ser en alguna promo o un poco antes, en la misma Antena 3.
Debías de ser jovencísima, ya eras una belleza, pero transmitías un cierto
candor, o quizá soy yo, que me hecho viejo y te imagino así. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Luego
trabajamos juntos en una gala especial de Fin de Año, Que no Decaiga se llamó,
que me lo dejo para otro capítulo. Me discutiste si era conveniente decir que
las Jelly Rolls, un grupo de señoras mayores gordas que hacían un espectáculo
de claqué, habían estado enormes. Yo pensaba que no era para ofenderse, puesto
que ellas jugaban esa baza, pero tú querías ser muy correcta. Si ahora
volviéramos a tener la misma discusión, creo que sería capaz de defender ambos puntos de vista, y que seguramente acabaría dándote la razón, fuera cual fuera
tu idea. Siempre he sido mucho de llevarme bien y economizar esfuerzos para batallas
importantes. Eso, y que la belleza es mi kriptonita particular, y me vuelve
débil.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Nos vimos
mucho por los pasillos de Telecinco cuando hacías el Euromillón y yo estaba en
el Informal. Y cuando me saludabas efusiva y recordando mi nombre, en presencia
de algún compañero, apenas podía contener mi satisfacción. Muy por encima del
latín, siempre has sido un conocimiento del que poder presumir. Y así has
seguido siempre, con tus recuerdos, tus sonrisas y tus efusiones, aunque no
hayamos vuelto a trabajar juntos más que en un Los Más, esos programas de
archivo en formato “de luxe” que con esmero y glamour preparaba el
departamento de galas de Antena 3 que tan bien me acogió siempre.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tú siempre has
sido y siempre serás un número 1, como aquel concurso de talentos que con tanto
de ello presentaste, pero a pesar de todo, y a riesgo de parecer un fantasma
fanfarrón, no te me enfades si, aun poniéndote en lo más alto, me permito el
lujo de no ponerte arriba del todo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Bien podrías
ser tú, Silvia, ¿por qué no? Miss también, pero encubierta, pues no supieron
valorarte para ponerte la primera y tú encontraste otra profesión donde lucir
mucho más que el palmito. Perfecta anfitriona en galas y concursos, con la
cabeza bien ordenada y una voz segura y con autoridad. Y todo eso sin perder la
sonrisa y pasándotelo bien.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Nos conocimos
en un programa de reportajes que, visto desde la distancia, fue un laboratorio,
un vivero en el que se crió toda una generación de reporteros y reporteras a
los que el tiempo ha puesto en su sitio: allá arriba. Unas, que hacían sus
pinitos en pantalla, han presentado sus propios programas, otras y otros han
acabado dirigiéndolos. Y el que les habla ha seguido haciendo lo mismo, que es
lo que sabe hacer. Pero no estamos para hablar de mí (bueno, un poquito), sino
de Silvia, contratada para hacer reportajes de moda en un magacine que acabó,
como todos, en diario de sucesos y revista de corazón. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
¿Recuerdas el
día que viniste por la mañana con una chupa motera, muy ajustada, y según te la
desabrochabas para quitártela, salí a saludarte dicharachero? “Soy Jacqs, ¿me
buscabas?”, te dije, haciendo alusión a un popular anuncio de colonia en que la
tía buena de turno, en moto y con cazadora, se baja la cremallera dejando
entrever que bajo el cuero sólo hay más cuero, y murmura seductora: “Busco a
Jacqs”. Nos hizo gracia la broma, y ahí quedó la cosa. Ni tú me buscabas ni yo
era Jacqs.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
¿Qué más hemos
hecho juntos para que, como con Paula, tenga esa sensación de continuidad en el
tiempo? La gala de presentación de la programación de Antena 3 del año 2000, en
la que anunciabas con Constantino Romero el estreno del que iba a ser tu
concurso durante mucho tiempo: Pasapalabra. Y otro Los Más, también con las
galas. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
También estás,
claro, en la nómina de nominadas, y de ahí la mención, pero hay un punto
incierto que no sé describir que me inclina la balanza hacia otro lado. No eres
tú. Ni siquiera soy yo. Es ella.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y tú
sonreirás, como siempre, y te reirás con esa risa abierta pretendidamente
ingenua e inequívocamente coqueta, Inma. “La niña”, que decía, para mi callado
disgusto, el que mandaba en El Informal. Sin saber, te inventaste un género
nuevo, un tipo de reportera desinformada que desarmaba y retrataba a todo
político macho que se le pusiera a tiro. Qué torpes muchos de ellos en no
encontrar el justo medio entre la hosquedad y la entrega babeante a tu
adulación. No sé si te dabas cuenta del juego, pero lo jugabas muy bien.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Qué divertido,
visto con los años, esa especie de celos colectivos que le entraron a todo el
programa - e incluso a la productora - cuando se te descubrió en la prensa
cotilla una relación personal que mantenías con un veterano de la tele de
amplias filias pero mayores fobias. La ficción de las presentaciones incorporó a
ese personaje, ese “él”, que ponía celoso al gordito gracioso de la pareja
conductora. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Me gustó eso
que me dijiste un día al llegar, cuando te saludé desde la mesa. Sin dejar de
sonreír (soy incapaz de recordar tu cara sin sonrisa) me dijiste con sorpresa y
agrado que siempre te miraba a los ojos. No había reparado en ello, supongo que
porque es lo normal cuando miras a la gente, pero si te diste cuenta sería
porque en general las personas ponían el foco más abajo, y no se lo reprocho.
Bueno, sí, se lo reprocho. Eso no está bien, y menos con una compañera. Así que
tomé tu comentario casi como una medalla militar al respeto y al compañerismo.
Que no quiere ello decir que no valore tu belleza completa, ni mucho menos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Seguramente
fuiste un sex-symbol para toda una generación de adolescentes y no tan
adolescentes, de modo que tu orgullo está suficientemente alimentado como para
encajar esto. Por otro lado, siempre he pensado que tu alegría de vivir estaba por
encima de esas cosas y que no te quitaba el sueño un voto más o menos en la
encuesta de la chica más sexy de la tele. Por eso, con todo mi cariño, te tengo
que decir Inma que, en lo que a mi carrera se refiere, tú has podido ser lo
más, pero no la más. Y debo cambiar de tema. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
¿Y pensar,
Mar, que fue otro quien te descubrió para mí? Mi compañero Paco, gay reconocido
por más señas, no descubro nada, en los tiempos muertos de los viernes, me
llevaba al plató donde grababais, y yo te saludaba como un escolar maravillado
y tú nos recibías simpática y agradeciendo la visita. Tú decías “Mírame”, y yo
obedecía. Como todos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
¿Y pensar –
pensaba - que tuve la oportunidad de estar allí? Sí, porque, en un momento
dado, en un mismo mes de marzo, me invitaron a trabajar en “Ver para creer” y
“Mírame”, dos programas que empezaban en Antena 3 (dos propuestas en el mismo
mes, ¿dónde quedaron esos tiempos?). Yo estaba en “El Informal”, y aunque
quince días antes hubiera dicho que sí sin pensarlo, entonces me lo pensé. Y me
quedé. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Era Silvia,
por cierto, quien presentó esa primera temporada, y luego llegaste tú, y yo no
estuve ni en la primera ni en la segunda, porque Ver para Creer volvió a
tentarme y vosotros no, y esta vez sí me fui con ellos. Pero esas visitas de
los viernes, con el ritmo tranquilo de la grabación, tu glamour, tu naturalidad,
tu simpatía, me hicieron querer trabajar en tu programa. Y así se hizo. En la
temporada siguiente, yo escribí tus líneas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Te mandaba los
jueves el guión por fax (qué gracia me hace recordar esa tecnología de
entonces), con los pasos todos seguidos, apretados, en arial narrow, cuatro o
cinco en cada folio. Cosa mía de ahorrar papel y de facilitar el envío. Y el
viernes por la mañana, a las diez, entraba en maquillaje a ver visiones. Nunca
me creí del todo que yo estuviera allí ni que fueras de verdad ni que el
vestido de un día pudiera superarse a la semana siguiente. Ni siquiera me
reconozco escribiendo esto y apreciando modelitos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Lo del plató
era digno de verse: tú sola, como una reina, rodeada de todos los eléctricos, cámaras, el realizador, yo mismo… Y el realizador, con el único
apoyo de un fondo blanco, unas letras corpóreas de colores en dos tamaños y una
cámara caliente (se llama así, no era cosa de la situación), te hacía todo tipo
de tomas en las posturas más inverosímiles y desde ángulos impensables. Entre
quince y veinte pasos por programa, a trece programas por trimestre, y todos
diferentes. Y yo, escuchándote decir mis palabras, un poco trabalenguas algunas,
que habías tenido que aprender porque (esto no lo sabe mucha gente) no había
autocúe. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Compartimos
plano un par de veces, en esos sketchs finales que le gustaban a Irene, la
directora, y quise que nos inmortalizaran juntos, con foto de testigo. En una
de las minificciones representaba ser el retrato de un cuadro expuesto en un
museo del que tú eras guía turístico. ¿O era al revés? En la otra, emulabas al
Schindler del cine, elaborando una lista, en esta ocasión con los créditos del
programa, siempre tan poco visibles, mientras yo, con bata de linotipista,
tecleaba los nombres en una máquina de escribir antigua y ruidosa.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
No recuerdo en
qué momento mi natural rancio, parco en expresiones, se animó de pronto, y
empezó a jalearte de tanto en tanto, dos o tres veces por programa, tampoco
más, y a decirte “¡guapa!”, como el público de una folclórica. Lo hacíamos un
poco medio en broma, yo el decirlo, tú el escucharlo, pero el caso es que
acuñamos esa costumbre, y nos pareció divertido. Tanto fue así que un día en
que no pude acudir a la grabación - no recuerdo el motivo, una visita médica,
supongo - te incluí los piropos por escrito, salpicados en dos puntos del guión
que te envié por fax.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Sí, Mar,
quince años después de “Mírame”, sigo sin tomarme la molestia de dudar cuando
me preguntan por la presentadora más guapa con la que he trabajado, y al igual
que te halagué de viva voz y por escrito en aquel guión de mi ausencia, aquí te
he dedicado la cabecera “¡Guapa!” de este capítulo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Aunque… Bueno,
no, será que en este momento es la última guapa con la que he trabajado
y la he idealizado.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero no,
porque no suelo idealizar a las presentadoras con las que trabajo. ¿Quizá es porque
fue en las Campanadas de Fin de Año, y las fiestas y los vestidos de noche
lucen mucho? <span style="text-indent: 35.4pt;">También, pero
no ha sido la primera presentadora a la que he visto en traje de noche. El caso
es que fue una sorpresa, porque al verla en la tele a diario sí me parecía una
chica guapa, pero no a esos niveles, y sin embargo en persona me pareció que la
cámara no le hacía la suficiente justicia. Más alta y esbelta, el pelo más
largo, los ojos más brillantes, la boca más de comerse el mundo… qué sé yo. </span><span style="text-indent: 35.4pt;">¿Será la
novedad? ¿Será la juventud? ¿Será mi madurez, que empiezo a hacerme viejo y a
coger color verde? El caso, Sandra, es que ahora que lo pienso, y perdóname,
Mar, me haces dudar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="text-indent: 35.4pt;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y perdónenme
ustedes, que he hablado de todas como si las conocieran, porque evidentemente
las conocen, pero me he hecho el confianzudo, y a lo mejor sólo el nombre de
pila desnudo es poco para ustedes. Repartan entre ellas a su buen juicio los
apellidos Cervantes, Rueda, Vázquez, Jato, del Moral, Saura y Sabatés, y verán
el puzzle completado.</div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-47420866691959396462015-12-08T01:14:00.003+01:002015-12-08T01:14:27.591+01:00¿EXISTE LA FELICIDAD?<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
¿Existe la felicidad? Con esta
pregunta titula Toño Fraguas su exhaustivo ensayo sobre la búsqueda en nuestros
días de tan preciado don, a la par que manido concepto, un libro que en las
librerías podría figurar tanto en la sección de filosofía como en la de humor.
