martes, septiembre 11, 2007

4-0

No sé de dónde vine ni por qué,
pero aquí me mandaron, y aquí vine,
a cumplir un papel como en el cine,
escrito en una lengua que no sé.

En el cine, por cierto, yo una vez
vi a un guerrero jugarse con la muerte
su futuro, destino, karma o suerte
a una sola partida de ajedrez.

Y aunque el símil bastante nos aporte
de reflexión, ideas y enseñanza,
yo a la vida le encuentro semejanza
con algo diferente: otro deporte.

La vida que a simple vista se ve
es ruidosa, agitada y con bullicio,
y despierta afición y también vicio
como sólo lo hace el balompié.

Sin saber ni jugar, sale uno al campo;
como un extraterrestre, pisa el césped,
sin poder evitar saberse huésped,
y corriendo torpón y patizambo.

Así he jugado mi primera parte,
muy encerrado en defensa, muy en mi área,
sin más acción que la que es necesaria,
pero, lo he de admitir, con cierto arte.

Y ahora que llegamos al descanso,
la vida me apabulla con su examen,
su burla, su chacota y su vejamen,
y yo aguanto abatido, mustio y manso.

¿Por qué está tan altiva, tan sobrada,
tan ufana, por qué ensoberbecida?
La respuesta es muy clara, es que la vida
va ganando por franca goleada.

Yo soy mi propio equipo y mi portero,
que ha encajado impotente el aguacero:
el marcador señala cuatro-cero
(Los goles de la vida van primero).

¿Me rindo?, ¿me amilano?, ¿me derrumbo?
¡Ni de broma! Desde que el mundo es mundo,
después del primer tiempo va el segundo,
y bien puede todo cambiar de rumbo.

Algo hay en mi interior de quijotesco,
pues, pese al tanteador, yo no me humillo,
sino que miro a un lado, hacia el banquillo,
buscando un delantero de refresco.

Y caigo, como caen años encima,
en que hace un momento yo ganaba,
y una espina paranoica se me clava:
que el marcador va mal y que me tima.

Ayer yo iba ganando por seis goles,
yo ganaba, recuerdo, tres a nueve,
pero es que el marcador, cuando se mueve,
es injusto, es un caos... ¡Tiene bemoles!

Si el marcador del tiempo es así, loco,
absurdo y saltarín como el del tenis,
yo lo he de remontar, como Ave Fénix;
muy pronto por delante me coloco.

En un año, en el campo yo me afinco,
reduzco mi derrota a cuatro a uno,
sigo marcando goles, los reúno,
y en cinco años el saldo es cuatro a cinco.

Y si os quedáis a ver, después veréis
al visitante coronado rey,
ganándole a la vida con su ley:
en otro año, ya vamos cuatro a seis.

Y así en lo sucesivo, obviamente,
Pero ahora estamos, claro, en el presente:
hoy justo hace vint anys que tengo veinte
y es hoy cuando la cuarentena me echa el diente.

Acepto esta verdad que se presenta.
Sé que no es personal, no es una afrenta;
se trata de una suma, de una cuenta:
Treinta y nueve más uno son cuarenta.

Descubierto ya el truco del poema,
(¿les costó descubrir de qué iba el tema?),
no es deshonra, pecado ni anatema
suprimir el guión falso del lema.

Juntas hacen 40 las dos cifras:
El título lo esconde, fementido,
pero es mi edad, lo admito, y la he cumplido,
no es que me haya tocado en una rifa.

Y al pasar el desierto de este trance,
la crisis queda atrás, no me da alcance;
al contrario, positivo, hago balance
y pienso que la vida me da chance.

Un cuarentón me manda ser Violante,
Y entiendo que es negocio, y se lo acato,
dejar por fin de ser joven novato,
para ser madurito interesante.

Aunque ya con cuarenta no se es joven
Y te dicen “usted” más que “oye tú”,
yo seguiré teniendo juventud,
al menos mientras nadie me la robe.

Mientras no eches barriga y lleves fajas,
los cuarenta están llenos de ventajas:
queda lo falso en agua de borrajas,
y luce la verdad sin zarandajas.

