viernes, mayo 26, 2006

HOY, PROGRAMA DOBLE

Improviso hoy un nuevo formato: un solo post y dos temas. Pensé que iban a ser tres, pero se me ha olvidado el tercero. Dada la desigualdad de longitudes, y siguiendo con el símil cinematográfico, consideremos la primera nota el "corto" previo y a la segunda la "peli" propiamente dicha.

LOS AMIGOS DE MIS AMIGOS SON AMIGOS DE OTROS AMIGOS MÍOS.

Da vértigo pensarlo, pero nuestros amigos tienen vida propia, conocen a gente por su cuenta sin que nosotros lo controlemos ni tan siquiera a veces lo sepamos. Me informa ahora una amiga de que un antiguo compañero de piso y amigo suyo conoce a otra amiga mía. Ambos me conocen, pero no se han conocido por medio de mí. Qué pequeño es el mundo y qué prescindibles somos.

EL CÓDIGO DA VINCI

Desde que me puse a trabajar muchas horas y empecé a no disponer de tanto tiempo para leer, fui prefiriendo el relato corto al novelón y, desarrollé una especie de "tochofobia" (manía a los libros voluminosos), que aliada con una "popfobia" (reticencia ante lo excesivamente popular), han dado como resultado una "best-seller-fobia".

Todo es justificable. La tochofobia, porque en mi adolescencia, me tragué "La Montaña Mágica" , como si fuera un plato nuevo y extraño (si no te lo terminas en la comida, te lo pongo a la merienda, y, si no, a la cena, y, si no, para mañana... y así varios meses), y creo que no le saqué la sustancia. Al menos, vi que la tenía. En cuanto a la "popfobia", llámenme elitista o esnobista, pero pienso que algo que le gusta a la mayoría de la gente no puede ser malo, de acuerdo, pero tampoco demasiado bueno. Al contrario que un antiguo eslogan de no sé qué producto que rezaba "millones de personas no pueden estar equivocadas", pienso que lo más probable es, precisamente, que lo estén.

Por todo ello, no sentí ninguna curiosidad por leer el código Da Vinci hace un par de años cuando empezaba a ponerse de moda, ni me parece prioritario ver la película. Debo de ser, por tanto, la persona que menos sabe de esta historia en el mundo civilizado. Y sin embargo, viendo la tele (ahora ya no parezco tan esnobista, ¿verdad?), no hago más que encontrarme debates en torno al libro y la película de marras. Por lo que deduzco, el mayor interés de todo el asunto se centra en si Jesús tuvo descendencia con María Magdalena. ¿Estamos locos o qué? ¿Qué más da? Si Jesús fue una persona realizada, el haber mantenido relaciones sexuales ni le quita ni le pone nada. Y en cuanto a los hipotéticos descendientes, ¿qué pasa? ¿Que los hijos del "Hijo de Dios", son "nietos de Dios", y de alguna manera "semidioses"? ¿O la cosa es que alguien nos oculta información? Si la información la queremos para ponernos a hacer "Salsa Rosa" de la Historia, diré que hasta me parece bien. No obstante, no he leído el libro ni he visto la película, así que, seguramente, estaré equivocado.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

A quienes no somos muy religiosos y entiendo que tú no lo debes de ser, pues nos parece que da igual. Pero a los muy tradicionales, sólo que se les diga que Jesús no era célibe ya les escandaliza. Y no sólo eso, sino que en el libro se sostiene que la verdadera divinidad era femenina, que la mujer no era una mierda que estaba ahí para parir o provocar, como las versiones más populares de la biblia, sino que tenía una importancia enorme. Eso también puede levantar escamas a muchos. Ahora mismo las mujeres no pueden, ni siquiera, ser sacerdotas.

Anónimo dijo...

De todas formas tienes razón tú en el sentido de que, en el libro, se tienen todas esas ideas como un secreto importantísimo que hay que guardar porque, si no, se tambalearían los pilares de la sociedad occidental. Y la prueba de que eso le da igual a todo el mundo está en que muchísima gente ha leído el libro o ha visto la peli o ha escuchado las teorías en reportajes, como tú, y ningún pilar se ha tambaleado.