Lo digo como elogio, que conste, que yo me considero humorista dentro de lo que
cabe, y siempre que puedo reivindico el valor de la ironía y la sorna como
punto de observación de la realidad. (Me gustaría hablar más del humor. Quizá
luego. La verdad es que el libro de Toño le da a uno ganas de hablar, de
comentar, de debatir, de discutir, de intervenir y participar. Porque la
felicidad es algo que nos toca a todos. O al menos nos gustaría que nos tocara.
Como la lotería. Y como alguna vecina también).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Toño demuestra en este libro (no,
no voy a desvelar el final, no diré si existe o no la felicidad), demuestra,
digo, que se puede ser filósofo, culto, riguroso y sesudo, y a la vez tener
sentido del humor y gracia. Y no es raro; el humor es juego y se hace a fuerza
de asociaciones (inesperadas, sorprendentes, chocantes…), y si disponemos de
más elementos con que jugar, más relaciones estableceremos. El humor en este
libro lo hace didáctico, cercano y simpático. El autor también demuestra
repetidamente que sabe griego, lo que pone peligrosamente en juego los logros
antes descritos. Pero se lo perdonamos porque compartimos con Unamuno la idea
de que “filosofía es filología”, y el origen de las palabras nos dice mucho del
ADN de su significado (¡Toma frase, Toño!). Y a pesar de ello, el libro es
claro, se lee fácil, se entiende bien… ¡no parece de un filósofo! (Escuché la
anécdota, no sé si cierta, sobre un filósofo alemán de apellido bisílabo y acentuación
grave, Hegel quizá, que le daba sus textos a leer a su mujer – o su ama de
llaves, no recuerdo – para consultarle si eran claros para, en el caso de que
lo fueran, “oscurecerlos” un poco).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>¿Existe la felicidad? (Del running al sofathlón: cómo escapar del
negocio de la felicidad para alcanzar el bienestar)</i> (Plaza y Janés, 2015)
me ha llegado en un momento en que los trabajos de la vida me han llevado a
tener que tratar con el running, moda multitudinaria que me era absolutamente
ajena hasta anteayer. Sí, había visto a alguna persona vestida de submarinista
de mil colores con zapatillas imposibles corriendo por las aceras, incluso he
coincidido en el ascensor con alguna joven y bien formada vecina de estas
características (aunque ya digo que, como la lotería, no me ha tocado nunca),
pero pensaba que era una rara afición. Al final yo, que soy el único normal,
voy a resultar el raro (no sería de extrañar, pues “raro” significa
“infrecuente”, y paradójicamente lo infrecuente hoy día es encontrar a personas
normales).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Creo que voy por las ramas. O por
los paréntesis más bien. El humor reside en los paréntesis, en los comentarios,
las digresiones, el juego, lo accesorio. Pero voy a ir al grano, que querrán
ustedes irse a la cama. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Por alguna razón la palabra
“felicidad” me resulta vana, superficial, frívola, simplona y ñoña, y
probablemente la razón está en la mercantilización que se hace de ella, según denuncia
Toño. Aunque por otro lado el “bienestar” me parece una meta pobre; en realidad
no me parece una aspiración, sino simplemente una circunstancia. Si “Yo soy yo
y mi circunstancia”, la felicidad (¿puedo decir mejor “plenitud”?) compete y es
responsabilidad del yo, mientras que el bienestar sería una característica
sobrevenida para la circunstancia. Cuando te toca la lotería (o tu vecina)
puedes tener bienestar; la plenitud, según yo la entiendo, no puede depender de
eso.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Por lo antedicho, me he sentido
muy reconfortado cuando Toño, con la autoridad de su conocimiento filosófico y
de su investigación periodística, ha ido desmontando uno por uno los distintos
tinglados armados en torno a la felicidad. Desde los vendemotos que se hacen de
oro redefiniendo perogrulladas, hasta el mitificación de las huidas en forma de
viaje. Yo soy más de los de Pascal cuando decía aquello de que “Todas las desgracias
del hombre se derivan del hecho de no ser capaz de estar tranquilamente sentado
y solo en una habitación”. No tengo el tema de la quietud dominado, pero me
interesa. Sobre todo, por lo barato. Siento, por ello, que el autor pasa
demasiado de puntillas por la opción del retiro del “Beatus Ille” horaciano,
aunque entiendo que no es igual fray Luis de León que un neojipi del siglo XXI.
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El que esto escribe, carne de
cañón para todo tipo de nichos alternativos, ha podido leer con una sonrisa los
capítulos referidos a las mil y una dietas (¡Toño, se te ha olvidado la “primal”,
la dieta que aboga por comer sólo carne y fruta, como nuestros antepasados!), y
el recorrido por los mil y un yogas (qué paradójico y sospechoso que una
disciplina que pretende la unidad con el todo se haya descompuesto en una
multiplicidad caleidoscópica de yogas con apellidos; ¡hasta hay uno tipo sauna
que se practica a 40 grados), pero me he sentido pillado in fraganti en el
capítulo terapéutico. Sí, lo confieso: voy a un homeópata. Reconozco que cada
vez que explico en qué consiste la medición organométrica trimestral que me
hace me siento un poco Cospedal hablando de la liquidación de Bárcenas. Pero se
trata de un médico. Médico médico con su título de medicina, capacitación para
recetar y el sentido común de saber que un antibiótico a tiempo puede ser menos
malo que unas fiebres altas continuadas. Y además, el efecto de la acupuntura
sí lo puedo atestiguar. Y además, lo conozco desde hace mucho tiempo y se ha
ganado mi confianza. Y además… ¡que a mí me vale!</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero la felicidad no me la da él.
Ni el dibujar, que me gusta mucho. Ni la lotería que no me ha tocado nunca
(todavía), ni el dinero que tengo ni el que no tengo. Tampoco leer este libro,
que ha sido muy estimulante intelectualmente. La felicidad, para mí, reside más
en aspectos estudiados por otros hombres más sabios que yo que también han
tenido su huequito en el libro. Tener un norte y dotar de un sentido a la vida,
no esperar nada, evitar los deseos y dejar de sufrir. En resumen, me autocito: Encontré el oasis al descubrir que no hay oasis, </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwP-SkpDVDagqQTf5eauh7hjT9gQFsCob3CocH6-YbGobDOUMbfFk6z1KJkF-opafaLs9sFacQeENZadiMnBJR_6S27jBVf838X4Ae15wz3I8slhmJ6UyV32ZFcOfaq8g1uTl4eg/s1600/ENCONTR%25C3%2589+EL+OASIS.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwP-SkpDVDagqQTf5eauh7hjT9gQFsCob3CocH6-YbGobDOUMbfFk6z1KJkF-opafaLs9sFacQeENZadiMnBJR_6S27jBVf838X4Ae15wz3I8slhmJ6UyV32ZFcOfaq8g1uTl4eg/s640/ENCONTR%25C3%2589+EL+OASIS.JPG" width="425" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-64226988949175292612015-11-11T17:32:00.000+01:002015-11-11T17:32:14.458+01:00A MÍ CHIQUITO ME COGÍA EL TELÉFONO. 3ª ENTREGA: EMILIO SE LEVANTÓ<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Desde niño, he
tenido mucha afición por el humor. Casi no sabía ni leer y ya buscaba en las
páginas del ABC la tira cómica de Cándido que firmaba Mena. Cándido era un
hombrecillo delgado y con tres pelos, de trazo muy sencillo, y sus historietas,
como su propio nombre indica, eran de un humor tan blanco e ingenuo, tan
infantil que resultaban casi poéticas. Ocasionalmente, encontraba alguna
referencia que no era capaz de procesar y me rebelaba y protestaba: ¡No lo
entiendo!, y me lo tenían que explicar. Pero ya no era lo mismo. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Me gustaba
mucho también Mingote, Forges (¡cómo no!) a quien conocí en libro antes que en
prensa… y también en persona. Recuerdo que en una evaluación de Pretecnología
en que tuvimos que hacer un puzzle de madera, donde otros escogían motivos más
realistas o cualquier dibujo sin más, yo cogí un chiste suyo, con su bocadillo
y su texto. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Chistes
escuché muchos, muy graciosos, de mi tío Juan Antonio, marido de mi tía Merche
y hermano político (o cuñado carnal, como prefieran) de mi padre. Siendo así,
un tío mío, encarnó un poco el papel de abuelo. Grande, calvo, con una gran
barba blanca, ingenioso, con un tremendo acervo de anécdotas y chistes que contaba
con su suave acento canario y se convertía siempre en el alma de las reuniones
de adultos en las que trataba de quedarme callado sin hacerme notar. Su
paciencia al leer mis tonterías de doce años me alentó para escribir.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Y mi gran
descubrimiento, aquel a quien más llegué a admirar nunca, fue Jardiel, Jardiel
Poncela, don Enrique, de quien mi madre tenía un pequeño librito en papel
biblia, y encuadernado en piel, un “crisolín”, como los llamaba Aguilar, la
firma editora. “Para leer mientras sube el ascensor”, se titulaba, y era un
cúmulo de artículos breves, cuentos, máximas, de lectura poco exigente (podías
leer sólo dos páginas, cinco o cincuenta según el tiempo que tuvieras), pero de
escritura impecable y de una calidad humorística absolutamente aristocrática.
Me llevó también mi madre por primera vez al teatro a ver una obra suya, Los
habitantes de la casa deshabitada, en el teatro Infanta Isabel. Salió una
colección de Obras completas que vendían en el Corte Inglés, de una sola vez o
volumen por volumen, y los compré así, de uno en uno, cada vez que ahorraba un
poco, con pagas no gastadas o dinero de cumpleaños, hasta que de los seis tomos
me faltó sólo uno, el número 3 que misteriosamente nunca más encontré en
ninguno de los centros, aunque siguieran quedando los otros cinco.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La tele
también me dio de reír, que yo fui un niño de tele. De los chiripitifláuticos, los
payasos, un globo, dos globos, tres globos, y cuántas cosas más. Me divertían,
ya ves tú, los diálogos absurdos de Fofó y Miliki, y sus “Aventuras”, pequeñas
historietas en que indefectiblemente, los payasos acababan haciéndole la pascua
a un pobre señor calvo a quien llamaban señor Chinarro (y creo que era su
apellido real), y como colofón final éste se ponía a perseguirlos en círculo alrededor
de su mesa ad infinitum. Al cabo de los años, al equipo de Gabi, Fofó, Miliki y Fofito, se incorporó un
nuevo payaso, joven, alto, y mudo, que sólo se podía comunicar con un cencerro
y al que llamaban Milikito. Supe después que eso de no dejarle hablar era una
especie de prueba, de paso previo en el escalafón gremial de los payasos. O
sea, una especie de castigo para el cómico, e indirectamente para los
espectadores, porque yo francamente no le veía la gracia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El mismo
personaje, sin embargo, años después, despojado del maquillaje, el camisón rojo
y la chistera en la cabeza, protagonizó un programa de sketchs que para mí fue
mítico. Para un adolescente ávido de humor e ingenio, esto era un banquete.
