viernes, abril 28, 2006

EL BLOGGER IMPUNTUAL

Ya sé que no habíamos quedado en nada, que lo mismo puedo aparecer todos los días, que uno de cada tres o sólo semanalmente, pero la pauta que estaba siguiendo era de mayor frecuencia, y ahora tengo un cierto sentimiento de impuntualidad. En el último post, mencionaba el jueves, como un día que llegaría en el futuro. Ese jueves fue ayer (¡joder, y si ayer fue 27, hoy es 28 y es el cumpleaños de mi hermano! Si no me llego a poner a escribir, se me pasa). Bueno, la cosa es que entro todos los días a ver si alguien me ha puesto algo, como un niño levantándose el día de Reyes. Y a lo mejor a mis visitantes les pasa lo mismo: que entran, a ver si ya he cambiado el post. Y nos decepcionamos mutuamente. De pequeño no tuvimos mascotas en casa, porque no había sitio, y porque "no eran un juguete". Luego había que ocuparse de ellas: darles de comer, sacarlas a pasear... En los tiempos modernos se ha inventado el tamagochi, que es como una mascota, pero de plástico y con botones, no abulta nada y si se caga no huele. Y yo he tomado mi blog como una mascota virtual, pero hay algo que me dice que "no es sólo un juguete". El blog también pide comida. Espero que le alimenten estas reflexiones.

Por otro lado, todavía no he definido mi blog - y tampoco lo voy a hacer, que se vaya definiendo solo, por sus contenidos -, pero tengo el día metalingüístico, así que voy a opinar sobre la cosa esta de los blogs y de internet. Si lo que hace uno en la red es navegar (o dejarse caer, en caso de trapecistas), un blogger es un navegante más. Pero ese pequeño territorio que coloniza - su blog - es como una isla desierta que tiene que llenar y habitar y desde la que envía mensajes en una botella que no sabe qué destino tendrán. Hoy dejo, pues, un nuevo post, como un náufrago que enviase sus mensajes , con constancia y tenacidad, porque no sabe qué día el mar tendrá la corriente precisa que envíe la botella al lugar indicado.

Pido disculpas a mis visitantes bloggers a quienes aún no he puesto link. Una vez lo intenté y no me salió. No soy muy bueno yo con las nuevas tecnologías. Para muestra, basta ver las fotos de mi "columna"
(- Pero si no hay.
- Por eso).

Por primera vez, escribo el post directamente en el blog, sin haberlo redactado previamente (hasta ahora primero me lo escribía en word, y luego lo transcribía, así de espontáneo es uno).

Otro día, más. (Lo había escrito sin coma, y de pronto me he visto preso en una cárcel, marcando barrotes y tachándolos en orden cinco o siete, por semanas, para ser consciente del paso del tiempo. No era ésa la intención. Sólo apuntar que otro día escribiré más cosas).

4 comentarios:

El Autor dijo...

Pues si. Lo de los blogs para mi se ha convertido en una fiebre y es cierto que hace ilusión ver que tienes algún comentario más o ver que alguno de tus Blogeros habituales ha creado un nuevo post. No es un sustitutivo de la amistad, pero si es una buena manera de mantener el contacto y hacer la distancia entre dos personas más corta.

Otro punto curioso es que no funciona igual con quien no conoces. No termino de saber porqué. Yo lo achaco a que no sabes realmente como de ficticio es cuanto pone, cuanto de su "esencia" hay en lo que escribe. Aunque reconozco que hay un par de blogs de desconocidos que también visito. Por desgracia parece que estos lo han dejado ya. Como lo ha dejado, alguien tenia que mencionarlo, Jacobo. En mi opinión, se rindió pronto en la busqueda de su público. Pero ahí lo dejo.

Nada más, que casi he creado un post nuevo.

O bueno sí, dos cosas más. Primero que el otro día te posteó una chica que sólo decía "Me ha gustado mucho tu blog. Seguiré pasándome por aquí" Esos "Caza lectores" desleales que se dedican a poner eso para conseguir visitas a su blog me dan bastante rabia. ¿Me equivoco? Que venga ella y me lo diga en esta misma página, prometo disculparme cien veces. Tampoco puedo dejar sin comentar lo que había escrito en su perfil "A mi a humilde no me gana nadie" Es sorprendente que quepa una contradicción tan grande en tan pocas palabras.

Nada más. Bueno, sí... Pero acabo ya.

:-P

Douce dijo...

Álvaro, no te preocupes demasiado por alimentar a tu blog, hazlo cuando sientas ganas y tengas algo que darle de "comer". Es cierto que es grato recibir respuestas de alguien, que sin saber por qué caminos, se encontró con una "columna de juguete". Para mí lo más importante al contar algo en un blog es poder desahogarse con alguien, sí, "alguien" puede ser un trocito de pantalla a quien confías parte o muchas de las cosas que sientes o te preocupan.Viene bien 'ex-presar' es decir echarlas fuera, "verbalizarlas" (escribirlas) que dicen los entendidos.

Me ha gustado la "frescura" de tu blog por eso he querido enviarte este 'post' que dicen los versados, yo lo llamaría recado, mensaje volandero, o como coño quieras llamarlo.

Cuando pueda o me acuerde echaré un vistazo a ver cómo va tu columna de juguete. Es bueno tener siempre algún juguete con el que entretenernos

Anónimo dijo...

Álvaro: es bonito eso el símil con la isla. Te pondré como blog sugerido dentro del mío.

sho dijo...

Para Daniel S.:
Siento mucho haberte causado una impresión tan triste. La verdad, soy nueva en esto y no sabía que decir "me gusta tu blog" era una inconveniencia. Te puedo asegurar que en mi caso no era un intento de "cazar lectores" (todavía no estoy en ese estadio; mi blog es muy pequeño y no sé si crecerá, por eso aún no se lo he dicho ni a mis amigos). Era la primera vez que entraba en esta página, la leí con detenimiento y sentí la necesidad de agradecerle al autor su tiempo y esfuerzo. Nada más.
En cuanto a la frase que te sorprende en mi perfil "A modesta no me gana nadie" es deliberadamente contradictoria, y se relaciona con el título de mi blog (paradoja)y su contenido.
Saludos.
Nota: Ahora dudo si firmar con mi nombre o como anónimo, para que nadie piense quiero "cazar" lectores, pero, tras la duda, la coherencia: no me gustan los anónimos. De todas formas, no se puede evitar que alguien vea dobles intenciones aunque se obre con limpieza.
E insisto: me gusta tu blog, Álvaro. No hace falta que pases por el mío, palabra.