Con respecto a los amigos de los amigos, es lo que somos tú y yo, también es una buena forma de hacer nuevos amigos.

Álvaro dijo...

Es verdad. Casi hablo más contigo vía blog que con Susana. Pero no nos hemos conocido a sus espaldas.

En cuanto a lo otro, sí me considero religioso, lo que pasa es que para mí hay cosas importantes en que creer y otras que no. La divinidad, por ejemplo, no puede ser ni masculina ni femenina, o más bien las dos cosas (ahora pongo esto en un libro, y el colectivo bisexual se lanza a la calle a proclamar que son "divinos").

Anónimo dijo...

Yo sí he leído el Código da Vinci. Lo leí hace unos dos años y me entretuvo bastante. No es una joya de la literatura pero tampoco lo pretende. Puede que sus muchos fallos de construcción literaria sean también debido a que está mal traducido. Pero a la gente lo que le interesa de este libro no es cómo dice las cosas, sino qué cosas dice. Va planteando una serie de enigmas y los va resolviendo como buenamente puede. No es historia, es ficción histórica. Revuelve un poco las creencias y los dogmas religiosos y eso a la gente en general le atrae. Y la Iglesia se ha cabreado un montón con ello, lo que quiere decir que algo ha tocado que no debía haber tocado.

A mí, que la Iglesia y el Opus se cabreen me llena de satisfacción y si no lo hubiera leído antes lo habría leído después, sólo por curiosidad. Te aconsejo que superes tu “tochofobia” (es gordo pero se lee bien) y tu “popfobia” (que sea popular no es una contraindicación) y lo leas. No será el libro de tu vida, lo olvidarás pronto, pero pasarás un rato entretenido.

Una de las conclusiones que se pueden sacar después de su lectura es que la Iglesia nos ha estado engañando y ocultando información, cosa que, por otro lado, ya sabíamos.

El Autor dijo...

A mi me pareció un libro muy bueno.
Claro que mi opinión no cuenta porque, además de que en la literatura suelo ser bastante "popista", yo creo que el Codigo está muy bien escrito. Y parezco ser la única persona con esa idea.

¿Cómo puede estar mal escrito un libro que vende tantísimo? ¿No deberíamos replantearnos lo que está bien y lo que está mal? Bueno, eso es otro debate.

El caso es que el Codigo mezcla pequeñas verdades con enormes mentiras, como cualquier buena obra de ficción. El problema está en quienes se enfadan porque ven (O quieren ver) una tesis seria, un intento de conspiración hacia la iglesia. A quienes a mi me gustaría decirles que la Iglesia y la fe cristiana hace aguas por todos lados, pero no por las fantasías fingidamente verosímiles de Dan Brown.

Aunque a mi me gustó mucho más "Ángeles y Demonios" Que, por otro lado, es mucho más irreverente.

Galahan dijo...

Un libro muy bueno?
Juer...

A ver, entiendo que te entretuviera, pero... ¿¿muy bueno??

A mi es que en varias de sus pseudo-tesis-históricas me entra la risa y ya no puedo seguir. Qué se le va a hacer...

Porque vale, se puede hacer ficción histórica. Es decir: coger un hecho y a partir de él elaborar nuevas tramas, añadidos, veriones... que de todas formas están traídas por los pelos, pero vale.

Pero inventarse directamente la Historia, mostrar que este señor yanki se entera de la misa (nunca mejor dicho) la mitad, hacer una interpretación histórica limitadísima y cometer errores históricos de bulto para elaborar un punto de partida... pues para mi es de torpe. Pero bueno, es mi opinión.

Ya no me meto con la narrativa, que no me gusta nada, pero es que últimamente estoy muy intolerante con la prosa novelística en general.

Y sí, la Iglesia da pena y hace aguas, pero esta novela hace tsunamis...

Y es que aunque me caiga mal el Opus... madrededios...