Nunca había visto nada igual: un gag detrás de otro, sin concesiones a
presentaciones, entrevistas ni rollos parecidos. “Ni en vivo ni en directo” se
llamaba. Su protagonista se convirtió en mi ídolo. Luego supe que los que
fueron mis primeros jefes habían sido antes los guionistas de este programa.
Ningún trabajo como la tele para ser a la vez trabajador y fan de tu programa o
de tus compañeros.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Digo que fui
fan, pero dentro de un orden, claro, que no pegaba fotos suyas en mis carpetas.
Tampoco las pegué, claro, de Les Luthiers, cuando me descubrieron textos suyos
por escrito, o grabados en una cinta que alguien me prestaba para escuchar en
un radiocasette que me prestara otro.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Valga todo
este preámbulo para que puedan ponerse en la piel de mis veintiún años cuando
trabajaba en una empresa creativa que organizaba acciones de imagen
corporativa, como edición de folletos, de calendarios, organización de eventos,
etc. La hora de salida de los curritos era las siete de la tarde, pero como a
esa hora nuestros jefes solían estar reunidos, la costumbre era tocar la puerta
del despacho, asomar la cabeza y confirmar que nuestra presencia ya no era
necesaria: “¿Necesitáis algo?”. Y si este era el santo, la seña era “No,
gracias, podéis iros”, con la que ellos cumplían su parte del protocolo. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Era frecuente
que les visitara alguna persona importante o un artista reconocido a quien
quisieran embarcar en algún proyecto. Normalmente, podíamos saber que había
venido alguien porque lo hubiéramos oído, pero los despachos de los jefes
estaban a la entrada, con balcones al parque del Retiro, y desde donde yo
estaba no se veía entrar a nadie. Por eso, me imponía más ver a estas
presencias extrañas. Solían incomodarme, no digo que por su voluntad, pero yo
me hacía la idea de estarles interrumpiendo, y al verles de espaldas o en
escorzo, muchas veces sin mirarme y otras como estudiándome, pero siempre en
silencio, sólo quería desaparecer y que me tragara la tierra. Mi deseo se
cumplía seis pisos de ascensor y dos de escaleras mecánicas después, cuando
tras apenas cinco minutos me veía ya en el andén de la estación de metro de
Ibiza.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Una tarde los
visitó Emilio. No sé si Rosa, la secretaria, nos lo adelantó o si fue una
sorpresa absoluta. Igualmente lo fue mayúscula. Llamé, asomé la cabeza para
pedir permiso para marcharme, y lo vi, sentado en una butaca pequeña, de
espaldas a la puerta. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Muchas
personas pueden asombrarse de la buena estrella de que disfrutan otras, unas
pocas que parecen tocadas por la magia, pero las cosas no son casuales. Digo
esto porque el comportamiento que vi en Emilio no lo había visto hasta entonces
en ninguna otra visita, y aun hoy me parece sorprendente. Emilio, un artista
razonablemente famoso, con un curriculum que incluía una nominación a los premios
Emi de televisión, se volvió a mirar quién había entrado, vio a un subalterno
con rango de becario o meritorio, pidiendo permiso tímidamente para poderse ir
en tres segundos, y en lugar de dejar pasar el tiempo y retomar su charla, se
incorporó de su asiento, se levantó y se acercó a mí, tendiéndome la mano, y se
presentó.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Me quedé
desarmado. No tuve, claro, los reflejos de presentarme yo por mi cuenta, de
identificarme como admirador de su programa “Ni en vivo ni en directo”, ni de
pedirle una foto ni un autógrafo (no he pedido ninguno en mi vida, salvo a Arévalo,
por unas circunstancias que ya contaré). Pero ese gesto me dijo de él mucho más
de lo que me haya dicho ningún programa que le haya visto presentar.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Esa fue una
reunión previa al proyecto de “Saque Bola”, un concurso de chistes que
realizamos para Canal Sur, en su parrilla de estreno en 1989, que presentó
Emilio, y que se convirtió en el programa estrella y abanderado de la
programación durante casi dos años. Pero eso es otra historia.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Ah, perdón,
que igual no saben de quién les hablo, que no he dicho el apellido. Aragón, se
llama Aragón.</div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-57686552520232164282015-11-02T12:32:00.001+01:002015-11-02T13:59:46.900+01:00A MÍ CHIQUITO ME COGÍA EL TELÉFONO. CAP.2. DE CHIQUITO A CHICOTE<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El germen de
este libro nació, ya lo expliqué, en un momento en el año 2007 en
que vi a mi compañero Juanjo Muñoz sorprenderse y admirarse de que conociera a
Chiquito de la Calzada. Era una nueva constatación de que mi trabajo suscita
asombro y curiosidad (¡La tele! Esos programas y series que vemos todos a
diario y cuyos personajes nos parecen casi de la familia y al mismo tiempo tan
lejanos e irreales. ¿Cómo será trabajar en la tele, conocer en la vida real a
esos personajes?). Pero en este caso era algo más. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Entiendo la
curiosidad de los espectadores, pero la de Juanjo me cogió por sorpresa. Era
una curiosidad nueva, porque él no era ajeno a este mundo; era una
persona del medio, que trabajaba dentro, que escribía para presentadores, y sin
embargo se sentía igualmente ilusionado por haber reducido a dos sus grados de
separación con don Gregorio. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El sentirme
interesante fue halagador, aunque fuera por algo tan poco meritorio como haber
coincidido con alguien, y la idea de publicar mi vida laboral y la relación de
famosos que conozco quedó sembrada en lo profundo de mi inconsciente.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Otro
empujoncito me dio Noelia Bodas, en La Tira, al sugerirme que podría impartir
una clase en un máster de guión. “Si yo no sé nada”, objeté. Pero ella
consideraba mi mera experiencia lo suficientemente interesante como para estar
a la altura de muchas de las clases que recibió como alumna (No seré yo quien
juzgue los planes de estudios de los cursos privados de postgrado). Así será,
pensé yo, y no le di muchas más vueltas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En posteriores
intermedios entre trabajo y trabajo, la idea volvía a mi cabeza, con un título
claro. Pero algo me
refrenaba, y era un cierto tufillo a despedida, que quisiera si me lo permiten
exorcizar. Señores de la tele: voy estando mayor… ¡pero no me he retirado!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En uno de mis últimos periodos de paro, conseguí un breve paréntesis laboral para preparar en Antena 3
la retransmisión de las Campanadas de Nochevieja para La Sexta (cosas de la
fusión). Las habrían de presentar Sandra Sabatés y Alberto Chicote.
Lamentablemente no conseguí hacer llegar a tiempo al departamento de promos mi
idea de versionar el estribillo de la cabecera de la antigua serie de dibujos
animados “Don Quijote de la Mancha”, cambiando los nombres de Quijote y Sancho
por los de Chicote y Sandra, pero pueden componerlas ustedes en su cabeza a
partir de este corte de youtube (del 00:18 al 00:30)</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/w4tFzD13hmc/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/w4tFzD13hmc?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="text-indent: 35.4pt;">Me voy por las
ramas. Este trabajo, notorio pero intrascendente (por su propia naturaleza, ni
aunque hubiéramos tenido un 80% de share habríamos podido renovar), fue muy
importante para este libro. Volvía a trabajar en Antena 3, la que durante tanto
tiempo fue mi casa, para una producción propia. El trabajo en la tele te
proporciona la experiencia de la secuencia circular del tiempo. Periódicamente,
uno vuelve otra vez a un mismo punto. Pero no se trata de un círculo cerrado,
sino de una espiral, como los surcos de un disco de vinilo, porque llegas al
mismo punto, pero en un escalón distinto, más adentro o más afuera, quién lo
sabe, pero con evidentes diferencias sobre la primera vez. O sobre la segunda o
la tercera.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="text-indent: 35.4pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En esta vuelta
a Antena 3, esperaba encontrar, como de costumbre, a un montón de amigos, pero
me encontré el hotel del Resplandor. Pasillos vacíos, redacciones abandonadas,
y por aquí y por allá pequeños reductos de trabajadores que se juntaban en un
mismo lugar para no sentirse solos. Con una sensación mixta de asombro y
desolación, día tras día, me fui reencontrando con los pocos amigos que aún
quedaban allí, y recordamos viejos tiempos. Pero sobre todo fue con mi
compañero Fernando del Moral, a cuyo lado trabajé. Fernando, el mítico guionista fijo de
la televisión privada, estaba colaborando en un programa de zapping elaborando
la parte histórica, y recordamos a compañeros y amigos, programas, anécdotas,
modos de trabajo… ¡incluso los sueldos que se pagaban!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
A la sensación
de vuelta se añadía que no eran mis primeras campanadas, sino las segundas.
Dieciocho años antes ya trabajé en otra retransmisión, la despedida del año
1994 y bienvenida de 1995, con Pepe Carrol, que en paz descanse, ¡y el propio
Chiquito de la Calzada! Estuvimos cerca de dos horas ensayando los diez o quince
minutos de la retransmisión, una y otra vez repitiendo los mismos chistes: el
de la cosa que está tan mal que estamos friendo las sardinas con saliva; el de
ve preparando las angulas-qué quieres, que me tire una hora pintándole los ojos
a los fideos… Y yo riéndome a carcajadas a cada chiste, exactamente igual todas
las veces, para tratar de arrancarle la risa al público de gala que habíamos
traído, joven, elegante, de buen ver… pero sosito. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Esas
campanadas las retransmitimos desde un estudio virtual, un prodigio tecnológico
que recientemente había incorporado Antena 3 y que sólo usaba para las predicciones
del tiempo, pero que, para la ocasión, había reproducido el interior de un
café en altura en un edificio cercano a la puerta del Sol, cuyo reloj se veía por
una ventana (incrustado en croma).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Recuerdo que
hubo un catering de nivel como merecía la ocasión, y que me recomendaron no
poner muchas pegas a tomar un par de copitas de vino (tres quizás), para facilitar mi
animación y el efecto dominó que queríamos conseguir. Sí, amigos, se me había encargado
la responsabilidad de reírme y contagiar la risa al público. Y no fue tan
fácil, porque en el último ensayo los chistes ya habían perdido para mí todo el
efecto y empezaba a sentir agujetas en la mandíbula. Pero así se hizo, y me
convertí en la risa de las Campanadas de Antena 3, y me oyeron hasta en
Telecinco. Muchos años después, durante la grabación de un piloto, Tomás Summers
me presentó al Sevilla, el cantante de los Mojinos Escozíos, y en el momento en
que me oyó reírme, dijo que reconoció mi risa. No sé si me dijo que la tenía
grabada y todo. Entonces me lo creí; ahora que lo escribo, me temo que el
guasón de Tomás se conchabara con él para embromarme.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Volvemos a
diciembre de 2012 y al encargo de las Campanadas de la Sexta, un trabajo que me
proporcionaba de nuevo la experiencia de las campanadas, pero en esta ocasión,
en vivo y en directo, en el lugar de los hechos, y como Dios manda, ¡con chica!
