Hoy, día del trabajo, y
con objeto de hacer constar lo activa que es mi búsqueda de empleo, rescato las
demandas que a lo largo de los últimos meses he ido publicando en facebook con
bastante éxito de crítica y público y bastante poco de empresas o particulares
contratantes. Así, el 15 de enero, renovaba la publicación de mi primera
demanda de septiembre, ofreciéndome para el trabajo en el que más experiencia
tengo:
Veterano guionista con conocimientos de latín, porte aristocrático y buena conversación se ofrece como trompetista sin trompeta para animación de oficinas y fiestas de borrachos, figuraciones con frase en series de época o guardar silencio en una esquina. Abstenerse baterías: no hago duetos."
Caballero longuilíneo de
interesante figura entrenado en el estatismo y el silencio con un repertorio
corto de posturas estables y poco exigentes aparcaría su natural sentido del
ridículo para posar como modelo de dibujo y pintura en talleres de alumnado
desconocido con al menos tres grados de separación. También pongo comas."
"Caballero guionista
de mediana edad, educado, universitario, amante de las buenas letras y el
humor, busca productora o cadena de televisión afín, de contrato agradable,
para posible relación laboral seria o lo que surja".
Habida cuenta de que
quizás mis más de veinte años de experiencia en el medio pueden no significar
mucho e incluso asustar a un posible contratante, el 17 de enero me puse lúdico
y apelé a mis principales valores diferenciales y a algunas facultades
descubiertas recientemente. El mensaje es: no contrata usted un guionista, me
contrata a mí.
"Actualizo mi
demanda de empleo con nuevos datos:
Veterano guionista con conocimientos de latín, porte aristocrático y buena conversación se ofrece como trompetista sin trompeta para animación de oficinas y fiestas de borrachos, figuraciones con frase en series de época o guardar silencio en una esquina. Abstenerse baterías: no hago duetos."
Soy consciente de haber
desterrado la modestia de mi pauta de comportamiento en esta demanda, pero
aunque soy novato en esto de la auto-venta, tengo entendido que es positivo un
cierto alarde de facultades. No obstante, los datos aportados en esta y en
todas las demandas son rigurosamente ciertos. Mi latín no es como para mantener
una conversación con el Papa Francisco, pero conozco unas cuantas locuciones,
frases de sabiduría e incluso poemitas. Lo de la trompeta parecerá pintoresco,
pero es así. De hecho, en el auditorio adecuado con la acústica apropiada y una
oportuna resonancia doy bastante el pego. Ese lugar son los pasillos del metro.
En cuanto a la figuración, la ejercí en mis últimos trabajos de guionista, y
aunque no es para estar orgulloso, el hecho es que suscité gran simpatía entre
los aficionados al programa, a pesar de negarme siempre a hacerme una foto con
nadie.
En todo caso, creo que
ya estaba dejando claras mi flexibilidad laboral y mi posición abierta ante un
posible cambio de actividad, pero el 23 de enero di un paso más, ofreciéndome
incluso a un giro radical y a abandonar los teclados qwerty por el volante.
"Reputado
guionista de dilatada experiencia con carné de conducir y vehículo propio se
ofrece para el transporte a baja velocidad de personas sin prisa, con servicio
de empatía, asentimiento y concesión de la razón para indignaciones de toda
índole."
Y para avalar este
ofrecimiento, ofrezco documentación: Permiso de Conducción del Reino de España
tipo B expedido el 21-01-1988. Y que es cierto que me gusta respetar los
límites de velocidad y que tengo cierta tolerancia para conversar con miss
Daisy, que es el target al que me puedo dirigir con estas velocidades.
Aprovecho, por cierto,
la ocasión, para renovar mi agradecimiento a Gonzalo, el benefactor que me
cedió graciosamente su coche al que tanto provecho estoy sacando para el
traslado propio y de otras personas. Como no sé si prefiere mantenerse en el
anonimato o si, al contrario, no nombrarlo es negarle el reconocimiento, he
optado por la solución de decir su nombre sin apellido.
