sábado, noviembre 01, 2014

LA INTERPRETACIÓN DE LOS ANUNCIOS

En este mundo lúdico en que me gusta sentir que vivo y me desenvuelvo con afortunada ingenuidad, los anuncios pueden representar un elemento mágico, como si te trajeran un mensaje de otros lugares para indicarte una pista de orientación a tu vida. Cumplirían así la función de las imágenes oníricas de nuestros sueños, tan raras de recordar y difíciles de interpretar. Por eso, quiero lanzar al aire algunas dudas que me han surgido con respecto a dos anuncios depositados en el parabrisas de mi coche en momentos distintos de este año.

Empiezo con el más reciente. Resulta que, después de interrumpir mi largo paro con un trabajo formidable pero corto, me veo otra vez sumido en la inactividad laboral, empiezan a pasar los días y vuelvo a hacer repaso creativo de mis posibilidades de ganarme la vida, aunque sea por otros medios y con otros talentos de los que he empleado hasta ahora. Aflora entonces un curso de masajista que hice algunos años que me dio una difusa titulación que no ejercí, y pienso que adónde voy a ir a mis años, con mi mala forma física, procesos artríticos en periodo de sorda y lenta (pero segura) gestación y sin siquiera experiencia, y me encuentro con esto:


¿Cómo? ¿Buscan masajistas de cualquier edad y grado de experiencia? ¡Este anuncio está hecho para mí! O espera. Lo de masajista liberal quiere decir ejercer la profesión por tu cuenta, en plan autónomo, ¿no? ¿O será más bien con conocimientos de economía de mercado con los que elaborar sesudas conferencias para las clientas mientras les descargo los trapecios?  También podría uno interpretar que ese genérico "masajistas liberales" no es tan genérico, sino un femenino que no ha conseguido hacerse notar y que sería necesario deshacer su ambigüedad sólo añadiendo alguna característica como, por ejemplo, "tituladas".  E incluso, puestos a pensar mal, se me ocurre que quizá la "liberalidad" exigida no se refiere a términos económicos personales o públicos, sino más bien a una generosa manera de ser de apertura extrema hacia todo tipo de experiencias por libertinas que resulten.  Sumido en estas dudas, no me animé a llamar.

El otro, anterior, no me supuso tanto conflicto porque no tentaba a mis necesidades de ganar dinero... Si acaso, quizás... probablemente... a gastarlo, lo que me tengo terminantemente prohibido. A ver lo que les parece a ustedes.

Echamos en falta información, ¿verdad? No me refiero a una dirección o teléfono, que esos los he borrado. Lo que falta claramente es un verbo. Vemos apenas un pie de foto nominal meramente descriptivo de unas señoritas jóvenes, educadas y discretas. Tan discretas que no se sabe ni qué anuncian: si una exposición de fotografía, un piso que alquila habitaciones, un coñac o... no se me ocurre qué otra cosa. 

Pero lo más desconcertante del caso es la expresión "diferentes terminaciones". ¿Eso qué quiere decir? ¿Se refiere a los extremos de las chicas? ¿Acaso no terminan todas con un par de pies? ¿Hay alguna sirena que termina en cola de pez, termina otra en punta, en un taco de madera, en una esfera de hueso? O quizá sea una manera poco clara de especificar su nivel de estudios. No alabo la manera de comunicarlo, pero tendría sentido. Serían diferentes terminaciones porque una ha terminado la Secundaria, otra Magisterio y una tercera Filología Hispánica (lo que supondría un notable cambio en el aspecto del alumnado desde los tiempos en que yo cursé esa carrera).

Porque el anuncio es antiguo y ya no tengo ni el teléfono, pero tentado estaría de llamar para que me aclararan. En todo caso, estoy abierto a sus comentarios. ¿Qué les parece que piden u ofertan estas dos pequeñas octavillas callejeras?






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