Para Griales y leches me quedo con Perceval o con al Hermandad de la Espada Cruciforme :P

El Autor dijo...

No es que Dan Brown no se entere de la misa la mitad. Yo estoy seguro de que él mismo es consciente de los datos que encubre. Lo que pasa es que él se crea una ficción disfrazada de realidad, lo que es muy legítimo. Yo por mi parte prefiero la ficción evidente y disparatada de El Codigo que esos films tan aplaudidos en los que la ficción es menos demostrable y mucho más panfletista, como en la aplaudida Diarios de Motocicleta.

El Autor dijo...

uy, muchos "aplaudidos" en la frase final. Por eso me gusta Dan Brown, porque yo también escribo como el culo.
:-P

Álvaro dijo...

Hombre, Dani, que me digas ahora que el libro está bien escrito como si fuera un mérito... Sólo faltaba. Evidentemente, si fuera ilegible, habría vendido menos.
En todo caso, y mal que me pese, la grandeza literaria no se mide por la buena redacción. Uno de los grandes maestros de la literatura como es Cervantes cometía enormes anacolutos (errores de sintaxis), o, sin ir más lejos, el propio Ramón Gómez de la Serna era laísta. Estoy coleccionando sus obras completas, y he leído francamente poco (el tío lo escribía todo, así que es tan ibanarcable que no dan dan ganas ni de empezar). Cuando termine con él (seguramente nunca), quizá me plantee leer a Dan Brown.

El Autor dijo...

¿Ibanarcable?

Acabáramos!

Yo estoy metido en una pelea continua con algunos guionistas sobre lo que está bien y lo que está mal escrito. Es imposible (a mi juicio) comparar el mérito artísitico de dos obras que nacen con distinto propósito. Es decir, mucha gente dice que El Código Da Vinci no es tan bueno como... yo que sé, En Busca Del Tiempo Perdido (Que no he leído) Pero yo creo que esa comparación no tiene sentido porque son dos ligas diferentes, lo que pretendía Proust al escribir ese libro sería muy diferente de lo que se proponía Dan Brown. Por eso yo creo que el rasero más objetivo sobre el que "juzgar" un libro o un cuadro o cualquier obra artística -si tal cosa es posible- es saber si esta ha cumplido el objetivo del artista.

Dan Brown quería entretener y vender muchos libros = Objetivo cumplido = Libro bien escrito.

Yo lo veo así.

Las series de Ana Obregón me parecen un horror pero cumplen su objetivo luego... ha demostrado tener razón. Porque nuestro trabajo es como una barca en un mar siempre cambiante. El que consigue que su barca se mantenga a flote es que está haciendo bien su trabajo. ¿Es su triunfo producto de la casualidad o del talento? Eso nunca se podrá decir. Sólo podemos decir si ha cumplido su objetivo.

Lo digo porque me repateó hace tiempo leer un titular de un periódico con una frase de Ana María Matute en la que decía: "Me gusta Harry Potter, aunque esté mal escrito"

Señora Matute: Yo me he leído todos los Harry Potter. El Polizón del Ulises y Olvidado Rey Gud, sin embargo, son dos libros que he empezado y no me los he acabado y que, por supuesto, han vendido infinitamente menos que Harry Potter.

¿De qué sirve el talento si no es el puente a los objetivos que nos marcamos? A nivel personal de mucho; a nivel editorial o internacional sólo para mirarnos el ombligo y dejar caer perlas que suenan a "Si yo quisiera escribir mal también vendería millones de libros" Francamente, yo-creo-que-no.

Álvaro dijo...

Vale, "inabarcable", no "ibanarcable".