Visto, en todo caso, que
me estaba alejando de mis territorios conocidos, reparé en mi campo de
conocimiento, aunque no de experiencia profesional: la lengua. ¡Qué narices!,
me dije, ¡si una de mis posibles escapatorias profesionales siempre ha sido la
de dar clases de español a extranjeros! Ofrezcámonos al mercado. Y el 1 de
febrero, publiqué:
"Lingüista
universitario, maduro y educado, con alto dominio del español, certera
intuición gramatical y formación específica en la enseñanza del idioma a
extranjeros ofrécese como tutor de exóticos fichajes deportivos, preferiblemente
millonarios. También modelos del este."
Y por titulación no
será, que tengo un Certificado Universitario del Curso de Formación de
Profesores de Español como lengua extranjera, expedido por International House
Madrid y la Universidad de Barcelona Virtual, en agosto de 2003. Bien es cierto
que nunca he ejercido la profesión, pero a cambio puedo sacar la carta de mi
licenciatura en Filología Hispánica, en la rama de Lingüística, por la
Universidad Complutense de Madrid, en 1990.
Si alguno quiere reprocharme un cierto
elitismo a la hora de escoger a mi clientela, se lo puedo aceptar, pero es una
cuestión pragmática: necesitaría dar muchas menos horas de clase para sacarme
un sueldo. Y si el día de mañana puedo vivir sin dinero, no tendría
inconveniente en prestarme voluntario para ilustrar a inmigrantes sin recursos.
El 8 de febrero, volvía a llamar a la
tele, reinterpretando mi posible función en este medio. Al igual que dije
anteriormente, mis posibles contratantes tienen que saber que no contratan
simplemente un guionista: me contratan a mí.
"Distinguido
guionista veterano prestaría su carismática presencia y apellido compuesto para
aportar dignidad y lustre a producciones audiovisuales de cualquier calibre.
También desde casa."
Era una manera de llamar
la atención a posibles programas de medio pelo que tuvieran ciertas reservas
para convocar a sus filas a una persona como yo. No pasa nada si es así,
probablemente su programa no sea la ilusión de mi vida, pero es también muy
probable que en los casi veinticinco años que llevo trabajando (menos los
periodos de paro, claro) haya hecho cosas peores o me hayan pagado menos.
Para mi siguiente
demanda, cambié el foco. Mi reciente afición por el dibujo, y el descubrimiento
de las sesiones de modelo al natural pusieron ante mis ojos otra forma de
trabajo que, aunque es muy expuesta, aparentemente no requiere una formación
específica. ¿Y no podría hacer yo eso? El caso es que me veo bien. Por eso, el
22 de febrero, me lié la manta a la cabeza y me tiré a la piscina.
Tendré que publicar una nueva demanda de empleo para que no se diga que no lo busco activamente:
Poco puedo decir que no
dijera en mi mensaje. Quizá que en un alarde de arrojo podría animarme a posar
ante un alumnado desconocido con tan sólo dos grados de separación. El caso es
que aunque me atrae el reto, tengo cierta reticencia a descubrir en mí a un
Míster Hide exhibicionista que pudiera traerme problemas en la mitad restante
de mi vida.
Sin embargo, la idea me
recuerda a las palabras del filósofo: "Omnia mea mecum porto". Todas
mis cosas las llevo conmigo. (Para más información, les remito a una página que
acabo de encontrar y que lo explica bien http://www.citas-latinas.com.ar/2010/01/omnia-mea-mecum-porto.htm).
El no necesitar para trabajar nada más que lo puesto (en realidad ni eso), me
daría una gran libertad de acción, pues podría desempeñar mi labor en cualquier
lugar del mundo.
Por otro lado, habiendo
conocido ya a un profesional de larga carrera y a recién llegados procedentes
del mundo de la danza, y siendo consciente de mis grandes limitaciones de
elasticidad muscular, también admito que a lo más que podría aspirar es a
modelo de segunda fila. Pero ¿acaso hay mayor prueba de humildad en un trabajo
que presentarse uno tal cual es... y ni siquiera ser demasiado bueno en eso?