¡Y qué chica! Yo que pensaba que ya lo había visto todo y me había convertido
en indeslumbrable, descubrí que siempre hay un más allá. Pero dejémoslo: Sandra
merece capítulo aparte.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Hice de
redactor, acudiendo al Intermedio a pedir que nos grabaran unos consejitos que
yo mismo había guionizado, hice también, por primera vez, de reportero de
calle, ¡a estas alturas! Pero, por encima de todo, esta experiencia me brindó
un vínculo, un nombre, un cabo de hilo del que tirar para convertir ya
completamente en incuestionable la necesidad de escribir este libro. Porque no
me digan que no es casualidad que hiciera unas campanadas con Chiquito y años
después… ¡con Chicote! ¡Sólo eso bien merece un libro! Y aquí lo tienen (bueno, lo van teniendo por entregas).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Debo aprovechar, por cierto, para reivindicarme, ya que recientemente una campaña de publicidad de aceitunas ha reunido a Chiquito y Chicote en un mismo spot. No sólo mi idea es previa (exactamente, de diciembre de 2012), sino que mi propia experiencia me avala y me autoriza por encima de ningún otro para establecer esta graciosa relación entre sus nombres (por cierto, no recuerdo que el anuncio aprovechara este detalle, lo que me desconcierta especialmente, porque entonces ¿para qué los juntaron?). En todo caso, dicho queda: la publicidad me copia, ¡me siento realizado!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Antes he
hablado de la teoría de los grados de separación. Se presta aquí hacer un
inciso sobre ello. Me he documentado: la propuso en 1930 un escritor húngaro, Frigyes
Karinthy, y pretende que cualquier persona de la Tierra puede estar conectada
con cualquier otra por un máximo de cinco intermediarios (o seis grados de
separación). En el grado 1 estarían todas las personas que uno conoce directamente,
sin persona interpuesta. El clásico “un
amigo de un amigo”, que precisa de un intermediario y sólo uno, estaría a dos
grados de separación. Y así sucesivamente. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Este grado 2
de separación es particularmente importante y convierte al intermediario en una
persona con poder: el poder de presentarte a la otra persona, sea ésta un
famoso, una mujer que te atrae, un cliente potencial o un profesional de gran
renombre y agenda muy apretada. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Según escribo
esto, me viene a la cabeza que quizá esas miradas de adoración casi devocional
que me prodigan algunas personas cuando se enteran de que trabajo en la tele provienen de la idea inconsciente de que, al conocer a sus ídolos, yo podría
presentárselos, y por tanto, soy para ellas una especie de mago o sacerdote que
tiende puentes entre el brillante e inalcanzable mundo de los famosos y el de
los vulgares espectadores. ¿Pero tú también, Juanjo, compañero mío?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El
interés de este libro, si tiene alguno, habrá de ser un poco éste, que los
lectores crean conocerme y, así, reducir un grado de separación con muchos de
sus adorados personajes televisivos. Advierto, no obstante, y a sabiendas de
que puedo perder muchos lectores potenciales, que hasta el momento de escribir
estas líneas me he ahorrado el trabajar en programas de corazón y
telerrealidad, y no conozco, por tanto, a nadie de Gran Hermano, Mercedes Milá
incluida.</div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-56737673619218493222015-10-25T13:10:00.000+01:002015-10-25T13:10:20.758+01:00EL CHISTE DE HOY: GASTRONOMÍA E INCOMPRENSIÓNNo me atrevo a titular mi entrada de hoy como "Chiste del día", como solía hacer, sugiriendo una rutina. No nos engañemos: a estas alturas todos sabemos que no voy a publicar un chiste a diario. Y si lo hago, bienvenido sea. O malvenido, que uno nunca sabe cómo acertar. Pero qué demonios, ¡me arriesgo!<br />
<br />
El caso es que, siendo domingo, día de comida familiar, o con amigos, día de paella o barbacoa para muchos, me ha venido a la memoria un bonito chiste que guardo entre mis preferidos. Recuerdo perfectamente quién lo contó en uno de aquellos programas de mis buenos tiempos en Antena 3. Si no me equivoco, era "De los buenos el mejor", en que cada cuentachistes encarnaba un personaje. Este de los espaguetis (con e inicial y en plural) que enseguida transcribo lo contaba "La Puri", a quien recuerdo con traje rojo de chaqueta, no sé si de secretaria o dependienta de tienda. Lamentablemente, no llego a su nombre. Probablemente me venga justo en el instante posterior a haber tocado el botón de publicar. Bueno, eso me dará excusa para otra entrada. De momento, ahí va el chiste.<br />
<br />
Se trata de una conversación entre dos personas, marido y mujer, pero el primero ni entra en escena, ni abre la boca, así que a todos los efectos, dramáticamente funcionará como un monólogo. Y dice, pues, la mujer, a su marido en off:<br />
<br />
- El lunes te hice espaguetis y te gustaron; el martes te hice espaguetis y te gustaron; el miércoles te hice espaguetis y te gustaron; el jueves te hice espaguetis y te gustaron; el viernes te hice espaguetis y te gustaron; ayer sábado te hice espaguetis y te gustaron, y hoy domingo te hago espaguetis, y no te gustan, <i>(Vehemente, demente, cargándose de razón)</i> ¡DESDE LUEGO NO HAY QUIEN TE ENTIENDA!<br />
<br />Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-13211441788583885122015-10-20T19:07:00.003+02:002015-10-20T19:07:54.181+02:00A MÍ CHIQUITO ME COGÍA EL TELÉFONO<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
"A mí Chiquito me cogía el teléfono" es el título del "Informe de vida laboral de un mercenario de la tele"; es decir, mis memorias de mi vida en la tele, que están avanzadas, pero llevan un tiempo más paradas que yo. No es porque no esté generando capítulos nuevos, que también, aunque aún me quedan episodios por desarrollar. El asunto es que esto de escribir memorias parece cosa de jubilado y no quisiera darme yo mismo por acabado. Al contrario, quiero invocar al espíritu de Chiquito (también vivo, por otro lado) para reclamar un poco de fortuna en esto de trabajar. Aparte de ello, no sé qué habría de hacer con este testamento, si patearme editoriales con las que no ganar un duro, autoeditármelo para vendérselo a los amigos, publicarlo por fascículos en columna de juguete o inaugurar un nuevo blog, ya el tercero. De momento, opto por una primera entrega en este blog abandonado, lo que no anula ninguna de las otras posibilidades, y abro los oídos virtuales para escuchar por escrito sus opiniones. Allá va el primer capítulo, que explica el proyecto.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
<span style="text-indent: 18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 18pt;">
<span style="text-indent: 18pt;"><b>A MÍ CHIQUITO ME COGÍA EL TELÉFONO</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
<span style="text-indent: 18pt;">"Hablábamos
Amador Moreno y yo, y salió Chiquito en la conversación. No recuerdo la razón.
En realidad no tiene por qué haber una razón: desde el año 94, Chiquito, con
mención expresa o sin ella, está presente en todas las conversaciones de
guionistas de humor del país. Y de cómicos profesionales. Y de cómicos
aspirantes, y de cuentachistes aficionados, y de animadores familiares. Pero
eso será otra historia. Hablaba, decía, con Amador, cuando mi compañero sacó a
relucir mi relación con el humorista, y en la mesa de al lado se volvió Juanjo
Muñoz, abriendo los ojos como platos, como antes había abierto las orejas para
escucharnos. Emocionado, admirado incluso, me preguntó:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
<span style="text-indent: -24px;">-</span><span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; text-indent: -18pt;"> </span><span style="text-indent: -18pt;">¿Conoces a Chiquito?</span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
Hay frases que
lo retratan a uno, que dicen mucho de ti, de tu vida, de tu historia personal.
Si dices, como Julio César, “Llegué, vi, vencí”, es que ganaste a alguien y,
por lo que parece, lo hiciste sin gran dificultad: sólo tuviste que mirar. En
algunas frases dichas sin querer o con toda intención, se resume en ocasiones
el curriculum de uno, y eso es lo que me sucedió a mí aquella tarde en la redacción
de Noche Hache, cuando Juanjo me preguntó con los ojos como platos si conocía a
Chiquito, mirándome casi con devoción, como quien ve en persona a un ser
mitológico o especial. Yo me sentí halagado, y me vine arriba. Tanto, que se me
hizo corto el reconocimiento, y se lo quise matizar lleno de orgullo.</div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--> -<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span><!--[endif]-->¿Que si conozco a Chiquito? ¡A mí Chiquito me
cogía el teléfono!</div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
Recreen la
acción con el índice de la mano derecha estirado, dando vueltas hacia arriba
dibujando un muelle y comprenderán por qué, al instante mismo de terminar mi
frase, estallé en una sonora carcajada con la que me reía de mí mismo al tiempo
que trataba de borrar la vergüenza propia que sentía por mi ataque de soberbia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
Es tonto enorgullecerse
uno del triunfo conquistado por una persona que pasó a tu lado alguna vez. Si
lo miras bien, parece casi la cara amable de la envidia. Y por ser la cara
amable, siento una cierta indulgencia por mí mismo por esta debilidad. Y
también por Juanjo, que confundiendo fortuna con mérito, me miraba con
admiración. Poco le faltó para pedirme un autógrafo. Aunque de éstas también he
tenido.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Ese fue
probablemente el primer momento en que tomé conciencia de mi papel en la
historia de la televisión de nuestro país. Un papel de turista que se hace
fotos junto a los principales monumentos (¡y qué monumentos!, como diría José
Luis López Vázquez, a quien no conocí), y que presume orgulloso ante sus amigos
de la proeza de simplemente haber estado allí.</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--> -<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span><!--[endif]-->¿Ves la Torre Eiffel? ¡Pues yo estuve allí!</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]-->-<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span><span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; text-indent: -18pt;"> </span>- <span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; text-indent: -18pt;"> </span><span style="text-indent: -18pt;">¿Construyéndola?</span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]-->- -<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span><!--[endif]-->No, haciéndome una foto.</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Eso
significaba que me estaba haciendo mayor. Pero también que por primera vez
comprendía en toda su magnitud que mi azarosa vida por el mundo de la tele podía
despertar un interés no sólo en el profano espectador, sino incluso entre
profesionales. ¡Si hasta a mí mismo me sorprende a veces recordar las cosas que
he vivido!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
No puedo
seguir, por cierto, sin aclarar un punto. ¿Qué significa – se dirán ustedes –
eso de que Chiquito me cogía el teléfono? O igual no se lo dicen porque hoy día
todos los teléfonos, fijos y móviles, tienen una pantalla que registra el
número del teléfono que llama. No era así ni mucho menos en aquellos tiempos.
Ya existían los ordenadores, eso sí, pero los móviles eran aún un gadget propio
de James Bond y de unos contados ejecutivos esnobs. Chiquito no era ni lo uno
ni lo otro: era un señor mayor de Málaga, un artista que llevaba toda la vida
trabajando y que era la primera vez que actuaba en televisión. Era una especie
de “yo estuve allí” que, de pronto, se convirtió en el “allí” del que uno podía
presumir por haber estado junto a él. Pero por el momento vivía en su casa de
siempre, con su mujer y su teléfono. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Entonces, ¿qué
mérito tenía que me cogiera el teléfono? ¿Acaso sabía que era yo y no otro
quien llamaba? ¿Acaso no se lo cogía a todo el mundo? ¿Acaso de lo que estoy
presumiendo es simplemente de haber tenido su número de teléfono? No, no y no.
Chiquito empezó a salir por televisión a finales de julio de 1994 y ya en
septiembre empezamos a recibir en la redacción las primeras llamadas queriendo
contratarlo para actuaciones. En octubre, la cuestión ya era insostenible. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Los agentes
consiguieron el teléfono de Chiquito, el teléfono de Chiquito empezó a sonar
como los nuestros, y Chiquito empezó a volverse loco. ¿Pero por qué lo llamaban
a él, no tenía representante? Obviamente no: era un artista que iba de
chiringuito en chiringuito cantando y contando chistes para quien estuviera por
allí y a quien de vez en cuando contrataban para amenizar una cena o una fiesta
privada. Y de pronto, lo veían como diez millones de personas de una sola vez.