Acabas de dar con la clave, Dani. ¿Qué pretendía Dan Brown? ¿Vender muchos libros? Entonces no es un artista. Un artista pretende hacer una obra de arte. Le encantaría venderla bien y ganar dinero, pero no es - no debe ser - su propósito. En realidad, un artista puede ser un profesional, pero no tiene por qué serlo. Y no es igual un escritor que un escribidor. Si cuando escribes algo lo haces pensando en cómo hacerlo para que le guste a alguien y no en cómo hacerlo para que quede mejor, no estás haciendo arte. Ojo, a veces no hay que pretenderlo; eso te ayudaría a no cabrearte cuando un jefe en la tele quiere tocar tu obra. En realidad, es suya, es un encargo que te ha hecho y puede hacer con ella lo que quiera. En el caso de Dan Brown, no es un demérito que no haga arte; probablemente, ni lo pretende, y está bien, es lícito. Considero el saber ganar dinero como uno de los grandes talentos que puede tener un hombre. Pero, como bien, dices, a la hora de valorar una obra, no se pueden comparar las obras literarias con los "productos editoriales".

Eso no quita para que haya artistas malísimos que hacen obras infames y profesionales brillantes que hagan panfletos de altísimo nivel.

En todo caso, el debate que pretendía era sobre lo absurdo que me resulta la preocupación por la figura de Jesús como personaje social y no por su mensaje. Y no lo digo porque haya escandalizado a la Iglesia. Mel Gibson contaba con todas sus bendiciones en su "Pasión", y su película me pareció boba. De Jesús lo importante no es ni la pasión ni la muerte en la cruz ni su relación con María Magdalena. Sólo su mensaje. El resto es marear.

El Autor dijo...

Yo intento hacer una serie que capte el mayor número de seguidores. Que venda. Y sí lo veo como arte.

No sé porqué, si hay una compensación económica, no se considera arte. Cuando lo que se expone en los museos son en realidad inversiones coloristas. Y a eso todo el mundo lo llama arte.

Anónimo dijo...

Como tú, ni leer el libro ni la peli. apenas puedo participar en estas discusiones. Compartimos esa fobia, sin esnobismos, pero así es.

Álvaro dijo...

Yo no he dicho que si hay compensación económica no sea arte, Dani. Picasso y Dalí ganaron mucho dinero y nadie les discute que fueran artistas (aunque probablemente al final de sus carreras hicieran más mercantilismo que arte). Lo que yo digo es que el ganar dinero tiene que ser "independiente" del trabajo. El arte, según lo entiendo, depende de la intención del creador. Si la intención del creador es hacer dinero, pues es hacer dinero y no hacer arte. Puedes hacer una serie con intención artística, por supuesto, si lo que te importa es la obra (creo que siempre lo haces así, y por eso te lo tomas tan a pecho). Incluso puedes tener el propósito de crear emociones en el espectador: hacerle reír, hacerle llorar, hacerle sentir miedo... Y puede que eso, además, sea un éxito. Pero si tú haces un estudio de mercado o piensas en qué es lo que va a gustar a la gente y va a tener más audiencia o va a reportarte más dinero, entonces estás haciendo un producto, no una obra de arte. A lo mejor podemos ver una obra artística en la tele y un producto comercial en una exposición, todo puede ser. A lo mejor el artista gana más dinero que el comercial, porque el éxito no depende siempre de una fórmula, pero en el origen ha habido intenciones diferentes.
Por ejemplo, Harry Potter, sea mejor o peor (tampoco lo he leído), por lo que sé es una creación genuina. Su autora no tenía ni idea de en qué se iba a convertir. Que quisiera ganar dinero y que soñara con ser millonaria es otra cosa, pero ella inventó a Harry Potter como a ella le gustaba, sin saber cómo debería ser para gustarle al gran público. De hecho, por lo que sé, alguna editorial rechazó su libro.
En cuanto a Dan Brown, ¿tú crees que su creación es tan ingenua? ¿Crees que el éxito de ventas ha llegado por casualidad?

El Autor dijo...

¿No es un artista un creativo de marketing brillante? Para mi sí que lo es y su único objetivo es comercial. Puro y duro.

El arte no depende del objetivo que te marques, si no de tu talento para crear un puente más efectivo entre tus pensamientos y tu objetivo. El arte siempre está en ese puente y no en la orilla a la que lleva. Da igual que sea a la orilla de la autocomplacencia o a la de la venta masiva de un producto.