Animado por esta nueva
apertura de pensamiento y quizá motivado por el espíritu de Carnaval, volví a
apelar a mis conocimientos, en este caso carnales, el 28 de febrero (en que,
según mis cálculos, ya estaríamos en Cuaresma, qué díscolo).
"Caballero
guionista con titulación demostrable en técnicas de quiromasaje en academia
nacional de nombre exótico y con más de veinte años de experiencia en
digitopresión de teclados de ordenador ofrécese a cambiar su superficie de
trabajo por espaldas, cuellos y extremidades de mujeres estresadas sin lesiones
comprometidas. Curiosas no abstenerse; viciosas sí. También retratos al natural
de resultado incierto."
Y se preguntarán
ustedes: ¿Titulación demostrable? Pues sí señores. Thuban corporación (que
aunque parezca el nombre de una institución sectaria es una academia de
terapias alternativas) me otorgó un Diploma el 30 de junio de 2003 por mis 144
horas lectivas estudiando el aparato locomotor de la anatomía en forma teórica
y práctica, estudios que cursé también con la idea de tener una profesión
portátil desempeñable en cualquier lugar y circunstancia. No la he cultivado
mucho, esa es la verdad, pero esto es como montar en bicicleta... que tampoco
monto. Soy una cajita de sorpresas, ¿a que sí? Además, cuento con camilla
propia bien escondida en mi casa.
Mientras el trabajo llegaba o no llegaba,
he empezado a desarrollar una labor lúdica y artísitca que me está
proporcionando grandes satisfacciones (y espero que también a alguno de
ustedes), y por ello en mis mejores sueños concebí la posibilidad de vivir
haciendo lo que estoy haciendo ahora mismo. ¿Y vivir del aire? He ahí el
problema. Pero no hay que descartar nada, así que, por pedir que no quede. Y lo
pedí el 7 de marzo.
"Indisciplinado
artista multidisciplinar educado, austero y agradecido aceptaría mecenazgo de
fundaciones culturales o benefactores particulares para llevar adelante una
vida sencilla, tranquila y lúdica con la que dar buen ejemplo a las
generaciones venideras. O también puedo ponerme a trabajar, lo primero que salga."
La callada por respuesta. El 13 de marzo
debí de tener un acceso de angustia. Es mi demanda más desesperada. No estoy
orgulloso de ello.
"Estoy tan indignado con el mercado de trabajo, que le voy a poner una
demanda. Esta vez, sencillita:
Guionista con experiencia se ofrece para trabajar."
Y en la línea donjuanesca del "clamé
al cielo y no me oyó", pero con una elaboración más literaria, retomando
la dignidad y la elegancia del hombre que lo vive todo como juego, me atreví a
dirigirme al propio mercado de trabajo, cara a cara, con una carta que ha
tenido mucha aceptación entre mis seguidores de facebook. Esto fue el 16 de
abril:
"Querido mercado de trabajo:
Nos hemos tomado un tiempo. Que no era yo, que eras tú... En ese tiempo, no te engaño, yo he conocido al paro, y tiene sus cosas buenas, pero no me da lo mismo que tú, y siempre parece que tengo que poner yo más de mi parte. Tú me llenabas más (el bolsillo, se entiende).
¿Por qué no lo volvemos a intentar una temporadita, a ver qué pasa?
Un cordial saludo.
Álvaro
(Igual me recuerdas más por mi número de afiliado a la Seguridad Social, pero no me lo sé de memoria)".
Y unos días después, el 26 de abril, la que hasta ahora es mi última demanda de trabajo, la más disparatada, un chiste, una humorada sin más, basándome en la dificultad para el manejo preciso en pintura de las técnicas líquidas en general y de la tinta en particular.
