miércoles, octubre 25, 2006

¿POETA MALDITO? MALDITO POETA

Me cuelo en la celebración del aniversario de un centro de talleres alternativos, y nos obsequian con muestras de sus actividades: bailes diversos y lecturas de poemas. Rondan dos niños pequeños, que supongo hijos de los organizadores. Uno de los aprendices de poeta se sienta en un silla en la cabecera de la sala y enuncia el título de su poema. Algo sobre una despedida en una estación de tren. Suena a pareja que rompe, pero él lo adorna de dramatismo con palabras como muerte, ataúd, y cosas así. Se ve que lo ha superado. Y mientras el lector se recrea en su negrura, a uno de los niños se le escapa una pelota en color, verde, redonda y alegre. La pelota bota y rueda hasta la silla del poeta. Su cara, ahora, es otro poema. Al ojo atento no pasa desapercibida su irritación por haber sido interrumpido. El joven coge la pelota, y no la suelta. Piensa así retener el juego del niño, sus gritos, e incluso captar su atención. ¡Que el mundo se detenga! Como debió de detenerse sin duda en la escena de despedida que describe. Falta un cartel de prohibición: Atención, personas sufriendo, prohibido disfrutar. El niño, ajeno a todo esto, interrumpe más, reclamando lo suyo: "Dame mi pelota". Alguien le hace callar, y el niño no insiste. Se pone a mirarnos a todos con asombro. Cuando termina la lectura, se le regalan al autor unos desganados aplausos de compromiso, y éste juega ahora a hacerse el guay devolviéndole el juguete al pequeño con una sonrisa falsa. Para poeta, el niño.

4 comentarios:

El Autor dijo...

Qué bueno!
Es uno de esos momentos en los que la gente se descubre. Me encanta.


La proxima de ese poeta será una "Oda a Supernanny"

:-D

Anónimo dijo...

El poeta hablando de ataúdes, desamores y frustraciones y el niño jugando con la pelotita… si es que…
Como diría Serrat en “Esos locos bajitos”
“Niño, deja ya de joder con la pelota.
Niño, que eso no se dice,
que esos no se hace,
que eso no se toca.”
El niño se cargó al poeta.

Álvaro dijo...

Te lo agradezco, pero no me considero poeta. Si acaso, rimador de pompa y circunstancias.

Anónimo dijo...

Me parece buenísimo. El niño rompió esa exagerada gravedad que el poeta estaba exigiendo y transmitiendo a todos. Es que justo ahora estaba preparando una clase para mis alumnos en la que iba a hablarles de los géneros y los tonos (en los guiones) y es un ejemplo perfecto de cómo algo aparentemente dramático se puede volver cómico en un instante. Qué bueno.