jueves, noviembre 30, 2006

PUBLICIDAD ENVOLVENTE

Ayer vi la hasta ahora mayor agresión publicitaria de mi vida. Una conocida marca de refrescos se ha apoderado literalmente de la estación de autobuses de Avenida de América. Tomando las escaleras de bajada hacia el metro, uno se ve envuelto por todos los lados por los colores de su campaña. Colores vivos, alegres y azucarados que invitan a vivir con euforia y entusiasmo... aunque, dada la superficie que ocupan, más que invitar, obligan.

Resulta que uno entra en un intercambiador de transportes de la Comunidad de Madrid - es decir, un servicio público que nos pertenece a los ciudadanos -, y sin embargo, se siente como si hubiera entrado en el mundo de este refresco. ¿No debería haber alguna medida o control sobre la ocupación publicitaria del espacio público? ¿Os imagináis que las cuatro fachadas que rodean la Plaza Mayor fueran pintadas con los colores y logotipos de una única marca comercial? Ahora ya no somos público que elegimos fijarnos o no en los anuncios... Ya no miramos la publicidad: la publicidad nos mira a nosotros. Ahora el anuncio se nos presenta como el ojo ubicuo de un Gran Hermano que todo lo ve y que nos vigila. Quizá no sepa dónde vivimos, pero al menos sabe qué autobús cogemos.

Ante semejante demostración de fuerza, sólo se me ocurre una cosa: no beber más cocacola.

(1.- Algún día me haré con una cámara digital y aprenderé a colgar fotos para este tipo de notas visuales.
2.- Con esta nota "refrescante" interrumpo la sequía de mi blog -hasta olvidé cómo acceder-.)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaría bien que invadieran todo si patrocinaran esos sitios. En este caso, el transporte público. Gracias a que tiene tanta publicidad, no tendríamos por qué pagar billete para montar en metro o en los autobuses que salen de Avda. de América. En realidad, debería ser así. Igual que no tenemos que pagar por muchos de los canales de televisión, tampoco se debería pagar entrada en muchos cines porque ya las películas incluyen product placements y antes de que empiecen ponen anuncios. Tampoco se deberían pagar las camisetas o bolsos o cualquier otra prenda que lleven escrita en letras gigantes la marca de la tienda (y precisamente son ésas las que cuestan más caras). Toda esta invasión publicitaria estaría bien si realmente se aprovechase como se debe. Afortunadamente, en Internet sí suele ocurrir así y las webs con pubicidad (no todas) son de libre acceso.

El Autor dijo...

Completamente de acuerdo con Navaja. Hoy en día pagamos por llevar publicidad.

Que cosas.

Galahan dijo...

Cocacola ya lo hizo a lo grande con el muñequito de Santa Claus que ahora nos inunda por todas partes