"¡Acabo de caer en otra salida para mi estancada vida laboral! Ahí va mi demanda: Artista novel especializado en tinta negra y borrón ofrece dibujos mudos a la comunidad psicoanalítica para su utilización como nuevos tests de Rorschach. O como retratos. Interesados contactar en esta página o en www.lapizdequintintas.blogspot.com.
También explico los chistes."
La alusión a mi blog de chistes es, claro está, una velada forma de reinvindicarme como humorista gráfico. De nuevo cuño, sí. Con solo dos meses de experiencia, pero creo que con suficiente calidad de contenido y un interesante dibujo de vocación artística.
Tampoco, por supuesto, es momento de omitir mis dotes literarias para el espejismo, esa observación de la realidad entre el cielo y la tierra, entre lo metafísico y lo costumbrista, en con la que tanto disfrutamos los tres o cuatro que me leéis y yo mismo escribiendo esta columna de prensa que nadie me encargó nunca y que me he tenido que crear para mis juegos.
Para ambas cosas, pues, viñetista y columnista, una u otra o las dos, me ofrezco desde aquí a cualquier medio de comunicación, en estos momentos en que la prensa escrita está en plena expansión. ¿O me he enterado mal?
Este larguísimo "curriculum" solo puede terminar de una manera, que es abusar de la confianza de mis lectores e involucrarles directamente, con la consigna más utilizada en el mundo del guion, el santo y seña con el que un guionista se descubre ante los suyos (no hagan uso de ella, se lo ruego), y que dice así:
"Oye, si sabes de algo, dímelo".
Pues eso.
Y unos días después, el 26 de abril, la que hasta ahora es mi última demanda de trabajo, la más disparatada, un chiste, una humorada sin más, basándome en la dificultad para el manejo preciso en pintura de las técnicas líquidas en general y de la tinta en particular.
"¡Acabo de caer en otra salida para mi estancada vida laboral! Ahí va mi demanda: Artista novel especializado en tinta negra y borrón ofrece dibujos mudos a la comunidad psicoanalítica para su utilización como nuevos tests de Rorschach. O como retratos. Interesados contactar en esta página o en www.lapizdequintintas.blogspot.com.
También explico los chistes."
La alusión a mi blog de chistes es, claro está, una velada forma de reinvindicarme como humorista gráfico. De nuevo cuño, sí. Con solo dos meses de experiencia, pero creo que con suficiente calidad de contenido y un interesante dibujo de vocación artística.
Tampoco, por supuesto, es momento de omitir mis dotes literarias para el espejismo, esa observación de la realidad entre el cielo y la tierra, entre lo metafísico y lo costumbrista, en con la que tanto disfrutamos los tres o cuatro que me leéis y yo mismo escribiendo esta columna de prensa que nadie me encargó nunca y que me he tenido que crear para mis juegos.
Para ambas cosas, pues, viñetista y columnista, una u otra o las dos, me ofrezco desde aquí a cualquier medio de comunicación, en estos momentos en que la prensa escrita está en plena expansión. ¿O me he enterado mal?
Este larguísimo "curriculum" solo puede terminar de una manera, que es abusar de la confianza de mis lectores e involucrarles directamente, con la consigna más utilizada en el mundo del guion, el santo y seña con el que un guionista se descubre ante los suyos (no hagan uso de ella, se lo ruego), y que dice así:
"Oye, si sabes de algo, dímelo".
Pues eso.
2 comentarios:
Desde luego, nadie podrá decir que no lo hayas intentado todo... ¡Ánimo!
Me falta una cosa por comentar, y es que envié al Banco de Santander mi dossier de placas con faltas de ortografía, ofreciéndome a corregirles todas las de Madrid, España o el mundo. No he tenido ninguna contestación ni agradecimiento, pero sé que han llegado porque el otro día me encontré cinco de ellas cambiadas, y aunque las fotos de algunas de ellas las había hecho hace un par de años, cuando mandé el dossier comprobé que seguían igual. ¿Casualidad? Yo creo que no. Haré un pequeño post sobre este incidente. Gracias, Amador.
Publicar un comentario