sábado, septiembre 30, 2006

LA LEY DE LA VIDA

Desde hace cuatro o cinco años - quizá más -, cada vez que termina la temporada de futbito, hacemos una votación en el equipo para ver si seguimos. Algunos compañeros se van fuera los fines de semana y tienen que venir expresamente el domingo a jugar. Nos vamos haciendo mayores, somos pocos, venimos justos, y nos cansamos. Y raro es el año en que no nos lesionamos alguno, y tardamos en recuperar, con lo que, encima, somos menos. Incluso ha aparecido el reúma en nuestras filas. Una ruina. Pero aunque nos cueste, nos gusta jugar, y son tantos años, que se hace duro decir "ya no jugamos más". Este año el equipo ha cumplido el 25 aniversario, una cifra muy redonda como para poner fin, pero ha vuelto a salir que sí. De hecho, creo que nadie ha votado en contra.

Sin embargo, a la hora de apuntarnos, nos hemos quedado sin nuestro tradicional turno de los domingos por la mañana. Sólo nos dejaban los sábados por la tarde (imposible para los padres de familia con niños y para los que salen los fines de semana), y los domingos de 3 a 6 (imposible para los que tenemos la penosa manía de comer). ¿Total? Que, finalmente, no nos hemos apuntado. La vida ha impuesto su ley.

Quizá nosotros no nos hubiéramos atrevido nunca a dejarlo. Quizá estábamos prolongando demasiado una época. Quizá era necesario hacerlo incluso por salud. Por tiempo. Por tranquilidad... El deporte no es necesariamente tan saludable como dicen.

No escribo esto por contar mi vida, que poco interés tiene, por no decir ninguno, sino para hacer ver cómo, a menudo, ante nuestras indecisiones, nuestra confusión, nuestros bloqueos, apegos, inconsciencias o falta de metas, es la vida la que decide por nosotros. Éste, desde luego, no es un giro demasiado importante en la vida de ninguno, pero estoy seguro de que todos hemos vivido algún acontecimiento ajeno e involuntario que, positiva o negativamente, ha marcado el rumbo de nuestro camino durante un tiempo o para siempre.

6 comentarios:

El Autor dijo...

Pues a mi me da pena.
Pero podéis estar orgullosos, que mientras el desafío se hacía más cuesta arriba... ahí habéis estado.

Que gran verdad aquello de que "Todo Pasa y Todo Queda"

:-D

Álvaro dijo...

Hombre, un poco de pena sí da, tampoco soy el hombre de piedra. Además, me acababa de comprar botas (que necesitaba) y guantes, aunque podía haberme seguido manejando con los antiguos rotos. Pero si nos quedamos en eso, vamos apañados. Prefiero verlo como una jugarreta divertida de la vida; algo como si estás al lado de la piscina dudando si meterte y viene un gracioso y te tira. Sólo que al revés, porque más bien nos han sacado de la piscina. Como bien dices, Dani, todo pasa.

Anónimo dijo...

Menos mal que al final siempre nos queda la esgrima. Y la APA, claro.

Anónimo dijo...

Hola Álvaro nos hemos conocido a cena con Eugenia yo soy Giuseppe el cuñado de
su hermana estoy leyendo de bueno gana y con curiosidad lo que escribes aprecio
mucho tu reflexión sobre vuestra patada pero mí estoy lejano de estas cosas no
les me pertenecen el deporte de equipo no me es congenial y por lo tanto yo no
lo he practicado nunca y tampoco hace parte de mi cultura por lo tanto el leer
tus reflexiones me hace conocer un mundo a mí lejano

Álvaro dijo...

Hola, Liuva. No, la esgrima no queda. La APA sí. Y las clases de natación, que estoy aprendiendo y es para verme. Puedo patalear como un descosido y quedarme parado en el mismo sitio.

Ciao, Giuseppe, mi piace trovarti. Quello che pensavo da dire con questo del calcio è soltanto che alcune volte, quando ti manca la decisione per fare qualcosa, la vita decide per te. Ti ringrazio la visita. (¿l'ho scritto bene?)

Anónimo dijo...

Grazie Alvaro,la tua risposta ha avuto una doppio valore,tu hai dato risposta a un quesito "interiore" che mi ero posto in questo momento della mia vita..partendo dal calcio..incredibile..Giuseppe
Ps:il mio spagnolo è pessimo,il tuo italiano deve essere coltivato!
a presto