Finalmente, consiguió un representante (mejor dicho: un representante consiguió
hacerse con Chiquito, la joya más deseada del momento), pero para solucionar el
problema de las llamadas a su casa, optó por la calzada de en medio: no coger
el teléfono a nadie… salvo las llamadas del programa.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Les intriga
saber cómo podía reconocer Chiquito que era yo mismo quien le llamaba y no un
pesado de una sala de fiestas de un pueblo de Cuenca, ¿verdad? Una opción
hubiera sido llamar siempre a la misma hora, pero eso en televisión es
imposible; en cualquier momento puede haber un cambio, y hay que avisar. Se
decidió crear una contraseña secreta, una clave con la cual Chiquito pudiera
saber inequívocamente que era yo y no otra persona quien le llamaba.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Han pasado
casi veinte años desde entonces, seis o siete generaciones de teléfonos móviles
(en mi mano dos o tres nada más), con posibilidad de poner tonos distintos
según el teléfono que llama, y también han cambiado los terminales de teléfono
fijo, todos ellos ya con identificación de llamadas. Creo, pues, que si
Chiquito quiere tener alguna contraseña para cribar sus llamadas entrantes,
seguramente habrá escogido alguna más sofisticada, así que me veo autorizado
para revelar el gran secreto entre Chiquito y yo. Ahí va: simplemente marcaba
su número, esperaba que sonara una vez el timbre de llamada y colgaba, para
acto seguido volver a marcar y escuchar que al otro lado alguien descolgaba el
aparato.</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--> -<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span><!--[endif]-->¿Chiquito? – le preguntaba.</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--> -<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span><!--[endif]-->¿Qué pasa, fenómeno?</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Fenómeno, ese era yo. Y a mí Chiquito
me cogía el teléfono, ¿qué os vais a pensar?"</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
(¿Sigo?)</div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-30801386075764017802015-04-02T21:24:00.000+02:002015-04-02T21:33:50.153+02:00LOS HUESOS DE CERVANTES<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;">1. Buscando bajo el suelo del convento</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;">de las monjas descalzas Trinitarias,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;">se han encontrado huesos, más de ciento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;">No son de una persona, son de varias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;">En concreto, los hay de dieciséis,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;">y entre tanta osamenta, por fortuna,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;">os lo aseguro, no sé si me creeréis,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;">no hay hueso ninguno de aceituna.</span><br />
<span style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 19.5px;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Han tratado de hacer
interesantes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">unas letras que dicen MC<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">diciendo que quizá son
por Cervantes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Pero el autor en sí no se
distingue,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">pues la tumba se ve que
no es de un single;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">es de lo que llamaban LP.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">2. Para mí que no están
en sus cabales<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">quienes persiguen quimera
tal<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">como tratar de hallar
restos mortales<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">de un autor que decimos
inmortal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Pero aceptando que la
podredumbre<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">le ha alcanzado también a
don Miguel,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">imaginen también que
alguno es él,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">en medio de esa
muchedumbre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Devenido romántico en lo
eterno,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">entonces el Miguel del
siglo de oro<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">yace con su mujer ,
¡caray qué tierno!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Qué tierno, sí, y falto
de decoro,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">pues descansa por siempre
con su esposa<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">más catorce personas en
la fosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">3. Hay indicio en verdad,
y muchas ganas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">de haber encontrado a su
persona.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">A Cervantes, comentan las
hermanas,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">lo enterraron allí… o por
la zona<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Mas tanto cuerpo junto y
hueso pocho,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">a la ciencia le dificulta
el caso:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">el carbono catorce queda
escaso;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">es mejor el carbono …
dieciocho.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">El hallazgo, en verdad,
no es para tanto:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">lo que quede del genio
son retazos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">no se sabe si de él o de
algún santo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Manco era su mote, el de
Lepanto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Habrá que comprobarlo sin
más plazos:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">los restos lo son,
mancos… de dos brazos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">4. ¡Es Cervantes! –
proclaman los científicos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">¡Es Cervantes! – qué
hallazgo tan magnífico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">¿Qué Cervantes? – se
pregunta el político.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Cervantes, don Miguel,
autor prolífico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">¿Cómo saben seguro si es
Miguel?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Esa seguridad, ¿cómo la
tienen?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Si es imposible la prueba
de ADN,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">¿quién puede atestiguar
que este es aquel?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Con certeza no hay nadie
que lo afirme,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">será Miguel si nadie lo
desmiente<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">aportando una prueba de
repente:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">un cuerpo cervantino
irrebatible.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Raro será si hay alguien
que se anime<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">y que quiera buscarlo, y
que lo encuentre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">5. No ha sido la labor
nada sencilla<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">- ¡ciencias y letras
juntas varios meses! -,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">pero en el municipio
había intereses<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">de que pasase gente por
taquilla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Si la tumba es del
célebre Cervantes,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">la visita a la tumba
ahora se cobra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Pongamos nuestras manos a
la obra,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">fijemos la tarifa cuanto
antes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Va a aumentar el turismo
en gran medida,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">al menos eso auguran los
expertos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">pues Madrid ya tendrá lo
que uno pida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Vendrá gente al teatro y
a conciertos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">la ciudad seguirá
teniendo vida,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">pero atraerá a más gente
con sus muertos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">6. ¿Qué opina, a todo
esto, el interfecto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">¿Le habrá sentado mal ser
descubierto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">o, al contrario, le
parece perfecto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">¡Quién puede saber qué
piensa un muerto!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Si en acordarse no tuvo
interés<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">del pueblo de la Mancha
del Quijote,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">qué más le dará que
salgan ahora a flote<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">los podridos huesos de
sus pies.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Igual le daba risa este
montaje,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">que den tanta importancia
y rindan culto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">a su cuerpo hecho polvo,
ya corrupto,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Y puede que lo tome como
insulto,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">pues como autor, el mejor
homenaje,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">no es verle a él, es leer
sus personajes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">7. SONETO INVERSO<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Para mí los restos de
Cervantes,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">los únicos que son
interesantes,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">don Quijote y Sancho son,
y Dulcinea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Si esto anima a la gente
a que se lea,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">bien hallada la sepultura
sea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Y que busquen también a
Rocinante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">Aunque, no sé por qué,
mucho me temo,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">que haber hallado al fin
su sepultura<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">no va a animar a nadie a
la lectura<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">y seguiremos siendo igual
de memos.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">En todo
caso, yo me maravillo:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">el tesón y
el trabajo han sido enormes,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">el reto
será hallar ahora en el Tormes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 150%;">al anónimo
autor del Lazarillo.<span style="color: #333333;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-4852334961592449702015-03-07T10:18:00.005+01:002015-03-07T10:18:53.173+01:00MÍTICO Y ESCRÚJULO SÁBADO DIONISÍACO<div class="MsoNormal">
Con un poco de retraso, ahí va mi crónica de lo visto, oído, entrevisto o imaginado en las últimas Dionisíacas de Acción-Escena (www.accion-escena.com). Va con mi simpatía y agradecimiento. Y también, por supuesto, a los retratróspidos (http://retratostrospidos.blogspot.com.es/).</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Crónica sabática</div>
<div class="MsoNormal">
de mítico sábado</div>
<div class="MsoNormal">
accionicoescénico:</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Artística, utópica,</div>
<div class="MsoNormal">
cuasimetafísica</div>
<div class="MsoNormal">
víspera doménica.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Cómicos fantásticos,</div>
<div class="MsoNormal">
mímica acrobática,</div>
<div class="MsoNormal">
gimnástica insólita,</div>
<div class="MsoNormal">
y trágica helénica;</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Un número mágico,</div>
<div class="MsoNormal">
hipnótico, onírico:</div>
<div class="MsoNormal">
todos ojipláticos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Teóricas discípulas</div>
<div class="MsoNormal">
actoracadémicas,</div>
<div class="MsoNormal">
hábiles pragmáticas</div>
<div class="MsoNormal">
profesionalísticas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Jóvenes intérpretes,</div>
<div class="MsoNormal">
de música rítmica,</div>
<div class="MsoNormal">
clásica, operística,</div>
<div class="MsoNormal">
también cantautórica.</div>
<div class="MsoNormal">
y hasta gymnopédica.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Danzas coreográficas</div>
<div class="MsoNormal">
plásticas y técnicas,</div>
<div class="MsoNormal">
etéreas, ingrávidas,</div>
<div class="MsoNormal">
exóticas, étnicas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Público solícito,</div>
<div class="MsoNormal">
benéfico bálsamo</div>
<div class="MsoNormal">
del náufrago típico </div>
<div class="MsoNormal">
con pánico escénico</div>
