martes, octubre 06, 2009

SEXO MINIMALISTA

1. A veces uno camina por la calle y se encuentra a una mujer de esas de belleza ligera y delicada que tanto apreciamos algunos, caminando en su misma dirección. Entonces juega a "probársela", a ver "si le queda bien". Es tan sólo andar junto a ella, a cierta distancia, respetando unos límites para no molestar, y mirando de reojo, por contemplar su paso elegante y natural, nunca altivo, con la secreta esperanza de comprobar que, milagrosamente, pese a no ser uno tan distinguido, caminamos acompasados al mismo ritmo y que, el paso no engaña, "somos de la misma talla". El juego termina cuando ella llega a su boca de metro o entra al restaurante asiático en que trabaja.

2. Mirando a las desconocidas, uno en ocasiones se topa de frente con sus miradas. Despectivas las de las guapas y ambiciosas que se sienten por encima de ti después de subirse a sus tacones; incitadoras las de algunas profesionales que parece que te van a contagiar a distancia toda su miseria y la de sus clientes; muchas sonrientes, sin más; algunas, despistadas, y también las hay neutras o indiferentes. Pero un día te encuentras con una mirada que en menos de un segundo transmite seducción, deseo y satisfacción, todo en un mismo instante y sin necesidad de contacto físico. Al momento, te has ido de allí, siguiendo tu camino, con un cierto sabor a "qué chica más maja" y sin ninguna ansiedad por saber su nombre ni volverla a ver.

9 comentarios:

Sakura dijo...

Uf, me ha encantado eso de ir "probándose" desconocidas...

Álvaro dijo...

Y fíjate lo distinto que sonaría decir ir "calzándoselas".

Sakura dijo...

Sonaría tan distinto que no sería digno de ti.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

El segundo texto me ha recordado a un amigo mío -que está como una cabra, por cierto- que volvió muy agobiado de un viaje a Italia porque, según él, "las italianas nunca te miran cuando vas por la calle". Me lo estuvo repitiendo durante más de un año :D

Álvaro dijo...

A lo mejor las italianas nunca te miran cuando vas por la calle porque conocen a los italianos.

Por cierto, la entrada suprimida no la he suprimido yo.

¿Qué pondría?

Sakura dijo...

Ahhh, misterios de la blogosfera!

Anónimo dijo...

Era la misma, que salió duplicada.

javier dijo...

muy bien. el siguiente paso es decirle algo.
preguntale la hora, ya que nunca llevas reloj, una calle o lo que sea.