domingo, abril 19, 2009

VUELVE LA SINCRONICIDAD

Conservo como amigos a dos jefes de mis primeros tiempos profesionales. Tengo un infrecuente, pero afectuoso contacto con ellos, que algunos años se limita a felicitarnos las navidades y el año nuevo. La tarde del jueves mi móvil apagado recibió una llamada de uno ellos, que no dejó mensaje. Le llamé al día siguiente: quería confirmar mi dirección para enviarme una invitación a la presentación de un libro suyo (teniendo en cuenta que esta semana he acudido a otra presentación de libro, ya me resulta llamativo). Más aún el que, por la tarde, mientras jugaba al fútbol, me llamara el otro, con recado de que me pusiera en contacto cuando pudiera. Le contesto la llamada, y es también para pedirme la dirección. Los dos en el mismo día y para lo mismo. En este caso, el motivo era otro: una invitación de boda.

martes, abril 14, 2009

LA SINIESTRALIDAD EN SEMANA SANTA

Leo que la siniestralidad en Semana Santa ha caído a mínimos históricos. ¿Será verdad? Yo encontré las procesiones igual de siniestras que siempre.



Se refiere la noticia a la caída de los accidentes de carretera, que ha habido menos, y con menos muertos. Contrasta esta satisfacción abstracta (nadie siente ser superviviente, nadie cree pertenecer al 18% menos de víctimas que el año pasado) con el dolor concreto de quienes han perdido a alguien esta vez. Se celebra, pues, la estadística, con satisfacción, pero sin alegría ni triunfalismos.



Y después de este bajón, para dejarlo en alto, comparto con ustedes este simpático gesto subversivo encontrado en Trujillo.



Por cierto, dato extraño: de mis acompañantes, las personas más descreídas eran las más interesadas en las procesiones, mientras que a los más religiosos nos producían un rechazo tendente a infinito.

Y digo yo: ¿no podríamos inventarnos un folclore más festivo, menos morboso y que no juegue con las cosas sagradas, para entretener a los turistas?