<div class="MsoNormal">
ante su monólogo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Lápices espídicos,</div>
<div class="MsoNormal">
relámpagos gráficos</div>
<div class="MsoNormal">
rasgos hiperbólicos,</div>
<div class="MsoNormal">
síntesis de imágenes, </div>
<div class="MsoNormal">
magníficas réplicas</div>
<div class="MsoNormal">
de las pantomímicas:</div>
<div class="MsoNormal">
olé, retratróspidos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mítica farándula,</div>
<div class="MsoNormal">
prolíficos títeres</div>
<div class="MsoNormal">
de múltiples cúspides,</div>
<div class="MsoNormal">
su lúcida atmósfera</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
son las Dionisíacas.</div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-79884666821278278942015-02-24T17:30:00.000+01:002015-02-24T17:30:29.538+01:00CRÍTICA DE MÍSiguiendo mi línea de reseñar los actos culturales a los que acudo, me veo en una trampa, pues en la última acción literaria a la que asistido he sido el actor convocante, de modo que, o rompo con mi reciente tradición de crítico o seré juez y parte. ¡Qué narices! Si no lo hago yo, quién lo va a hacer. Prometo ser rigurosamente objetivo.<br />
<br />
Estuve fantástico, dicho sea sin falsa modestia. En realidad, sin ninguna modestia, ni falsa ni verdadera. Bien es cierto que el mérito no es mío. Cualquier otro (menos alguna actriz que me conozco) lo hubiera hecho igual. El lector prácticamente se limitó a leer correctamente, vocalizando bien y dando las oportunas intenciones y pausas, una colección de textos impecablemente escritos por... bueno, sí, eso sí es mérito mío, que los he escrito yo.<br />
<br />
La lectura consistió en una selección de artículos de este mismo blog que están leyendo, columna de juguete, primando los más recientes, de un par de años hasta aquí, pero sin olvidar algunos muy característicos, como "Aquel de quien soy doble", con el que se inauguraba el blog en marzo de 2006. Tuvo a bien el lector darle un valor añadido al recital con la interpretación "a capella" de algunas de las canciones de "No soy feliz. En absoluto", obra de teatro del mismo autor.<br />
<br />
Bajo el título "A veces los poetas, despistados, me aceptan entre los suyos", el autor incluye en su recital textos costumbristas que revelan una actitud lúdica y poética durante el desarrollo de sus actividades cotidianas. Así, saca oro de pequeños momentos como la entrega de unas vueltas en una tienda o la entrada de una joven comiendo donuts en un vagón de metro. El humor resulta de cierto tratamiento irónico sobre la situación y sobre el propio observador, que convierte en poético lo más trivial y racionaliza cualquier asomo de sentimentalismo.<br />
<br />
Aunque el lector, en aras de hacer amena la velada, se saltó la mitad de los textos seleccionados, el autor lamentó la omisión de algunos artículos como su testimonio vital "Confesiones:mi vida amorosa", descartado por su duración, o "Metamorfosis 1: de globos y Kung Fu", que sin duda se saltó el lector en un descuido.<br />
<br />
Ya sé que algunos lectores se han quedado enganchados cuatro párrafos más arriba, con la frase "estuve fantástico". Me tendré que justificar. No sólo perdí a la única abuela que conocí antes de cumplir los seis años y me he visto obligado desde niño a autogenerarme mis propios refuerzos positivos, sino que es un hecho que yo leí y el público rió. No todo el rato y quizá no todo el público, pero, ¿qué quieren?, siempre hay algún amargado sin sentido del humor. Por lo demás, salvo esta excepción, hay que reconocer que el resto del auditorio estuvo a la altura del evento. Atento, brillante, inteligente, divertido... guapo incluso.<br />
<br />
Por supuesto que valoro todas las posibilidades, entre ellas que al público en realidad no le estuviera haciendo gracia y se riera por cumplir. Si así fuera, su actuación sería incluso más loable, pues se rieron cuando tocaba y de forma absolutamente creíble, lo cual probablemente me habilitaría a mí como el director de orquesta que supo en cada momento sacar el mejor sonido de sus instrumentos.<br />
<br />
El lugar, un centro de la Seguridad Social reconvertido en Centro Cultural y rebautizado La Cúpula, ubicado más allá de donde alcanza mi vista, es un edificio moderno, diáfano, lleno de posibilidades y abierto a propuestas, dicho sea por si alguno de mis lectores quiere emularme con otro recital en serio, una lectura dramatizada, comedizada o tragedizada, o un festival de monólogos.<br />
<br />
En la parte absurda del acto destaco la interrupción de la lectura, a apenas tres relatos del final, sin siquiera consultar al actuante, para ofrecer un vino a mi auditorio y hacer una cuña publicitaria desde mi atril. Tampoco fue muy del gusto del que escribe que, en el tramo final, después del vino, se montara una tertulia al fondo del salón.<br />
<br />
En resumidas cuentas, una función muy recomendable que, sin embargo, no puedo recomendar pues es improbable que vuelva a repetirse, si bien conmino a los lectores a estar atentos a posibles futuras convocatorias de otras lecturas del mismo autor.<br />
<br />
AUTOCRÍTICA<br />
<br />
Diferente de la crítica de mí que acabo de cerrar es la autocrítica sobre mi comportamiento que ahora comienzo. Les confieso que mi enorme ego imaginaba un auditorio más abultado, y a punto estuve de lamentarme a la organización del evento por el escaso número de asientos. Hice bien en callarme, por si acaso. Sobraron bancos.<br />
<br />
Y en este orden de cosas debo confesar un amago de caprichosa frustración al descubrir mi escaso poder de convocatoria, que superé por medio de la razón. El público no fue escaso, no pudo serlo. Al público asistente no se le puede hacer reproche alguno sobre el número, el público asistente no puede ser escaso, puesto que cada persona es un único individuo y no puede volverse escasa o numerosa de por sí. El público no fueron pocos; los que fueron muchos son los que no vinieron. Para mi audiencia no tengo más que agradecimiento y buenas palabras, pues la mayoría de ellos hizo un viaje importante para acudir, unos desde la otra punta de la ciudad, otros desde la otra punta del tiempo (como dieciocho años sin vernos), desde otro plano mi amiga Sakura, que trascendió la virtualidad de internet para materializarse en el mundo real, e incluso algunos desde el puro desconocimiento, pues entraron al centro por casualidad.<br />
<br />
Los demás no sé qué excusa tenéis.<br />
<br />
<br />Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-67436256600122274732015-02-03T11:45:00.001+01:002015-02-03T11:45:24.428+01:00JUSTICIA POÉTICA<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Puesto que dicen que aquí</div>
<div class="MsoNormal">
hay libertad de expresión</div>
<div class="MsoNormal">
y todos somos Charlí,</div>
<div class="MsoNormal">
hago una proposición.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Algo que les va a doler</div>
<div class="MsoNormal">
a todos esos chorizos</div>
<div class="MsoNormal">
con capitales en B,</div>
<div class="MsoNormal">
pero intereses suizos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No es callar como la hache</div>
<div class="MsoNormal">
y hablar para nuestro embozo,</div>
<div class="MsoNormal">
ni hacerles ruidoso escrache</div>
<div class="MsoNormal">
(¡te llevan al calabozo!)</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Será una broma inocente,</div>
<div class="MsoNormal">
tan solo una escaramuza,</div>
<div class="MsoNormal">
menos de lo que esa gente</div>
<div class="MsoNormal">
merece por ser gentuza.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mientras la justicia enjuicia,</div>
<div class="MsoNormal">
los multa y mete en el trullo</div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 18.0pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]-->-<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span><!--[endif]-->desde
luego, eso es lo suyo -,</div>
<div class="MsoNormal">
burlémonos sin malicia.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si mancharles el buen nombre,</div>
<div class="MsoNormal">
tan honrado y honorable,</div>
<div class="MsoNormal">
llamando a alguno culpable</div>
<div class="MsoNormal">
sería toda una hecatombe,</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
es fácil, ¡no los nombremos!</div>
<div class="MsoNormal">
llamémosles por apodos,</div>
<div class="MsoNormal">
porque eso sí que podemos.</div>
<div class="MsoNormal">
Y hablaremos por los codos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pondremos todo el empeño</div>
<div class="MsoNormal">
en hacerles lo que a Fran,</div>
<div class="MsoNormal">
a quien más conocerán</div>
<div class="MsoNormal">
como el Nicolás pequeño.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
De acuerdo toda la prensa</div>
<div class="MsoNormal">
hablará en un mismo idioma:</div>
<div class="MsoNormal">
y parecerá una ofensa</div>
<div class="MsoNormal">
mas será sólo una broma.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y si alguno nos reclama</div>
<div class="MsoNormal">
por injurias o calumnias,</div>
<div class="MsoNormal">
denunciará sin enjundia</div>
<div class="MsoNormal">
pues él así no se llama.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Correrán por el país,</div>
<div class="MsoNormal">
entre otros sambenitos,</div>
<div class="MsoNormal">
para don “Séfuerteluis”</div>
<div class="MsoNormal">
por ejemplo “Sobrecitos”.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y la prensa llamará,</div>
<div class="MsoNormal">
hoy, mañana y para siempre,</div>
<div class="MsoNormal">
a Miguel, “don Preferentes”,</div>
<div class="MsoNormal">
y a Rodri, “Tarjetasblack”.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y a ese que el rizo ahora riza</div>
<div class="MsoNormal">
pues ya no viaja a Suiza,</div>
<div class="MsoNormal">
¡pasa allí todo el invierno!</div>
<div class="MsoNormal">
llamemos “Querido yerno”.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La rubia que se amohína</div>
<div class="MsoNormal">
mientras el banquillo espera,</div>
<div class="MsoNormal">
no será doña Cristina;</div>
<div class="MsoNormal">
será “La que no se entera”</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La que no vio en su garaje</div>
<div class="MsoNormal">
ese cochazo imponente</div>
<div class="MsoNormal">
como una fiera salvaje,</div>
<div class="MsoNormal">
la “jaguarina invidente”.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Meteremos un buen gol</div>
<div class="MsoNormal">
al nombrar a los Puyol,</div>
<div class="MsoNormal">
ese clan tan catalán</div>
<div class="MsoNormal">
por su nombre en español.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y aunque el provecto don Jorge,</div>
<div class="MsoNormal">
quien por miedo no declara</div>
<div class="MsoNormal">
a su edad ya no se enoje,</div>
<div class="MsoNormal">
habrá que verle la cara.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y será digna de ver</div>
<div class="MsoNormal">
la cara del Oleguer</div>
<div class="MsoNormal">
cuando su nombre a diario</div>
<div class="MsoNormal">
salga en tele, prensa y radio,</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Querrá esconderse en su armario,</div>
<div class="MsoNormal">
cuando todo el vecindario,</div>
<div class="MsoNormal">
por más que sea millonario,</div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
¡le llame don Olegario!</div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-6202376840912168652014-12-26T18:19:00.000+01:002014-12-26T18:19:59.997+01:00JARDIEL IMPRESCINDIBLE<div style="text-align: justify;">
Ayer vi el documental sobre Jardiel Poncela en "Imprescindibles" de Televisión Española y fue una gran satisfacción en todos los sentidos. De alguna extraña forma me siento horado personalmente por el reconocimiento a su figura. Desde que mi madre me dejara un pequeño libro, un crisolín, de artículos y cuentos suyos titulado "Para leer mientras sube el ascensor", allá por mis doce años, se convirtió en mi ídolo absoluto. Publicaron una colección con sus obras completas y dediqué cada peseta que podía ahorrar de pagas y cumpleaños para comprar sus volúmenes de uno en uno. El resultado se lo pueden figurar: me acabó faltando uno que no hubo manera de encontrar, lo que quizá contribuyó más a mantener viva mi admiración. Sin él saberlo, se convirtió en el motivo por el que quise dedicarme a escribir. Y probablemente por eso, siento a Jardiel como a alguien propio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recuerdo mi frustración cuando, año tras año, lo buscaba inútilmente en los libros de literatura del colegio hasta que tuve que aceptar su ausencia amparándome en la idea (que no me entraba en el corazón) de que los contenidos de la asignatura tenían que ser limitados y que quizá Jardiel no fuese de los mejores para esta selección. Por eso, el documental de la 2 me hace volver a mi adolescencia y confirma muchas de mis creencias. Jardiel fue uno de los grandes hombres del teatro en España, fue un precursor no reconocido del teatro del absurdo, y más que un simple comediógrafo fue todo un intelectual. Escucho que él mismo reconocía lo que siempre he pensado, que "La Tournée de Dios" era su mejor novela. Y otras personas, más autorizadas que yo, recomiendan su relectura hoy día, pues sus palabras adquieren mucho sentido en la situación actual. Eso es porque su novela es un clásico (y no un Madrid-Barça), un clásico no reconocido, como el propio Jardiel.</div>
