lunes, enero 19, 2009

FELIZ DÍA

¿Será verdad eso de que uno siembra lo que recoge? Nuestro receloso acervo tiene un refrán para el karma negativo: "Quien siembra vientos recoge tempestades". Incluso aquello de que "el tiempo pone a cada uno en su sitio" se suele emplear con una connotación aviesa, y no deseando éxitos y parabienes a nadie. Pero, siendo justos, a quien hoy siembra soles se le puede suponer que recoja días de playa en el futuro.

En la nochevieja del 84 y primero de año del 85, escuché aquí y allá, como todos los unos de enero, el tradicional saludo "Feliz Año Nuevo". Dicha felicitación se extiende desde el final del saliente hasta los primeros días del entrante, de modo que, si uno ve a un compañero, amigo o conocido por primera vez en el año antes de, por ejemplo, el 15 de enero, pueda aplicársela. Pero de tanto usarse parecería que pierde sentido la expresión, y en aquellos días de mi convulsa adolescencia, encontré un desfase abismal entre los entusiastas "Feliz Año" y los rutinarios "Buenos días" de los días inmediatos. Era como si al decir Feliz Año Nuevo deseáramos felicidad sólo para la jornada de Año Nuevo, y al instante siguiente todos nuestros buenos deseos se hubieran olvidado, de modo que pensé: ¿por qué felicitar el año todo de una vez y no día a día? Y tuve la ocurrencia, quizás algo cursi, no lo niego, pero también simpática, de saludar a todo el mundo cada mañana con un enérgico "Feliz Día". No era yo tan feliz por aquel entonces que pudiera repartir felicidad a troche y moche, pero ¿qué quieren?, desearla es gratis, y conseguía sin mucho esfuerzo ponerle buena a cara a todos los tiempos. No sé hasta cuándo logré seguir el juego. Como mucho, hasta final del curso escolar.

Sería presuntuoso por mi parte arrogarme la propiedad de la expresión "feliz día", toda vez que son dos palabras, adjetivo y sustantivo, bastante comunes en español, y bien puede cualquier hablante ponerlas juntas. Pero, puesto que nunca antes se lo había oído decir a nadie en ese contexto - y puede que en ningún otro, creo que sí puedo atribuirme la paternidad del saludo, aunque tenga que ser compartida con muchos desconocidos que, con parecidas o distintas razones que yo, y sin tener noticia unos de otros, hayan acuñado también la misma frase, sintiéndose originales (como yo me sentí).

El caso es que el sábado, veinticuatro años después de entonces, fui a una tienda de cafés e infusiones (artículo aparte merece la disquisición de qué nombre darle, puesto que cafetería, tetería o herbolario se aplican a otro tipo de negocio), y cuando hube comprado y pagado mis cien gramos de menta piperita , recibí como un boomerang sutil que alegró mis oídos la atenta despedida de la dependienta (quizá dueña). ¿Qué me dijo? "Feliz día". Gracias. Lo fue.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Je. Es cierto que muchas veces cuando nos inventamos una expresión pensamos que es original nuestra.
De ve en cuando, discuto con mis amigos para defender la paternalidad de algunas expresiones o gestos... algunos bastante originales. Siempre me revaten en masa.
Feliz día creo que ya lo había oído yo antes (no sé si antes de 1985) pero creo que es una expresión demasiado común para atribuírsela... incluso he llegado a aceptar que los más complejos gestos para decir cosas que se me ocurrieron en un momento dado, probablemente se le ocurrieron a alguien antes.
De todas formas... al final piensas, que más da? la autoría no es tan importante.
Feliz dia, me recuerda a Feliz en tu dia. Feliz dia de cumpleaños, y de ahí Feliz día en general.
En cualquier caso: Felíz día!

Álvaro dijo...

En este caso, la invención lo sería más del gesto o de la situación que de la propia frase. De hecho, el contexto en que me lo dijo la dependienta ya no era el mismo: no era un saludo, sino una despedida. Y no creo ni por un momento que se pueda establecer una línea de mágica transmisión oral que entronque su "feliz día" con los míos de por aquel entonces. Pero también hay que reconocer que no es un saludo (o despedida) muy habitual, y que me sorprendió recibirlo. El juego aquí no es la realidad, sino la interpretación de ella. Un saludo, Javier.

Anónimo dijo...

ajah! ya entiendo.
El juego es la interpretación...
Bueno, mira mi blog, anda.

El Autor dijo...

A partir de ahora te voy a saludar siempre (las dos o tres próximas veces) con un "Feliz Día!" que lo sepas.

Álvaro dijo...

Gracias, Dani, lo tomaré como un homenaje.