miércoles, octubre 29, 2008

CRISIS DE LUZ

El domingo tenía que hacer, y no dediqué tiempo ni atención a la temprana penumbra; el lunes salí un poquito más tarde, y atribuí la oscuridad a ese retraso; pero ayer, finalmente, el cambio de hora cayó como una losa. Después de un día plomizo que estuvo anocheciendo desde las diez de la mañana, finalmente, a la salida del trabajo, contemplé que las seis y media de la tarde eran en realidad las seis y media de la noche. Y no me gustó.

Ya sé que es otoño y que los días son más cortos... por eso precisamente no encuentro la necesidad de acortarlos nosotros más. Por otro lado, también debo reconocer que me agrada que no sea noche cerrada cuando me levanto. Al final, todo es una cuestión de crisis de luz. Hay menos horas al día, y es cuestión de cómo se administren, si por la mañana o por la tarde. Nuestro sabios administradores deciden que es más económico hacerlo así, y así lo aceptamos.

Lo que no deja de parecerme curioso es el apego que tenemos a nuestra terminología. Quiero decir que no por atrasar la hora amanece o anoche antes; lo hace a la misma hora, sólo que nosotros la llamamos de otra forma. Antes amanecía a las seis, ahora a las ocho. Si es mejor empezar a trabajar en las fábricas cuando ya ha salido el sol para no gastar luz eléctrica, ¿por qué no retrasar los horarios de entrada? En lugar de eso, se mantienen los horarios de trabajo, pero se cambia la hora del reloj. No engañamos al sol, nos lo hacemos a nosotros mismos. En Navidad, se decretará que al conejo se le llame cordero, para que todo el mundo pueda hacer una cena tradicional como toda la vida.

Hoy el frío no importa, porque hace sol, y me reconforta saber que al otoño ya le quedan menos de dos meses. ¡No podrá con nosotros!

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo mismo decía yo en mi blog. Es una medida absurda que en España nos viene muy mal con los horarios de trabajo que tenemos. Y no creo que ahorre porque, por mucho que fuera haya luz, en todos los sitios se tiene todo encendido. Y, si no son las bombillas, gastan energía las máquinas, que no las vas a apagar por mucha luz que haya fuera.

Sakura dijo...

"...al otoño ya le quedan menos de dos meses. ¡No podrá con nosotros!"
¿Y el invierno? ¿Podrá con nosotros el invierno?

Álvaro dijo...

Efectivamente, la navaja en el ojo comentaba lo mismo, y más y mejor argumentado en su blog, estamos de acuerdo.

Sakura, el invierno es una estación más alegre, porque aunque los días son cortos, cada día crecen un poquito. Es una estación de renacimiento. Lo peor del otoño no es en realidad si los días son cortos o no, sino que se va haciendo de noche poco a poco durante toda la tarde, y los ojos tienen que irse adaptando a una incómoda penumbra. En invierno, ya estás acostumbrado, partes del mínimo, y todo es irle ganando minutos a la oscuridad. El invierno no podrá con nosotros. ¡Es de nuestro equipo!

El Autor dijo...

Juer
Pues el otoño es mi estación favorita. Me dan igual las noches progresivas, me gusta el frío remediable y (sí) las hojas caídas que se arremolinan por todas partes.

Álvaro dijo...

Claro, Dani, porque a ti la vitalidad te sobra, de modo que el factor corrector del otoño casi te viene hasta bien. Esa suerte tienes.

Profe Camino dijo...

¿Sólo contestas a determinadas personas y pasas de desconocidos? Entiendo. Ha sido un breve aunque divertido placer visitarte estos días.
Un saludo.

Álvaro dijo...

Lo siento, Esttivalia, si no te he contestado a algún comentario. No hago distinciones entre conocidos y desconocidos, pero a veces con los comentarios me pasa lo mismo que hace que me quede semanas sin actualizar el blog: que no se me ocurre nada que decir.

Irisdebrito dijo...

Un comentario más. Me gusta como funciona tu cabeza. Y gracias por permitirme conocer al padre Vallés, a ese también le funciona lindo la cabeza.
Es todo. Estoy cansada.
Un abrazo de Montreal
Iris

Álvaro dijo...

Gracias, Iris. Creo que mejor que a mí la cabeza te funciona a ti el corazón. Que te vaya bien por Montreal (¡qué frío, ¿no?!). Un abrazo.

Dulós, 46 años, periodista. dijo...

Tenemos una amiga en común: Iris de Brito. Qué alegría. ¿Cómo andas chiquitín con esto del otoño y el frio? Veo que te da por escribir. Eso está muy bien. Besos tiernos...