viernes, mayo 12, 2006

PÉRDIDAS

Hay un best-seller folletinesco ambientado en la Edad Media que es el libro favorito de un amigo mío. Una vez me lo regalaron y no desprecié su lectura. Reconozco que la historia te atrapa y quieres saber qué pasa con los personajes: la dama corajuda, el hombre de Iglesia, el artista, el malo malísimo... Toda la historia está jalonada de construcción y destrucción, consecucines y pérdidas, ascensos y caídas... en fin, las típicas cosas que en una novela dan la vida, pero que uno en la propia preferiría mantener alejadas. Nadie quiere tener una vida de novela y pasar del éxito al desahucio de la noche a la mañana.

Me chocó mucho esta cuestión: la inseguridad, sobre todo económica, pero también social y familiar. Un hombre se queda sin trabajo y cuando se traslada con su familia a otro pueblo a buscar un empleo, le asaltan y le roban los pocos ahorros que tenía. Y su mujer se muere. Pero se busca la vida y con el tiempo vuelve a casarse, hace dinero y se hace una casa. Es como si para "volver a empezar" hubiera que desposeerse de todo lo anterior. Si así fuera, ¿cuántos se atreverían? Un noble es asaltado, lo asesinan y toman su castillo. Su hija, hasta entonces una dama, lo pierde todo: techo, familia, posición social, dinero. Pero se busca la vida, se convierte en mujer de negocios, gana dinero, y vuelve a ser, ahora por mérito propio, una importante personalidad de su pueblo. Ambos personajes volverán a perderlo y ganarlo todo al menos una o dos veces más, en medio de un continuo de incendios, destrucciones, desastres y tragedias que interrumpen sus vidas cada vez que parece que hay calma y estabilidad.

A nosotros nos da vértigo no tener trabajo fijo y no saber a ciencia cierta si dentro de tres años, dos o seis meses tendremos un sueldo que llevarnos a la cuenta corriente y a la hipoteca. Y sin embargo, la mayor parte del mundo vive instalada en esa inseguridad e inestabilidad que son inherentes a la vida. La vida es cambio, y nosotros nos empeñamos en forzarla para que sea siempre igual, estable e inmutable. Es comprensible y lícito hacerlo hasta donde uno pueda. Pero si nuestro refugio está en el trabajo, en el sueldo, en el dinero, en la salud, en el respeto social o en tener una familia o una pareja, al final nos estamos engañando: estamos a la intemperie porque sólo nos tenemos a nosotros mismos.

Yo siento fobia a cualquier tipo de pérdida de dinero. Quisiera darle a todo lo que entra el uso y rendimiento óptimos, pagar el precio mínimo por las cosas y sacarles la máxima utilidad. Una especie de "ley del mínimo esfuerzo" económica. En términos médicos, por cierto, se llama economía al conjunto armónico de los órganos y funciones fisiólogicas de un cuerpo. O sea, que "economía" es, simplemente, el buen funcionamiento natural de las cosas. Pero qué difícil es que nunca te timen, que nunca pierdas una moneda, que todo el dinero que prestes te sea devuelto, incluso que te guste todo lo que te compras o que si inviertes en algo, tenga la máxima revalorización. Y luego, por muy ahorrativo que quiera ser uno, ya sabéis lo que dicen: "lo barato sale caro". Claro, que a veces lo barato sale verdaderamente barato, y lo que nunca puede salir barato es lo caro. ¿Por qué uno no tengo ningún problema en aceptar las entradas insólitas o inmerecidas de dinero que a veces se dan - injusticias a favor - y se rebela tanto contra las pérdidas sobrevenidas - injusticias en contra -? No podemos controlarlo todo.

En fin, que vienen todas estas disquisiciones a colación de que una amiga me dijo ayer que ha perdido cierta cantidad de dinero en la estafa del Forum Filatélico. No era el dinero con el que vivía, sino el que le daba seguridad, para cubrir imprevistos, para hacer algún gasto extra, para darle algún impulso necesario a su vida... No ha perdido el pan de hoy, ni siquiera el de mañana... pero sí la seguridad en él. Me ha dado vértigo ponerme en su lugar. Uno cree o quiere creer que estas cosas no pasan, que uno está a salvo, que ahorra dinero y eso le da seguridad y estabilidad, pero luego llega la estafa, la corrupción, un crack de la bolsa, una devaluación de moneda, un corralito, y lo pierde uno todo, o casi. Y eso por no hablar de una enfermedad, un accidente o una guerra, que da más mal rollo todavía.

Siempre recuerdo una frase latina que me enseñaron que dijo no sé quién (si alguien conoce todo el contexto, por favor, que me lo diga) cuando perdió a su casa y su familia en un incendio. "Omnia mea mecum porto" (todas mis cosas las llevo conmigo; o, de otra forma, "lo que soy no es lo que tengo"). Si fuéramos verdaderamente conscientes de esto, nos dedicaríamos más a atesorarnos a nosotros mismos y a darnos el máximo interés, sabiendo que, a pesar de estar invertidos en acciones, podríamos "rescatarnos" siempre que nos necesitáramos.

Termino con un chiste que le escuché a Pepe Carrol: "El dinero no da la felicidad; el que tiene 300 millones - hablaba de pesetas - es igual de feliz que el que tiene 500".

7 comentarios:

El Autor dijo...

Wenas.

Vamos por partes.
Primero: Si el amigo al que te refieres soy yo estás en un error, parece mentira que aún no sepas cual es mi libro favorito. Aunque los Pilares De La Tierra estaría en un honroso, aunque repartido, segundo puesto. Por otro lado creo que deberías dar el título del libro, por si a alguien le hace gracia EL ESTROPICIO que has hecho desvelando demasiadas cosas de la trama. Vergüenza te tenía que dar.