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Se desmienten los topicazos de su misoginia y su filia franquista, y entre el eterno protestón contra críticos y plagiadores, aparece el hombre tierno que adoptó a un perro de la calle, el hombre culto y divertido que se convertía en el alma de cualquier reunión, y un enamorado de su arte capaz incluso de dibujar los planos de un diseño industrial para el teatro. En el aspecto sentimental, me emociona conocer tantos detalles de su vida (alguna biografía suya ya había leído, pero sin testimonio gráfico), y ver el trabajo artesanal que hacía con cada escrito, manuscrito con pluma, con la letra perfectamente caligrafiada y con dibujos propios. Si a mano y pegando "banderillas" para corregir, pudo escribir tanto, ¡qué no hubiera hecho con un programa de textos!</div>
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No me extraña nada que de jovencito soñara con emularlo. Y eso, sin haberlo visto en acción. Si llego a conocerlo un poco más, creo que me hubiera vuelto loco de ilusión con querer seguir sus pasos... aunque evidentemente no esté a mi alcance. Entre tanto, he leído todo libro suyo que ha caído en mis manos y he asistido a todas sus obras de teatro que he tenido ocasión. Y en mis primeros tiempos de bloguero, cuando curioseábamos de blog en blog y nos dejábamos comentarios, como por azar, me encontré con dos de sus descendientes, don Enrique y doña Sakura, una forma virtual y cibernética de entroncarme con él.</div>
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En estos tiempos de internet, nuestra Televisión Española, que alguna cosa bien sí que hace, tiene una página web con una pestaña llamada "a la carta" que le permite a uno saltarse la tiranía de las programaciones (que pueden emitir, por ejemplo, unas interesantes tertulias humorísticas a las doce de la noche de un domingo) y ver el programa que quieras a la hora que quieras. Les recomiendo fervientemente que busquen el programa Imprescindibles dedicado a Jardiel, toda una delicia. ¡Incluso tipográfica! Véanlo, y corríjanme si me equivoco.</div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-55382793662301430612014-12-21T13:34:00.001+01:002014-12-21T13:34:16.438+01:00AL CARIBE CON LOS PIRATAS ¡URGENTE!<div style="text-align: justify;">
Ayer estuve viendo a mis amigos de Timaginas en el Teatro Arlequín y me lo pasé como un enano. Si tienen ustedes niños, tienen la excusa perfecta para ir a verla cualquier día de estas navidades (entre semana, por la tarde, y el sábado y domingo, por la mañana). Pero si no los tienen, vayan igualmente, Y fui sin hijos ni sobrinos (creo que fui el único adulto sin niños), pero no los eché de menos.</div>
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Si Julio Verne ideó a un Capitán de Quince Años, Timaginas sube la apuesta y nos planta uno de trece (que, además, ya viene con experiencia). Al pobre Miguel Ángel, el más joven del elenco, le toca hacer de serio y poner orden en su tripulación, dos primos zascandiles que no paran de hacer bromas desde que se levanta el telón y hasta que baja. Bueno, metafóricamente, porque ayer el telón no lo tocaron. Pero él se lo pasa bien, parece que hubiera nacido para el escenario.</div>
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En "Piratas al Caribe" (no del Caribe, no confundirse), el capitán Bramante, Boquerón y Esparragón tiran abajo la cuarta pared y se meten al público en el bolsillo desde el minuto 1 con sus rimas, sus chistes, sus canciones, sus bailes y sus improvisaciones. Y los niños responden. Algunos demasiado, como la pobre Rocío que casi se queda sin voz al intentar hacerle entender a Boquerón por dónde se había ido su capitán. </div>
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Timaginas toma todos los recursos clásicos del teatro infantil, del guiñol, de los payasos... recursos brillantes que, como dirían Boquerón, "no se pasan". Y da gusto ver a los niños divertirse con algo vivo y real, con actores entregados en cuerpo y alma a su diversión. Si les digo la verdad, hasta sufrí un poco al pensar en el esfuerzo físico que hacían Andrea y Armando (con su hernia lumbar en la L4, que no es la línea de metro Argüelles-Pinar de Chamartín, sino una vértebra). </div>
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Pero los Piratas no se quedan en la tradición, nos traen un espectáculo moderno con toda clase de referencias actuales en chistes y canciones, porque los niños de hoy saben mucho. No les digo más que Rocío dirigió a Boquerón al backstage. Al backstage, así, con todas las letras.</div>
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Háganme caso, y lleven a sus niños al Caribe, quiero decir, al teatro. Es probable que se lo agradezcan, pero lo que es seguro es que ustedes se lo van a agradecer a ellos. ¡Y corran, que están pocos días!</div>
Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-51757635185758891872014-12-09T01:04:00.003+01:002014-12-09T01:04:38.649+01:00LA INVENTORA DEL "INVENTOR"<div style="text-align: justify;">
Me es enormemente grato escribir sobre el libro que acabo de leer de mi excompañera y amiga María Ruisánchez, "El inventor de sombras". Y, por supuesto, gratísimo ha sido también leerlo.</div>
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La autora, con modestia (verdadera o falsa, ella sabrá), admite que es "entretenida". ¡Claro que lo es! Pero ella lo dice como si fuese cualquier cosa. ¡Ya! ¡Cualquier cosa! Mantenerte en vilo es lo principal de una narración, y ella lo hace con maestría. María consigue incomodar al lector de ratos perdidos que aprovecha un viaje de metro para abordar un capítulo, y se demora un poco en los pasillos para dejarlo terminado y olvidarse del libro por un tiempo mientras continúa su vida y sus recados, ¡y no puede!, porque justo al final sucede un imprevisto, un giro de guión, un lance sorprendente que exige inmediata explicación. Qué frustración quedarse así a medias. Y con qué ganas lo retoma uno en el viaje de vuelta, en una sala de espera, en casa... donde puede.<br />
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<a href="https://scontent-b-mad.xx.fbcdn.net/hphotos-xpf1/v/t1.0-9/10599147_1477455235843399_8137285829359401435_n.jpg?oh=2220620c6c5ce32531f9d188b800fec0&oe=550FDE0D" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://scontent-b-mad.xx.fbcdn.net/hphotos-xpf1/v/t1.0-9/10599147_1477455235843399_8137285829359401435_n.jpg?oh=2220620c6c5ce32531f9d188b800fec0&oe=550FDE0D" width="281" /></a></div>
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Leer "El inventor de sombras", narrada con la voz de un adolescente, le rejuvenece a uno un poco. Se identifica con los jóvenes, con su curiosidad, con la amistad que va surgiendo... no puedo contar mucho. Retoma uno el sentir de sus primeros libros de aventuras, como si leyera una "Isla del Tesoro" o un "Tom Sawyer" asturianos. O, si lo prefieren, esos libros de Los Cinco, que aunque Enid Blyton no sea Stevenson ni Twain, a la edad de empezar a leer uno no hace distingos.</div>
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La historia, como María cuenta, es oscura, de magia, ocultismo y muerte, y en ella las luces, las sombras, lo que se ve y lo que no se ve tienen un gran protagonismo. La lees y te parece estar viéndola. Por eso, la duda que me queda es qué espero ahora con más ganas, si la próxima novela de Ruisánchez o la adaptación de ésta al cine, </div>
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Por ponerle un pero, diré que no me hubiera importado que la historia durara un poquito más... y a lo mejor una cosilla que le diré en persona a la autora, pero que no le importa a nadie más. Lo que tienen que hacer ustedes es buscarla y leerla. </div>
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Bueno, si quieren. Pero, si me hacen caso, les va a gustar, eso seguro.</div>
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Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-89309455334138825172014-12-08T19:42:00.000+01:002014-12-08T19:42:36.708+01:00"UNA GRAN PROFESIONAL" DE UN GRAN PROFESIONAL<div style="text-align: justify;">
Qué alegría leer libros de amigos, qué alegría que los escriban y que los puedan publicar. Y un poquito de remordimiento por no hacer yo lo mismo, que tengo un proyecto atascado como una tesis tardía. Pero lo terminaré, seguro que lo terminaré. Ya sabrán de ello cuando toque.</div>
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Me adelanté a leer la novela de Fernando del Moral "Una gran profesional" un par de semanas antes de su presentación el pasado lunes 1 de diciembre. No soy objetivo, lo admito, la leí con prejuicios. Prejuicios de los buenos, quiero decir, prejuicios de que me iba a gustar y me iba a divertir. Como lo hace cualquier conversación que uno tenga con este gran observador y humorista que es Fernando. La leí con la benevolencia ya captada desde que lo conocí hace casi quince años. Y la lectura no defraudó en absoluto mis expectativas. Fue un disfrute metagozoso, pues no sólo me divertía la novela, sino el hecho palpable de que Fernando se había divertido también - y mucho - escribiéndola.</div>
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<a href="https://scontent-b-mad.xx.fbcdn.net/hphotos-xfp1/v/t1.0-9/13164_10201849278392056_7406327248045958016_n.jpg?oh=c733de65c4c8a94ec464480876108069&oe=54F98E56" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="400" src="https://scontent-b-mad.xx.fbcdn.net/hphotos-xfp1/v/t1.0-9/13164_10201849278392056_7406327248045958016_n.jpg?oh=c733de65c4c8a94ec464480876108069&oe=54F98E56" width="290" /></a></div>
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Fernando es un compañero guionista, gran profesional y mejor persona, y una especie de héroe mitológico con un superpoder: el de permanecer en Antena 3. Bromas aparte, a lo largo de sus muchos años de carrera ha podido observar los ires y venires de muchos programas de sus y trabajadores, y encontrar los denominadores y mínimos múltiplos comunes de cada uno de los gremios (a modo de sistema de "castas", como él dice en su libro) que participamos en esta industria de fachada glamurosa y fondo de cartón piedra.</div>
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Con el pretexto argumental de una investigación policial por la muerte en extrañas circunstancias de una prestigiosa presentadora - la "gran profesional" del título -, Fernando introduce en el medio a un elemento extraño, un inspector de policía que nunca ha visto las tripas de la tele. A través de su mirada, el autor retrata a todos los actores de detrás de las cámaras. Son caricaturas, retratos-robots armados con las características de cuantos hemos ocupado algunos de esos puestos. Y quien lo conoce, adivina la sonrisa pícara de Fernando al describir a cada personaje, con gracia e ironía, pero sin malicia, con la piedad y comprensión de quien, al fin y al cabo, lleva más de veinte años participando en el mismo circo.</div>
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La novela, además de corta, es ligera, con una estructura casi más de escenas que de capítulos, en los que se va retratando el mundo múltiple, estimulante, mundano y frívolo de la televisión. Uno lo lee y le parece estar paseando de nuevo por los pasillos de Antena 3 en esos buenos tiempos de efervescencia y redacciones llenas. Y, como el inspector Rebollo, se contagia un poco de esa excitación contra la que no hay vacuna.</div>
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Me disculparán que no les cuente más entresijos de la trama, pero la novela perdería parte de la gracia (aunque tiene bastante) y les privaría de la ilusión de la lectura. Sólo me queda recomendarles a todos que la busquen, la consigan y la lean. Quien trabaja (o ha trabajado) en la tele, se divertirá poniendo caras, variadas probablemente, a cada personaje, y quien no la conozca sentirá la extraña e inevitable emoción del público de plató cuando asiste a esa especie de ceremonia terrenal que es la grabación de un programa. Vamos, que "Una gran profesional" es de obligada lectura. </div>
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Enhorabuena, Fernando, y muchas gracias por este libro y por la oportunidad de ese reencuentro de veteranos en tu presentación.</div>
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<br />Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-34988757420779524412014-11-01T21:59:00.002+01:002014-11-01T21:59:20.941+01:00LA INTERPRETACIÓN DE LOS ANUNCIOS<div style="text-align: justify;">
En este mundo lúdico en que me gusta sentir que vivo y me desenvuelvo con afortunada ingenuidad, los anuncios pueden representar un elemento mágico, como si te trajeran un mensaje de otros lugares para indicarte una pista de orientación a tu vida. Cumplirían así la función de las imágenes oníricas de nuestros sueños, tan raras de recordar y difíciles de interpretar. Por eso, quiero lanzar al aire algunas dudas que me han surgido con respecto a dos anuncios depositados en el parabrisas de mi coche en momentos distintos de este año.</div>
