sábado, mayo 03, 2008

GANAS DE NÍSPERO

Mi fruta preferida, si se puede tener una fruta preferida, si se puede tener siquiera algo preferido, es el níspero.

Por su alegre color naranja, su particular sabor, entre ácido y dulce, sin empalagar ni rechinar los dientes, lo fácil que es de pelar, la poca piel y mucha carne que tiene, porque sus huesos están aislados y no entorpecen al comer, aparte de ser lo suficientemente grandes y duros para distinguirlos. Son suaves también, además, los huesos, como el propio níspero.

Por su época. El níspero es primavera, pero sabe a verano, a buen tiempo, al igual que estos primeros calores traicioneros que pronto se irán también te dicen que ya debe de haber nísperos en la frutería.

Por su escasez. Ay, duran tan poco... Apenas dos meses. Tienen un algo de especie en vías de extinción que hay que proteger. Paradójicamente, comiéndonoslos.

Porque es la única fruta que he comido del árbol. Una casa que habité en Málaga en una ocasión tenía un níspero (y un jardín, claro, el níspero no iba a estar en el cuarto de baño), eso puede haberme despertado simpatías por ambos nísperos, árbol y fruto.

Es tan preferida para mí esta fruta que ni siquiera sé sus propiedades. La naranja y el kiwi ya sabe uno que tienen vitamina C, el plátano potasio, y que da energía, la papaya que es el mejor complejo de oligoelementos (o algo así), seguido de cerca por la piña y el melón... ¿Pero el níspero? Dime, oh, Google, para qué vale un níspero.

Por eso, desde que han aparecido hace un par de semanas, quizá tres, cada vez que voy a la frutería compro nísperos y me aseguro de tener siempre en casa. En casa, sí, ahí los tengo, pero ¿cuándo me los como? Porque la fruta que troceo en mi muesli del desayuno es ya, desde hace tiempo, por merecimiento propio, la papaya (en verano, por una política de rotaciones, la cambio por el melocotón, pero eso es otra historia), y luego me voy y no estoy en casa en todo el día. Y el níspero, pese a sus múltiples cualidades, no es una fruta de sacar mucho a la calle. Al trabajo me llevo dos piezas: un plátano para media mañana, que además de servirme de gran aporte calórico , ¡no pringa! Y por la tarde, una manzana, siempre de mayor tamaño que el mayor de los nísperos de que pueda disponer. Sí, podría cambiar la manzana por dos o tres nísperos, pero ¿y lo que me pringaría? Reconozcámoslo: un trabajo no es una cocina, y hay que ser discretos, limpios y cuidadosos con las cosas que comamos en él. También, claro, hay una parte de rutina. ¿Es buena en este caso la rutina o debería romper con todo y liarme la manta a la cabeza? Me llevo nísperos al trabajo, ¡y a la mierda el mundo! No sé...

El caso es que aquí me he encontrado esta mañana, en la frutería (bendito sábado laborable en que poderme abastecer) frente a los carísimos nísperos (que esa es otra), dudando cual Hamlet si comprar o no comprar.

¿Compré o no compré?

Les dejo con la duda y con este dicho popular:

Quien nísperos come y bebe cerveza,
y espárragos chupa y besa a una vieja
ni come, ni bebe, ni chupa ni besa.

Pero si los nísperos son dulces, fresca la cerveza,
tiernos los espárragos y madre la vieja,
Come, bebe, chupa y besa.

(La segunda parte en entredicho; sabía que existía, pero mi padre no la recordaba bien, la he buscado en Google y he encontrado una discusión entre dos versiones; como la otra reivindicaba el inchupable espárrago triguero, me he fiado más de ésta. Curiosamente, me he encontrado a mí mismo en la página de comentarios, porque ya entré hace tiempo y, como no copié o no he encontrado los versos, he vuelto a hacer una búsqueda y de entre todos los sitios a los que podía haber acudido, ¡he ido al mismo! Misterios del universo. Gracias, en todo caso a anónimo y a jaio, en jaio-la-espia.blogalia.com).

Aquí, los nísperos restantes de la semana pasada que me voy a comer en cuanto termine el post:



3 comentarios:

Daniel S dijo...

Pues no tienen muy buena pinta esos nisperos. Yo de hecho tengo que reconocer que hace la tira de años que no como ni uno (No hay pizza de nisperos) pero los has defendido tanto y tan bien que alguno me comeré. Ah, y no le des tantas vueltas. Comete un par antes de la cena y listo!!

lover dijo...

¿Y no te paga nada la confederación de productores de nísperos? Pues ya les vale!!

He de decir que, por esos mecanismos del universo, el otro día, sin saber de la afición de nuestro amigo bloguero, un productor del programa, de Alfaz del Pi, cerca de la bella Altea, zona exportadora al mundo de nísperos, se le acercó y le regaló una bolsa... ¡ahí es ná!

Álvaro dijo...

Lo confirmo: es absolutamente cierto. Muy buenos, por cierto, los nísperos de Rafa.