Luego, en cuanto a si podríamos vivir con la tensión de la época del libro... ¡Claro que podríamos! "El hombre se adapta" esa es una de las pocas cosas realmente buenas de nosotros mismos que podemos decir.

A una compañera de curro también le ha tocado lo del Forum. 3000 eurazos, una putada.

En cuanto a la fobia por gastar... yo no le temo a eso, no suelo arrepentirme de lo que compro. Lo que sí me jode es que soy incapaz de controlar todos los diminutos gastoa de cosas que van minando tu cuenta (Teléfono, gas,luz, internet, seguro del coche...)Miras tu saldo, crees que tienes, y no tienes.

Ah, y la frase "Omnia mea mecum porto" creo que pertenece a nuestra insigne y desaparecida Lola Flores cuando aquel palo tan injusto de los impuestos.

Nada más. Un abrazorl

¡Y leed todos Los Pilares De La Tierra!

:-P

Anónimo dijo...

Hola, Álvaro... como te entiendo. Los Pilares es un libro ciertamente despreciable, es a la literatura lo que los solos de guitarra de Brian May son a la música... En fin, las cosas que a mí me dan confianza en la vida, creo que son los recursos físicos e intelectuales que uno tiene para enfrentarse con ella. El dinero va menguando, se consume, se va en un imprevisto. Poner toda tu seguridad en ello es sacarla de ti mismo y concedérsela a un objeto, o más bien, a una cifra que siempre cambia. A mí nunca me ha faltado nada, pero siempre he vivido imaginando la posibilidad de un gran cataclismo que me arrebatara todo mi patrimonio (es decir, mi red de seguridad) y en esas fantasías apocalípticas, lo que me daba seguridad es pensar que con mis manos, con mi voluntad o con mis conocimientos siempre podría salir adelante de la nada. Habría que ver si llegado el caso me hundiría o no, nunca me he medido con la escasez ni la necesidad, pero siempre me ha dado más seguridad la noción que me he creado de mis propios recursos personales que de lo que dispongo por mi trabajo o mis ahorros. Hay una peli maravillosa, "El Ocaso del Samurai", que te recomiendo, que habla muchísimo de este tema.

Jacobo

Álvaro dijo...

El título del libro no tenía mayor importancia en este post, pero en fin. Ni lo defiendo ni lo ataco, tampoco es eso, Jacobo. No me parece despreciable; es un poco como ese culebrón bien hecho al que uno, casi involuntariamente, se engancha, pero le cuesta confesarlo. Se puede alcanzar mucha más altura en menos páginas, pero en todo caso haber sido capaz de escribir un obrón así tiene su mérito.

Me alegra veros con tanta confianza en la adaptación del hombre a las circunstancias y en las propias capacidades. Es bueno eso. Aunque yo iría un paso más allá: la confianza más allá de uno. Es decir, vosotros sois inteligentes, tenéis talento y confiáis en él... pero ¿y si no fuera así? Hay gente que no lo tiene, es difícil no tener ningún talento o no saber hacer nada, pero puede darse que uno, por x razones, ya no pueda seguir haciendo lo que hacía (se da más en oficios manuales)... Aun así, ese hombre seguirá siendo quien es. Ni siquiera la inteligencia o la habilidad nos pertenece; es prestada, más cercana que el dinero o las otras personas, pero prestada también.
No soy mi dinero ni mi casa ni mi coche; no soy mi familia ni mis amigos ni mis compañeros ni mi pareja; no soy mi trabajo ni mis aficiones, ni mis lecturas ni mis conocimientos; en último caso, no soy ni mi nombre (esto parece muy elevado, pero los planes de protección de testigos americanos que vemos en las películas ponen a las personas en esa tesitura).

No obstante, que no nos pase ná.

Por cierto, Jacobo, ¿eras tú el anónimo que se aburrió con mi oda a la hipoteca? Pensaba que había sido Dani. ¡Sois tantos los que me visitáis!

Anónimo dijo...

Pues menudo folletín el libro, del que no sabía todos esos datos. Y pobre tu amiga.

Por cierto, gracias por el link.

Un saludo.

mosca cojonera dijo...

Daniel, para los gastos... has probado el sistema de hacerte unas cuentas mensuales?
Mi señora y yo, aparte de perversiones, tenemos la costumbre mensual de sentarnos y hacernos nuestras cuentas del mes. Y con lo de haber y deber, ve uno si le llega o no...
(perdón álvaro por vampirizar los comentarios para dar estos sencillos consejos de economía doméstica).

Me presento, Álvaro,.. Navaja me ha recomendado pasarme, para cerrar un nuevo circulo de coincidencias... ya hablaremos :)
(otro invitado más al tamagochi)

Álvaro dijo...

Bienvenido, mosca (parafraseando al personaje de Unamuno en "Niebla", ¿será mosco? Si no, ¿dónde está la concordancia?*). Ya te había visto donde la navaja y no sé si incluso me he pasado por tu blog. Ahora lo hago.


* La cosa es que hay un personaje que se llama Eugenia Domingo, y otro, al conocer su nombre, le dice: será Dominga; si no, ¿dónde está la concordancia? Pues eso. Que con "el mosca" pasa lo mismo.

El Autor dijo...

Gracias por el consejo Mosca, desde luego se impone el hacer algo para controlar esos gastos. Trataré de organizarme más.

Por otro lado, Álvaro, no puedo dejar sin respuesta algunas de las afirmaciones que tanto Jacobo como tu mismo habéis hecho a colación de una obra como "Los Pilares De La Tierra", y con este objetivo os conmino a que mediteis sobre que...

¡No tenéis ni puta idea!!!

Ea