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Empiezo con el más reciente. Resulta que, después de interrumpir mi largo paro con un trabajo formidable pero corto, me veo otra vez sumido en la inactividad laboral, empiezan a pasar los días y vuelvo a hacer repaso creativo de mis posibilidades de ganarme la vida, aunque sea por otros medios y con otros talentos de los que he empleado hasta ahora. Aflora entonces un curso de masajista que hice algunos años que me dio una difusa titulación que no ejercí, y pienso que adónde voy a ir a mis años, con mi mala forma física, procesos artríticos en periodo de sorda y lenta (pero segura) gestación y sin siquiera experiencia, y me encuentro con esto:</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjV2FDxRrGAuvN_5YmMknDsmZw1YCCIP6VG_38dBcWnOU5-RkAqDbffeZcMjuaGpYplvJ7hvw6pLs-Joet1a_xIA1f-s1F6WghxXUYqX2HlCMYpcM7-WEdEx2HhPRbMFODrp47mVw/s1600/MASAJISTAS+LIBERALES.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjV2FDxRrGAuvN_5YmMknDsmZw1YCCIP6VG_38dBcWnOU5-RkAqDbffeZcMjuaGpYplvJ7hvw6pLs-Joet1a_xIA1f-s1F6WghxXUYqX2HlCMYpcM7-WEdEx2HhPRbMFODrp47mVw/s1600/MASAJISTAS+LIBERALES.jpg" height="320" width="226" /></a></div>
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¿Cómo? ¿Buscan masajistas de cualquier edad y grado de experiencia? ¡Este anuncio está hecho para mí! O espera. Lo de masajista liberal quiere decir ejercer la profesión por tu cuenta, en plan autónomo, ¿no? ¿O será más bien con conocimientos de economía de mercado con los que elaborar sesudas conferencias para las clientas mientras les descargo los trapecios? También podría uno interpretar que ese genérico "masajistas liberales" no es tan genérico, sino un femenino que no ha conseguido hacerse notar y que sería necesario deshacer su ambigüedad sólo añadiendo alguna característica como, por ejemplo, "tituladas". E incluso, puestos a pensar mal, se me ocurre que quizá la "liberalidad" exigida no se refiere a términos económicos personales o públicos, sino más bien a una generosa manera de ser de apertura extrema hacia todo tipo de experiencias por libertinas que resulten. Sumido en estas dudas, no me animé a llamar.</div>
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El otro, anterior, no me supuso tanto conflicto porque no tentaba a mis necesidades de ganar dinero... Si acaso, quizás... probablemente... a gastarlo, lo que me tengo terminantemente prohibido. A ver lo que les parece a ustedes.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRYzD-8VCrxCSUG8zeF2U52jAv3T08NDhYlfcI19HUNo34hDRp_NOq7h3VXSfrlOUpCgfaINenSB357HuGpvZPjMbHGjAVBa-yAuvLGihLYAZrpH2_M4rNAHCfdwXetdoxL-Bhqg/s1600/DIFERENTES+TERMINACIONES.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRYzD-8VCrxCSUG8zeF2U52jAv3T08NDhYlfcI19HUNo34hDRp_NOq7h3VXSfrlOUpCgfaINenSB357HuGpvZPjMbHGjAVBa-yAuvLGihLYAZrpH2_M4rNAHCfdwXetdoxL-Bhqg/s1600/DIFERENTES+TERMINACIONES.jpg" height="320" width="239" /></a></div>
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Echamos en falta información, ¿verdad? No me refiero a una dirección o teléfono, que esos los he borrado. Lo que falta claramente es un verbo. Vemos apenas un pie de foto nominal meramente descriptivo de unas señoritas jóvenes, educadas y discretas. Tan discretas que no se sabe ni qué anuncian: si una exposición de fotografía, un piso que alquila habitaciones, un coñac o... no se me ocurre qué otra cosa. </div>
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Pero lo más desconcertante del caso es la expresión "diferentes terminaciones". ¿Eso qué quiere decir? ¿Se refiere a los extremos de las chicas? ¿Acaso no terminan todas con un par de pies? ¿Hay alguna sirena que termina en cola de pez, termina otra en punta, en un taco de madera, en una esfera de hueso? O quizá sea una manera poco clara de especificar su nivel de estudios. No alabo la manera de comunicarlo, pero tendría sentido. Serían diferentes terminaciones porque una ha terminado la Secundaria, otra Magisterio y una tercera Filología Hispánica (lo que supondría un notable cambio en el aspecto del alumnado desde los tiempos en que yo cursé esa carrera).</div>
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Porque el anuncio es antiguo y ya no tengo ni el teléfono, pero tentado estaría de llamar para que me aclararan. En todo caso, estoy abierto a sus comentarios. ¿Qué les parece que piden u ofertan estas dos pequeñas octavillas callejeras?</div>
<span id="goog_1402605430"></span><span id="goog_1402605431"></span><br /></div>
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Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-63007121350116875022014-10-31T18:11:00.002+01:002014-10-31T18:11:41.876+01:00MIS AMIGOS ARTISTASParece que Borges estaba más orgulloso de los libros que había leído que de los que había escrito. No sé si esto es extrapolable a los amigos, pues me veo rodeado de un círculo cada vez mayor y cada vez mejor de artistas, pintores, poetas, escritores, intelectuales de cuya amistad me precio y me honro, aunque el talento y el trabajo no se peguen demasiado. Y si están pensando mal, piensan bien. Además de orgullo, también me dan un poquito de envidia que no me va a impedir admirar su obra.<br />
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Tengo una paradoja sentimental entre la mala conciencia de ir retrasado con mis crónicas que nadie me ha pedido y la delectación en un ocioso y continuado dejar para mañana. Trataré de destilar ambos sentimientos para quedarme con lo mejor: encontrar el placer, pero no en el "dolce far niente" sino en su culminación (un "fare qualcosa, per piccola que sia"), que en este caso será ser fiel a mí mismo y cumplir con ese deber responsable de escribir. Empiezo con Guillermo.<br />
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TESIS: BELLEZA SERENA<br />
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Me perdí la inauguración de la exposición de Guillermo Summers "Unveil", en la galería Kreisler, Hermosilla 8 (a punto de terminar, dense prisa), y la vi en acompañada soledad ya hace un par de semanas. Leí alguna reseña y las he olvidado para no repetir a los profesionales.<br />
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Entrar en la exposición es ya pasar a otro plano. Esquivamos el tráfico y el ajetreo consumista de una de las calles más comerciales y caras de Madrid doblando una esquina y refugiándonos en Kreisler. Silencio, espacio y luz donde respirar y detener el tiempo.<br />
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Allí nos acogen unas obras claras, de neblinas luminosas, donde la clásica yuxtaposición de fondo y figura se trastoca, de manera que el fondo pasa a primer plano en forma de velo, dejando entrever formas perfectas y sencillas, negro sobre blanco, o casi negro tras blanco, pero ni siquiera negro, ni siquiera blanco.<br />
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No podría relacionar esta obra con ningún otro estilo o género; me evoca más espiritualidad, me lleva al zen. Todo es ordenado y armonioso, tranquilo, sin estridencias. Viendo la obra uno se imagina al artista encarando el trabajo como una ceremonia del té.<br />
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El trabajo es tan limpio y perfecto que me cuesta pensar que los resultados no hayan sido buscado premeditadamente y al milímetro, pero en cuestión de emociones no todo se puede prever. No sé si Guillermo pretendía hacer una obra reflexiva e introspectiva o si es algo que pongo yo junto con la circunstancia en que accedo a su obra, pero así me lo parece.<br />
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La exposición me infunde serenidad y, de alguna extraña manera, me devuelve la confianza perdida en el ser humano y en el arte. Si el hombre, representado por un hombre, el artista, en este caso, es capaz de esta perfección, de esta belleza, silenciosa y callada, que reclama ser vista, pero sin gritos ni exigencias. Parafraseando al personaje de Jack Nicholson en la comedia "Mejor Imposible", ver esta exposición hace que uno se sienta mejor persona (¡Ojo, corruptos! Con venir no se perdonan los pecados, hay que devolver el dinero).<br />
<br />
Mi amigo y compañero de trabajo Fernando del Moral, en una antigua conversación, bromeaba con la expresión "belleza serena" que he delicado a "Unveil" y que por entonces solía atribuirse en exclusiva mujeres de la realeza un tanto inexpresivas. Esa serenidad le sonaba a muerte; para mí es vida. Interior, profunda, elevada.<br />
<br />
Pero el político que hay dentro de mí igual puede hablar bien de una cosa y de su contraria; en este caso, además, con sinceridad. Porque la exposición de Roberto Villar no puede ser (en contenido y circunstancias de la visita) más distinta y a la vez también brillante.<br />
<br />
ANTÍTESIS: MÚLTIPLE AZAR<br />
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Si mi visita a la exposición de Guillermo fue recogida y meditativa, al día siguiente, convocado por Roberto, compañero guionista devenido artista plástico (lo que me hermana doblemente con él), me sumí en el ajetreo mundano de una inauguración. Coincidí con otros compañeros, apenas con el artista, y haciendo honor al título de la exposición ("El Lenguaje del Azar") compartimos los azares y vicisitudes laborales de los viejos y los nuevos tiempos.<br />
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Expone Roberto en Siluro Concept (Cervantes, 3, creo que aún le quedan unos días también a esta exposición), unos cuadros que expresan la cara oculta, desordenada, desconcertante de un guionista acostumbrado al juego de la lógica y los significados de las palabras, al humor y a los quiebros de los dobles y triples sentidos, siempre racionales, a las frases con dirección y meta, a los relatos con planteamiento, nudo y desenlace. Parecería que, de pronto, en la pintura, encontrara Roberto una especie de "escritura automática" y, por tanto, azarosa, pero que, por sí misma va encontrando su propio sentido. Como la vida misma.<br />
<br />
Mucho color, mucha materia en su pincelada, que más que extendida es percutida, a golpe de espátula angulosa, que, como ladrillos, van construyendo los espacios y, en algunas ocasiones, acaba dejando ver como salida de la nada, una figura real, un gato, una figura femenina, un rostro, y siempre la luz... Quizá no hay tanto azar, después de todo. Puede que la vida, múltiple y colorista, se vea a veces desbordada por su propia multiplicidad, pero en el "Lenguaje del azar" una inteligencia (la mano, no invisible, del artista) pone armonía en los colores y la composición. Quizá la clave esté precisamente en eso, en el "lenguaje". Donde hay lenguaje no hay caos.<br />
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SÍNTESIS: TEMPO JUSTO<br />
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Y termino, de momento, con Adolfo (y digo de momento, porque ahí tengo a Elena Goatelli y Ángel Esteban dando vueltas por el mundo y ganando premios con sus documentales , a Rafa Soler lanzado en una carrera consigo mismo a ver cuántos libros de poesía consigue publicar, a María Ruisánchez, que publica ya su segunda novela, o al propio Fernando del Moral del que antes hablaba, que para diciembre nos presentará "Una gran profesional").<br />
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Sólo listar estos nombres ya me revela lo múltiple y diverso de mi vida, por monacal que sea. Y de eso, de lo diverso, trata el libro (Diverso.es) de Adolfo Cueto, XL premio ciudad de Burgos, que presentó el experto y ameno crítico Niall Binns. Habla el libro de los tiempos modernos, y el presentador da testimonio de una vida posible sin móvil.<br />
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El evento, emotivo por el tiempo acumulado, pues nos conocemos desde hace más de veinte años, fue más íntimo que la presentación de Roberto, y menos solitario que la exposición de Guillermo. Y creo encontrar ese término medio en otros elementos: la voz templada del poeta, su ritmo adecuado, su tiempo tranquilo con ceremonia y sin parsimonia, buscando el sentido entre lo solemne y lo ligero, lo vital y lo cotidiano, la trepidante vida exterior y el lento transcurrir del tiempo de la creación. Citaba, por cierto, Niall Binns a un poeta (lo siento, he olvidado quién) que hablaba del ocio necesario para escribir, y me engaño sintiéndome artista sólo por no hacer nada.<br />
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Y en este mundo múltiple y único, pero sobre todo dual y de contrastes, interrumpo abruptamente mi crónica al recibir una llamada para ofrecerme un trabajo. Mi búsqueda pasiva de empleo ha dado resultado.<br />
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En resumen, que recomiendo:<br />
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- Exposición "Unveil", Guillermo Summers, galería Kreysler, Hermosilla 8.<br />
- Exposición "El Lenguaje del Azar", Roberto Villar, Siluro Concept, Cervantes, 3.<br />
- Diverso.es, Adolfo Cueto (XL Premio Ciudad de Burgos), editorial Visor.<br />
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<br />Álvaro López de Quintanahttp://www.blogger.com/profile/08068907898705295021noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-25121151.post-78224150337562296982014-10-24T12:32:00.004+02:002014-10-24T12:32:46.039+02:00MUJER ANUNCIO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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