A mitad de la vida ves que estás
y por fin vas sabiendo adónde vas.
Cuarenta años me miran desde atrás
pero yo miro adelante a muchos más.

Ayer dejé dejar para mañana,
Y así, determinado, desde hoy,
voy a hacer lo que debo y ser quien soy
aparcando la duda y la desgana.

Y ahora que me detengo por un momento,
me fijo en que los versos, ¡vaya cosas!,
iban a ser unas rimas jocosas,
y se han quedado casi en testamento,

Tal número de estrofas pretendía,
como edad, dicha en años, es la mía,
pero eso es demasiado, y la porfía
no merece alargarme en mi poesía.

Es tan vano el empeño, que ahora cejo.
No me importa ese reto ni un comino,
yo ya he hecho mi trabajo, y lo termino.
Pienso que ya está bien, y aquí lo dejo.

20 comentarios:

txopsuey dijo...

Felicidades, bienvenido al club.

Álvaro dijo...

Gracias. Somos los mejores.

Anónimo dijo...

Felicidades por los 40, “los 40 Principales”. Te recuerdo que el que jugó al ajedrez con la muerte en la película de Bergman perdió. Yo que tú no jugaría mucho al fútbol con la vida, su entrenador es el de la guadaña.

Álvaro dijo...

No te preocupes, Liuva, tengo un equipazo. Gracias por la felicitación.

El Autor dijo...

FELICIDADES, TÍO!!!

Vamos a por el segundo tiempo y a mejorar el marcador!!

Lucíayelseso dijo...

Muuuuchas felicidades!! ;)

Álvaro dijo...

Muchas gracias, dani y luciayelseso

Álvaro dijo...

¡Felicidades!

Anónimo dijo...

Me quedo con lo de madurito interesante, para mí que te casarás a los 50 y tendrás dos hijos (como mi suegro), así que ya te queda menos. Me alegra verte tan bien, cambiar de década a uno le hace pensar y eso a veces es un tormento. De cualquier forma como eres un alma pura por mucho que pensaras solo podrías regodearte con tu esencia, nada enturbie nunca tu sueño pues. Vamos, que te quiero mucho.

Álvaro dijo...

Más agradecimentos, A. Matía y Sue.

Álvaro dijo...

¿Sigues de celebración? jejej

Invita a tus fans, ¿no?

Sakura dijo...

Felicidades atrasadas!!!!

Álvaro dijo...

Qué detalle, Sakura, pasarte por mi blog a felicitarme antes incluso de actualizar el tuyo. Gracias. Espero que hayas pasado unas buenas vacaciones.

Miquel Angel dijo...

genial post, me encanta la poesia! pero escribiendo soy un asesino nato, y maltrato todos los idiomas q toco...

Anónimo dijo...

Felicidades atrasadas también!!! Entro en tu blog a petición de Benjamín y los dos hemos disfrutado la poesía y ver que asumes la vejez con optimismo y versos. (Esto lo digo yo que soy joven, Benjamín me mira raro) Un abrazo enorme y, avísote ya, el sábado 6 de octubre celebraré mi cumpleaños, así que nos veremos si me honras con tu visita. Un abrazo tan grande como tú!

Álvaro dijo...

Gracias, Miguel Ángel, gracias, Pando. Tendré oportunidad de felicitarte personalmente. Un abrazo.

Sakura dijo...

De nada, Álvaro. La felicitación te la envié desde un ciber de Santiago, la ocasión lo merecía. Acabo de regresar. Cuando me recupere del síndrome de Stendhal que he traído, actualizaré. De momento necesito unos días para reajustarme a la vida madrileña...

Shams Tabrizi dijo...

TRRRRRON 40 palos! Y sin barriga. Dilo bien alto.

por cierto, te he linkado. Vuelvo a tener blog

Anónimo dijo...

Felicidades.

pableton dijo...

Felicidades muuuy atrasadas. No tanto por la edad que no es mérito tuyo, como por el poema. Eres un Quevedo con mejor humor y talante, más simpaticón.

Un abrazo, crack